Seguro escuchaste la historia de una sirena que se enamoró de un príncipe y tenía el anhelo de vivir junto a el y conocer su mundo y para cumplir ese sueño le vendió su voz a una bruja para así tener piernas para estar con él.
Si yo se que escuchaste esa historia, pero alguna vez tus oídos escucharon la historia de la mujer que desafió a los dioses para poder estar con su amado.
Baharí.
Era el nombre de esa mujer.
Dicen que nació cerca de las costas de Irlanda, junto con su padre cuidaba el faro que estaba cerca de su casa, nadie podía negar la evidente belleza que tenía la joven y aunque muchos intentaban ganar su corazón, el corazón de la muchacha pertenecía al océano, bueno así fue hasta que se enamoro de un joven pescador que mediante a varios regalos y poemas se ganó el corazón de la mujer.
Los dos estaban profundamente enamorados, que se juraron el uno al otro que siempre permanecerían juntos.
Lastimosamente una tormenta fue la culpable de su separación, el mar y el cielo rugían ferozmente, Baharí esperaba en aquel faro a que el barco de su amado apareciera. Pasaron tres días y el barco se reporto como perdido, unos días después lo encontraron, solo un marinero sobrevivió, los demás habían muerto ahogados.
Baharí entro en una gran depresión, lloraba todos los días por la perdida de su amor, un día furiosa le grito a los cielos, maldecía al cielo y al océano, maldecía por que le habían arrebatado a lo único que amaba en esta vida, sus lágrimas saladas cayeron en el mar y sus lamentos furiosos fueron escuchados por los dioses que estaban tan indignados por la forma que la mujer los había insultado.
Ella les pidió que le regresaran a su amado, pero ellos se negaron y la castigaron atándola por siempre al mar, convirtiéndola en una criatura del océano, más sin embargo los dioses fueron piadosos y le dieron el don de enamorar con su canto y le dijeron que si conseguía besar a alguien y este no moría podía conservar su alma y salir del mar. La leyenda dice que Baharí sigue en el mar buscando y cantando.
— JAJAJAJAJA esa es sin duda la estupidez más grande que has dicho esta noche — después de golpear varias veces en la mesa y sobarse el estomago sin dejar de reír, la mujer le dio un sorbo a su botella de ron.
—Oye es cierto, muchos barcos han chocado después de escuchar una voz misteriosa en el mar y nadie ah encontrado los cuerpos de la tripulación —
