Capítulo #34 Periódico

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Siento como la cama se hunde a mi lado y como algo se aferra con demasiada fuerza a mi abdomen

—Tranquila —susurran y acarician mi cabello —Mina no es real, tranquila

Me siento sudar frio en cuanto escucho la voz de mi hermana, abro los ojos de golpe y me reclino en la cama apartando sus manos de mí

—¿Qué pasa?

—Estabas pataleando, arrojando cojines, llorado, sollozando y quejándote, antes solía hacer esto y te calmabas

No me parece que ese sea el caso justo ahora, pero me limito a asentir y volver a acostarme

—Antes todo era tan sencillo —susurro y ella vuelve a abrazarme

—Antes no estábamos destruidas, ahora lo único que siento y quiero es que todos estén igual de rotos que yo, es lo peor que le puedes hacer a alguien, te quiero Mina, pero me recuerdas que todo se arruino y solo intento arreglar todo para nosotras

—No lo parece —digo tan bajo que es apenas audible —dime que no hiciste algo  o planeas hacerlo

—Nunca te he mentido —cierro los ojos con fuerza y dejo salir un profundo respiro —no comenzare a hacerlo ahora

Últimamente no he tomado las mejores decisiones, así que preguntarlo no me dará paz mental, pero es algo que definitivamente tengo que saber

—¿Qué hiciste Cris?

Levanto la vista para poder ver su rostro, asegurarme que no me oculta algo, es cierto que ya no es la misma persona que hace dos meces, porque con el golpe tan duro que la vida decidió darnos con tanta generosidad, es indudable que afectaría nuestro centro creando defensas muy distintas entre ella y yo

—Quiero saberlo, quizás no quieres decirme lo que planeas, pero quiero saber qué es lo que hiciste, así cuando los demás se enteren puedo manejarlo

Se acomoda un poco en la cama, una de sus manos acaricia mi espalda mientras la otra juguetea con mi cabello, odio que lo haga, porque en primera instancia es una demostración de poder y jerarquización

Demuestra el poder que tiene sobre todo, en el juego del gato y el ratón en el que estamos envueltas es su forma de intimidación más efectiva, saber que puede hacerme daño, no hablo de daño físico claro está, porque eso para ella es muy simple, he descubierto que hay cosas que me duelen más que una buena bofetada y que soy como su bola de estambre con la que se divierte

—Georgina —dice y gira su cuerpo al frente soltándome —sabes que lo merece —trago grueso, no espero lo mejor solo quiero digerirlo

—Te refieres a lo de su nariz —la escucho resoplar con fastidio

—Sabes que hace mucho deje de ser tan infantil Mina

Adopto su misma posición, las estrellas en el techo parecen algo tan insignificante comparado con lo que francamente no quiero oír, que me hace sentir que ni todo el oxígeno en la atmosfera puede logar que me sienta menos aturdida y asfixiada     

—¿Qué hiciste Cris? Quiero saberlo, cada cosa, te lo pido después de lo que pase hoy quiero que me des un respiro

—La saque del camino, le inyecte algo en las duchas, justo cuando pedí permiso para ir al baño, la dejara en coma un par de semanas, meces si tiene suerte, luego de eso sus órganos comenzaran a fallar hasta licuarse dentro de ella, sentirá como se pudre

Lo dice con tanta frialdad que parece que habla de un objeto inservible y sin valor en lugar de la vida de una persona, antes era consiente de su poca sensibilidad e incluso su completa indiferencia hacia el dolor de otros, pero esto... la he perdido, ya no tengo idea de que paso con ella, ya no hay nada que pueda reconocer en ella

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