Meriggiare Restaurant || chanbaek

Parte 9: "¡qué mierda, Chanyeol!"

Habían pasado algunas semanas, Baekhyun había llegado a desesperarse, pero por fin Chanyeol había accedido a asistir a terapia. Y no es que no quisiera, era solo que no se sentía tan valiente como para enfrentar sus demonios y por fin vencerlos.
Ahora, solo faltaba decírselo a Baekhyun, sabía que se pondría tan feliz por ello, eso era lo único que por el momento lo anima a no desistir. Así que decidió decírselo en el restaurante, ya que iba a estar solos por un par de horas antes de que Kyungsoo llegará para su junta sobre el nuevo menú de navidad y demás detalles. Se levantó más temprano de lo normal para ser un sábado libre, se bañó y dejó una nota en la que le pedía a su novio que lo encontrara en dos horas.
Llegó tan temprano que aprovechó el lugar para hornear un pay de queso para celebrar la noticia que le daría, el cual estuvo listo justo 10 minutos antes de la llegada del castaño.

—¡Hola, amoooor! —gritó feliz haciéndose camino hacia la cocina.

Chanyeol sonrió mientras desmontaba su postre.

—Hola, dame un segundo —dijo concetrado.

—Oh, vamos, podrías hacer eso con los ojos cerrados, amor, no seas modesto —lo molestó mientras se acercaba para besarlo.

Chanyeol rió fuerte y volteó su cabeza para recibir los labios de su novio. Estaba tan feliz que se dejó llevar por la emoción, que el beso se transformó en uno más apasionado, dejando de lado su pay.

Entre besos húmedos y sonrisas, Chanyeol, con todo el dolor por separarse de sus labios, interrumpió el momento.

—Es-pera —se alejó poquito—, tengo algo que decirte. Es muy importante.

Eso llamó la atención de Baekhyun, por lo que se detuvo y lo miró atento.

—¿Qué pasa? —pasó la lengua sobre su labio inferior, provocándolo.

Chanyeol no podía concentrarse más que en sus labios rojos.

—Yo... Sí —sacudió su cabeza—, te quería decir que he agendado una cita con la psicóloga mañana...

Soltó lento, pero con una sonrisa. Baekhyun lo miró entre sorprendido y emocionado.

—¿En serio? Por dios, mi amor, eso es tan bueno —lo abrazó—, estoy tan tan feliz, Chanyeol —lo beso rápido—. ¡Debemos celebrarlo! —se le acercó coqueto.

—Sí, lo sé, es por eso que hice este pay, cariño —la emoción reflejándose en su voz.

—Ay, Chanyeol, ¿es enserio? —lo miró divertido—, no me malinterpretes, amo que lo hayas hecho y muero por probarlo, pero no entendiste —se rió bajito—, quiero celebrar de otra forma.

Dicho eso, tomó la crema batida y la mermelada de frambuesa que estaban en la mesa. Le dirigió una mirada traviesa. Chanyeol sabía que quería, pero le gustaba fingir que no.

—¿En cuanto tiempo llegará Kyungsoo? —miró hacía la puerta y después dirigió su mano al pantalón del alto—, ¿eh?

—Tal vez en unos cuarenta minutos o un poco menos —calculó.

—Bueno, tendremos que hacerlo rápido —se encogió de hombros—, vamos, sé que podemos, amor.

Chanyeol lo miró aún sin poder decir nada, pero sonriendo ante la mirada decisiva de su novio.

Baekhyun se estaba divirtiendo mucho, bajó el pantalón de Chanyeol y con ellos sus bóxers.

—Vamos, no finjas que no lo quieres, rubio, mírate, ya estás duro —le reprochó y se arrodilló.

En seguida, tomó el miembro y el pequeño dispensador de plástico de mermelada, lo apretó y depositó una línea a lo largo de este. Chanyeol se estremeció ante el contacto con el líquido frío, cosa que olvidó al sentir y ver la lengua de su novio recorrerlo. Y ahí, perdió toda racionalidad.