La desgracia cae sin piedad,
Dejan desoladas las calles del inframundo,
Azota sin cesar, sin clemencia.
Pobre anciano,
Pobre niño,
Pobre mujer en cinta,
¿¡Dónde está el ser que dijo amarnos y cuidar de los indefensos!? ¿¡Amantes de la paz y la libertad!?
Quiero, lo dejo fluir, las lágrimas de color carmesi
Apreciar el desastre, del pecho joven, grita dolorida, el dolor,
Y la incertidumbre de un mundo que ha caído en la ignorancia,
Causa de mi horror,
Es abominable, ver como los que un día juraron proteger con la espada;
Es la misma usada para arrebatar el último suspiro del cuerpo,
Que yace inerte, delante de mí.
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Cartas sin remitente
PoetryNo hay orden. No hay explicació. Solo son cartas sueltas, escritas para tratar describir sentimientos. Solo yo se para quien escribí; tu leeras a quien mas te recuerda.