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RIVALRY ❝ capítulo tres ! ❞ JEFE ENCARGADO
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CERRÉ DE UN GOLPE LA PUERTA DEL LADO DEL CONDUCTOR DE MI MUSTANG NEGRO DEL SESENTA Y NUEVE, y me dirigí a las escaleras del trailer de Jughead. No me molesté en llamar a la puerta, ya que no era algo que él esperara de mí.
Estaba sentado en su sofá con una mujer desconocida sentada a su lado. Me desconcertó un poco porque la última vez que vi a Jughead, lo vi exactamente en la misma posición, pero en lugar de la mujer desconocida sentada a su lado, estaba Betty.
—Hola, Jug. ¿Qué pasa?—Afirmé despreocupadamente, con un tono elevado y burbujeante.Parecía demasiado entusiasmada, aunque en el fondo lo único que quería hacer era meterme debajo de las mantas, poner a tope a Mötley Crue durante horas y llorar por todos los aspectos de la vida.
—Hola, Olaf—.Murmuró en tono de broma, insinuando mis similitudes anímicas con el ficticio muñeco de nieve.
Fijé mis ojos en la chica que estaba a su lado. Su pelo era parcialmente rosado, lo que admiré porque era abstracto y bastante fácil de ver.
—¡Hola!—exclamé, mientras me dirigía hacia ella. Extendí mi mano hacia fuera amablemente, haciendo un gesto para que la tomara, lo que hizo de mala gana.
—Soy Anastasia, pero puedes llamarme como quieras—.presenté.Sus ojos examinaron cada centímetro de mi cara y una pequeña sonrisa jugó en las puntas de sus brillantes labios.
—Encantada de conocerte, lo que sea. Soy Toni—.Contestó entre risas ahogadas.
La saludé con la cabeza, antes de volver a prestar atención a Jughead.
—¿Está todo bien?—Pregunté, con las cejas fruncidas de forma preocupante.
—En realidad no, Annie—.Respondió, mientras suspiraba cansado.—La mayoría de las Serpientes involucradas en el 'Revuelo' de anoche, están detrás de las rejas con esposas en este momento—.
Me senté en el sofá junto a Toni. Me miró todo el tiempo, me estudió. Era natural que los sureños y los norteños se desconfiaran los unos de los otros. Era algo instintivo, así que no le hice caso.
—Toda esta mierda del 'Revuelo' está empezando a llevarme al límite, Sythe—.Declaré con un tono molesto, una rareza por decir lo menos.
Además, si tienes curiosidad, a veces prefiero llamar a Jughead por el apodo que le puse en su día.Como su nombre es Forsythe, Sythe era mi sobrenombre preferido para él.
—Mi angelical Annie, ¿ha sido una maldición lo que he oído?—Bromeó, mientras ponía la palma de la mano contra su corazón como si mis palabras lo hubieran personificado y apuñalado.
—Cállate—.Respondí, antes de empujarle ligeramente.—¿Pero qué puedo hacer para ayudar?—.
Jughead y Toni intercambiaron una mirada, antes de que Toni hablara.—Tu padre es el jefe encargado y el compañero más querido del sheriff Keller, así que teníamos curiosidad por saber si podíamos hacerle una visita y pagarles la fianza, gratis—.
Me comí los extremos de las uñas, mientras ella hablaba. Al instante saqué mi teléfono y marqué el número de mi padre.
Dejaría que las Serpientes aguantaran tras esos fríos barrotes metálicos, pero estaba claro que estaban siendo tratadas injustamente. No eran los únicos implicados en el revuelo, por lo tanto, si no se puede castigar a ambos, no se puede castigar a ninguno.
—¡Hola, papá! Sólo quería que supieras que voy a pasar por aquí—.Hablé por el altavoz de mi teléfono.
—Muy bien, cariño. ¿Algún motivo?—Preguntó desde el otro lado. Le oí situarse en su silla en el fondo.
—Te lo diré cuando llegue. Te quiero—.exclamé, antes de colgar.
Me quedé mirando a los dos, esperando que hicieran un gesto para que nos fuéramos, pero al seguir sentada, me di cuenta de que era yo la que debía hacer el gesto.
—Muy bien, vámonos—.ordené, levantando mi cuerpo del desgastado sofá.
Mientras me dirigía hacia las puertas, oí a Toni murmurar débilmente en voz baja:—Northsider—.
