-Alexey
Habían pasado una semana desde que llegamos a Úglich, esperaba lo peor por mi cuarta hija, pero en vez de hacer una tercera guerra mundial trajo a cuatro chicas y a dos chicos el día de ayer a la casa, ¿Que hizo o dijo para caerles bien? No sé, pero veamos que sucede con la cucarachita.
Me encontraba en mi despacho revisando un correo. «Enviado de la oficina que deje en estados unidos» en mi laptop de trabajo.
Abrí el correo y era un informe de lo que sucedió estos días en la oficina en que me fuí al terminarlo de leer tome mi teléfono para llamar a la persona que deje encargada.
Pero me ví interrumpido por un intento de un aullido como el de un felino.
«La pantera de la cucaracha»
Busque con la mirada aún sentado en mi silla pero fue en vano hasta que sentí como una bola de pelo se acariciaba contra mis piernas.
Mire hacía a bola de pelos de Astrid y lo tome para verlo mientras esté se retorcía para que lo soltará.
-Quedate quieto mugrosa bola de pelos estás en mi despacho así que tranquilo o te llevo con tus adiestradores y no comeras las golosinas que te compraron ayer.
Lo que dije hizo que la pantera se quedará tranquila y dejara sus ojos posicionados en los míos como si fuera la cucaracha a quien se lo hubiera dicho y tuviéramos una pelea a muerte de miradas.
-Con que ahí estás.
Como si fueramos automáticos la pantera y yo volteamos a ver a la misma vez en dirección donde se escuchaba esa voz.
La pantera me rasguño un poco la mano y la solté refunfuñando.
«Tranquilo Alexey, tu hija lo adiestrará bien y no tendrás que sacarlo a patadas»
Mire con sonora molestia a mi hija, una pelirroja de ojos verdes brillantes, está se reía y a la vez se acercaba y tomo asiento en la silla que quedaba al frente de la mía.
-Al parecer no le caes muy bien viejo.
-Eso es porque a mí tampoco me cae muy bien, cucaracha.
-Venga, es tranquilo apenas es un cachorro.
Señalaba a la bola negra que tenía en sus piernas, estaba boca arriba jugando con su propia cola.
-Lo ves es un cachorrito tranquilo.
-Eso dijimos tu madre y yo de ti.
-Hablamos de animales no de humanos ¿Desde cuándo yo tengo cola? Más respetó por favor.
-Respeto cuando me consigas el pendrive con las hojas de estadística y de funcionamiento monetario de este último mes de la oficina que perdiste.
-Yo no recuerdo a ver perdido algo.
-De perder las cosas pasaste a lagunas mentales.
-Yo no tengo lagunas mentales el que tiene lagunas mentales eres tú porqueel pendrive siempre estuvo en tu portafolio de finanzas.
-¿En dónde?
-Pues...
-Osea, que sabías y no me dijiste cuando te pregunte un día antes de a ver llegado acá.
-No te escuché cuando preguntaste tenía los audífonos.
-¿Y como sabes que te pregunte algo?
-Axa me dijo, estaba al lado mío dándole comida a su gato.
-¿Cómo podría saber si es verdad?
-Preguntale a Alekei ya que el fue conmigo a buscarlo.
Iba a responder lo que me respondió pero me ví interrumpido cuando escuché mi teléfono lo tome y era una llamada era de un número desconocido ya que no lo tenía registrado en mis contactos.
ESTÁS LEYENDO
Amor sobre el abismo
RandomUna familia acaba de llegar a un nuevo lugar desconocido para los menores de la familia, una de ellos debe de seguir el régimen de su padre, de seguir siendo la mejor aún así en un nuevo lugar desconocido para ella y sus hermanos. No esperaba...