XVIII

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Harry: 15 años

Louis: 15 años

Louis: 15 años

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Narra Harry:

-Oh, no, no, no. Mierda mierda ¡mierda! –susurré negando con la cabeza, viendo la tela en el suelo baldosado del baño.

El líquido rojo creaba una mancha en la ropa interior, indicando que me había bajado.

"¿Justo hoy tenía que ser? Pero si recién me tendría que llegar en unos días, mínimo". Pensé mientras seguía con la vista fija en la mancha de sangre.

¿Qué hago ahora?

Me encontraba en el baño de la casa de mi mejor amigo, Louis. Minutos atrás estaba con él en la sala de estar riendo a carcajadas viendo una serie, tanto que me estaba haciendo pis de tanto reír y tuve que correr hasta el baño, pero al llegar y bajarme los pantalones junto a la ropa interior, no se me había escapado un leve chorrito de pis, sino unas gotas de sangre.

Ok, tranquilízate y piensa una solución rápido. Intenté tranquilizarme y mentalizarme en algo para solucionar ese problemita.

Pasé mis dedos por mi cabello en signo de estrés. Nunca había tenido este tipo de inconveniente en casas ajenas, al menos no en las de un conocido o amigo de poca confianza. Y por más que el ojiazul era de total y completa confianza para mí, él no sabía que yo era trans.

Con mucha pena y un poco de vergüenza, me tuvo que resignar a hacer algo por mí mismo. Porque uno, no solo no sabía si Louis tenía toallitas, aunque supuse que sí por sus hermanas, y dos, porque si de casualidad las encontraba, no me la iba a poner sobre la ropa interior mojada. Entonces llamé a mi amigo.

-¡Lou! –grité alargando la "u"

-¿¡Qué!? –me contestó el castaño desde la planta de abajo.

–¡Ven, por favor!

-¡Voy!

Luego de eso, las pisadas de las zapatillas contra los escalones de madera se hicieron oír enseguida, y luego de unos quince segundos, el castaño estaba tras la puerta del baño.

-¿Qué pasó, Hazz? –me preguntó un tanto preocupado.

Louis temía de que yo me hubiese caído y lastimado, o que me sangrara la nariz y no encontrara el algodón, como había ocurrido un par de veces anteriormente.

-Te voy a pedir algo, no vas a entender nada, pero prometo explicártelo luego, ¿sí?

-Ok –contestó un tanto dudoso y con su ceño a medio fruncir.

-Entra.

Louis giró el pomo de la puerta, la abrió e ingresó al baño para luego cerrarla detrás de él. Al hacerlo, me encontró muy sonrojado con la cabeza gacha jugueteando con mis dedos, un pedazo de papel higiénico manchado de rojo sobresaliendo del tacho de basura y un par de puertas de muebles abiertas.

Ensalada de frutasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora