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—No es muy sociable, así que por favor no lo hostigues.

—¿Eh? ¿Por qué me lo dices?

—Entiendo esa necesidad tuya de brindar confianza a la gente y ese tipo de cosas, pero por favor no confundas la amabilidad con la hostilidad.

—Sabes que no lo hago con malas intenciones.

—Lo sé, pero la mayoría de gente que se comporta así a su alrededor, lo hacen por conveniencia, no lo tomara como que quieres ser su amiga.

—¿Existen personas así?

—Sí, toda su vida a tenido esas personas a su alrededor, se que tu no eres así pero él no lo sabe.

—... Le mostraré que no todos somos así, no todos somos malas personas.

Ese día te conocí, considerándote un amigo desde el inicio, aun recuerdo tu mirada fría, admito que me pusiste nerviosa, pero solo era tu mirada, me alegro de haberme quedado a conocer al verdadero tú, no dejar que tus ojos me engañaran, gracias por dejarme conocerte.

La castaña comenzó a despertar poco a poco, su cabeza le daba vueltas, sentía sus ojos hinchados, quería vomitar pero no tenía fuerzas para levantarse.

—Hanji, tranquila, tomate tu tiempo y vuelve a ti —una chica pelinegra dio apoyo a la castaña.

—Sí, gracias Mikasa... ¿Cuánto tiempo a pasado?

—No se cuando se te aplico el tranquilizante, pero creo que pasaron unas 3 horas.

—Ya veo, ¿Cómo está él?

—Erwin dijo que la intervención fue exitosa, sólo necesita tiempo para recuperarse, es todo lo que conozco.

—Eso me tranquiliza o creo que es porque estoy cansada de dormir tanto, necesito ir a hacer el papeleo

—Yo te ayudare —Mikasa la tomó del brazo.

—Gracias.

...

—¿Por qué estás aquí Imbécil?

—Es mi hijo Kenny, solo quiero acompañarlo en su recuperación, tengo todo el derecho de estar aquí —respondió el tipo bastante enojado.

—No creo que él te necesite, después de todo ¿De que te sirve tener a alguien que odias cerca de ti?

—Solo déjame verlo, después de eso no me veras por aquí.

—Haz lo que quieras —Kanny salió del cuarto donde estaba su sobrino inconsciente y comenzó a buscar a Mikasa.

Tanto él como su sobrino odiaban a ese tipo, aunque él nunca intentó pedir disculpas o hablar con ellos, y en vez simplemente hacía como si nada de eso hubiera pasado, algo que solamente levantaba más su odio, aunque Kenny se marchó despreocupado, ya que si su sobrino llegará a despertar sabe cómo tratar con ese tipo.

Comenzó a caminar hacia la habitación donde se encontraba Hanji sedada, sabia que Mikasa la estaba cuidando, pero a mitad del camino se encontró con ellas, a verlas fue rápidamente a ayudar a Mikasa que cargaba sola con Hanji.

—Hanji, ¿No debes descansar un poco más? —Hanji al verlo le sonrió.

—Tranquilo Kenny me siento bien, además necesito llenar todo el papeleo.

—Si eso te preocupa puedo resolverlo yo, tú ve y come algo o simplemente descansa, Levi está bien, cuando termine de visitarlo el imbécil podrás entrar.

—¿Por qué no puedo toparme con ese señor? —Hanji ni siquiera conocía su nombre, ya que según los Ackerman era innecesario aprenderse su nombre.

—Yo que sé, si él enano despierta en ese momento se enojara por dejarte al lado de ese tipo.

—Ya veo, estaba bien descansare un poco.

—Muy bien yo iré a lo del papeleo —Kenny se marchó.

—Hanji, iré a la máquina expendedora, ¿Quieres un té? —Mikasa preguntó mientras buscaba su dinero.

—Sí, por favor, de mientras iré al baño, te veo aquí.

Mikasa dudo un poco antes de asentir con la cabeza, Hanji estaba rara su sonrisa no tenía el brillo de siempre, y no era para menos así que la dejó sola, ella necesitaba despejar su mente, sin embargo la pelinegra sabía que algo andaba mal, sus instintos le decían algo.

Hanji camino a paso lento mientras iba sujetándose de la pared, con su mirada baja, sentía un nudo en la garganta, aún era noche así que había poca gente recorriendo los pasillos, ella juraba que si alguien la viera pensaría que era un fantasma pero le daba igual.

Al fin llego al baño, una chica salio después de que ella entrara, se miró en el enorme espejo, no había nadie en el baño, la hermosa castaña comenzó a desahogarse, golpeando su cabeza mientras lloraba, un llanto desgarrador.

—¡TODO ES MI CULPA! ¡Todo es mi culpa! —se gritaba al espejo mirando su rostro lleno de lágrimas — Si tan solo no hubiera hecho esa llamada, ¡¿Por qué tuviste que llamar Hanji?! ¡¿POR QUÉ?!

La castaña se quitó sus lentes e intentó secar sus lágrimas, luego bajó su mirada y volvió a sentir mucho odio hacia ella, sin pensarlo se dio un golpe en el estómago y volvió a llorar.

— ¿Para qué le llame si ni siquiera estoy embarazada? —susurro en medio de sus lágrimas.

La prueba volvió a ser negativa, yo hice la llama, yo soy la culpable, yo tuve la culpa de lo que le pasó, ¿Por qué no leí antes el resultado?

...

Con cada segundo que pasaba el padre de Levi se convencía más de que la chica tuvo la culpa, si ella no le hubiera llamado, pero qué podía hacer tanto Levi como Kenny se iba a poner en su contra y ahora sí perdería por completo a su hijo, si eso sucediera perdería toda la herencia de su padre.

El abuelo del chico, había declarado en su testamento que toda su fortuna iba a pasar a las manos de su hijo, solo si él reconocía y estaba al pendiente de su nieto Levi Ackerman, de otra manera perdería todo el dinero y solo hasta que su nieto tuviera hijos sería entregado a ellos.

El señor estaba totalmente al tanto de esto así que si su hijo se llegaba a distanciar de él y dejar la empresa, él lo perdería todo, por más que intento acercarse a su hijo este no lo permitió, y el estar junto a Levi en esos momentos eran puntos a su favor, estaba pensando de que otras maneras podría ganar el cariño de su hijo hasta que observó que el azabache comenzaba a moverse, estaba despertando.

VuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora