Capítulo #40 Listón

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Presente

Carmina

Alexa Alarcón parece conmocionada, no sé cómo manejar el silencio, pero esa parte al final de mi cabeza y de mi alma, la que retenía el secreto real, por fin dio un respiro, libero un poco el peso que llevo meces reteniendo

—Las cosas no salieron como planee quería que lo confesara, no quería jugar con él, solo quería atraparlos, para que nadie pasara por lo que mi hermanita

—Greta —dice lento y se gira con lágrimas en los ojos —ella tiene solo once años, pobre pequeña

—No podría decir si está bien o no, pero las terapias sirven y está mejorando —trato de sonreírle —Gunter me dijo que usted fue a terapia... ¿fue porque lo supo? 

—Porque lo sospeche... lo de que fueras a tú a quien mi hijo violo, nunca creí que fuera tu hermana, pero prestando atención veía cosas en ti, luego pensé que tú haces cualquier cosa por tus hermanas, por Cristal incluso podrías tomar la culpa y la mesa de futbolito...la vi antes que tú

—Lo lamento

—No más que yo linda —toma mi mano entre la suyas y la estrecha con cariño —tengo una idea de cómo hacer que pague

—Necesitaríamos hablarlo con Greta y...

El sonido de la puerta siendo abierta hace que me calle y Alexa oculte los cuadernos detrás de si

Cevallos viene descalzo y únicamente trae puestos los pantaloncillos, pasea su vista por la habitación como buscando la zona de guerra que bebe creer que libramos por el ruido que hicimos al mover la cama 

—¿pasa algo?  

—Nada querido, estuve hablando con Carmina y me ayudo a bajar mi joyero del mueble aunque tuvimos que moverlo un poco

—Creo que es mejor que yo vuelva a casa —me pongo de pie —espero haberla ayudado

—Claro que sí, guardare para ti las fotografías del lago para cuando las necesites —asiento y le dedico una discreta sonrisa de complicidad

Gunter sale de la habitación y yo detrás de él, abre la puerta de su habitación, con un movimiento de cabeza me pide que entre

—Y ¿cuál es la verdad? —pregunta una vez que cierra la puerta

—Tu tía sabe que no fue de mi hermana de quien abusaron, le conté como paso y creo que hicimos las pases —asiente —tengo que irme a casa Cevallos

Me siento sobre la cama que está hecha un tornado de sabanas y ropa de cama, tomo las medias del suelo y me las coloco con sumo cuidado, por fortuna están en buenas condiciones, es muy fácil arruinar este material y ahora necesito ser aún más cuidadosa con cada paso que doy

Abrocho la hebilla de mis zapatos, saco una liga de cabello para hacerme un moño alto de una de las  bolsas laterales de mi mochila y luego  me la echo al hombro

Paso por su lado y él me sostiene del brazo, levanto la vista, sus manos sostienen mi rostro, su pulgar se mueve sobre mi mejilla de forma lenta y pausada, se inclina hacia mí y une sus labios a los míos

Al inicio parece un beso lento, pausado y sin mayor trascendencia, pero luego hay un pequeño espacio de tiempo en el que nos tomamos un respiro y él vuelve a juntar sus labios con hambre, como si tuviera ganas de sepultarse en el beso

—Me voy Cevallos —digo con la respiración irregular 

—Te llevo —toma una camiseta de la silla frente al escritorio y yo niego con la cabeza —está lejos y es tarde Carmina —me sujeta la mano —déjame llevarte —entrelaza sus dedos con los míos y me sonríe de lado

Verdades a medias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora