Patriota

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La desgracia cae sin piedad,

Dejan desoladas las calles del inframundo,

Azota sin cesar, sin clemencia.

Pobre anciano,

Pobre niño,

Pobre mujer en cinta,

¿¡Dónde está el ser que dijo amarnos y cuidar de los indefensos!? ¿¡Amantes de la paz y la libertad!?

Quiero, lo dejo fluir, las lágrimas de color carmesi

Apreciar el desastre, del pecho joven, grita dolorida, el dolor,

Y la incertidumbre de un mundo que ha caído en la ignorancia,

Causa de mi horror,

Es abominable, ver como los que un día juraron proteger con la espada;

Es la misma usada para arrebatar el último suspiro del cuerpo,

Que yace inerte, delante de mí. 

Cartas sin remitenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora