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RIVALRY ❝ capítulo trece ! ❞ PENSAMIENTOS DE UN SOBRIO
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VERÓNICA ME DEJÓ EN MI CASA A LAS SIETE Y CUARTO. Salí del coche y me despedí de ella con la mano mientras se alejaba. Sus faros brillaban en la noche, aunque la niebla era bastante espesa esta noche.
Finalmente, ya no pude verlos.
Me di la vuelta y me di cuenta de que el auto de mis hermanos había desaparecido, junto con mis padres. No le di mucha importancia, mientras me dirigía hacia la puerta.
Abrí la cremallera de mi mochila, buscando desesperadamente mi juego de llaves. Tardé unos minutos, pero finalmente las encontré entre dos libros de texto.
Fui a introducir el trozo de metal en la cerradura, pero se me cayeron en los escalones de ladrillo después de sentir una mano fría presionando mi costado desnudo, debido al crop top que llevaba debajo de la chaqueta vaquera.
Me di la vuelta rápidamente y me encontré cara a cara con una serpiente de tinta. Levanté los ojos un poco más alto al darme cuenta de a quién pertenecía la mano fría.
—¿Te asusté?—Bromeó, mirándome con astucia, con una sonrisa de suficiencia grabada en sus labios.—¡Hay un asesino suelto, Sweets! Deberías agradecer que no te haya dado un rodillazo en el ya sabes dónde—.grité, mientras me arrodillaba para recoger mis llaves.
—El enmascarado no te pondrá un dedo encima, Half Pint—.Afirmó, mientras se apoyaba en la puerta principal cerrada.
—¿Y eso por qué?— Pregunté inquisitivamente.
—Porque si lo hiciera, estaría saltando de la sartén al fuego. Apuntarte a ti sería el error más tonto que podría cometer, si es que puede cometer más después de eso—.Afirmó con calma, pero había una emoción diferente oculta tras sus ojos marrones.
—Las Serpientes lo rastrearían y lo harían desaparecer—Explicó además, debido a la inmensa confusión visible en mi expresión.
—Oh.—Murmuré, sintiéndome un poco incómodo ante la mención de las represalias asesinas si alguna vez me convertía en una de las víctimas de los enmascarados. El enmascarado era un asesino, así que lo correcto sería que lo asesinaran, ¿no?.
—Entonces, ¿qué estás haciendo aquí exactamente?—pregunté, cambiando de tema.—Y no digas que estabas de paso—.añadí, antes de que Sweets pudiera hablar.
—En realidad no iba a usar esa excusa, así que deja de suponer cosas. En realidad, me preguntaba si querías pasar el rato—. Preguntó despreocupadamente, pero me di cuenta de que estaba nervioso porque pude ver sus puños cerrados metidos debajo de su codo.
