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Durante toda la noche Levi no pudo dormir, ni siquiera un vaso de agua lo ayudo, y más de una vez pensó en llamar a la puerta de Hanji, y decirle que no había problema con que durmieran juntos, pero que derecho tenía él a molestarla, a despertarla. Y aunque parte de su insomnio era por pensar en como se encontraba su pareja, la otra se centraba en como haría para conseguir un divorcio pacífico, dando como resultado un problema de sentimientos, ¿la amaba realmente o solo eran apariencias? No conseguía responder esa pregunta, por lo que se quedó despierto hasta el amanecer, cansado de sus pensamientos decidió tomar un baño primero.

Una vez que el agua cayó en su espalda, decidió quedarse un poco más junto a su esposa, solo hasta destruir a su padre, él le haría pagar el haberlo utilizado y el haber involucrado a Hanji, una chica que no merecía sufrir. Al terminar de ducharse, pudo oler un aroma dulce proveniente de la cocina, así que una vez que terminó de vestirse salió de la habitación, su esposa estaba en la cocina.

—Buenos días —ella fue la primera en saludar, le dedico una gran sonrisa.

—Buenos días —respondió el saludo.

—El desayuno está listo, puedes ayudarme con la mesa.

—Sí, yo me encargo —el chico comenzó a colocar los platos.

—Cocine unos hotcakes, se que no eres muy fan de lo dulce, pero te pido que les des una oportunidad.

—¿Solía comerlos antes?

—Sí.

—Entonces me gustarán —la castaña sonrió ante las palabras.

—Muy bien, entonces comamos —Hanji acercó un plato repleto de los hotcakes para que cada uno tomará los que quisiera.

—Gracias, deberías sentarte tu también a desayunar —menciono al ver que si esposa regresaba a la cocina.

—Sí, solo me hace falta algo -la chica regreso con cinco jarabes dulces y los colocó en la mesa —así podremos disfrutarlos aún mejor -tomo asiento delante de Levi.

—¿Te gusta lo dulce? —tomo asiento frente de ella.

—Sí, desde siempre, además ayuda a estar activo.

—No comas mucho dulce, hoy no irás a trabajar, así que no necesitas energía de más.

—Es una pena, realmente quería comer muchos postres.

—Bueno, puedes hacerlo, después de todo necesitaremos energía para limpiar la casa.

—Pero está limpia.

—Nos aseguraremos de eso.

Hanji hizo unos leves pucheros por la obsesión de su esposo, así que decidió cambiar de tema para intentar que su esposo olvidará limpiar, tuvieron una conversación cómoda sobre como durmieron anoche entre otras cosas.

—Bien, yo hice el desayuno y tú harás el almuerzo —interrumpió de la nada la chica al terminar su desayuno.

—¡¿Qué?! ¿De qué estás hablando? —el chico se quedó desconcertado ante esas palabras.

—Sí, aquí no hay cocineras, es un lugar pequeño, solo estamos los dos.

—Hanji sabes que no se cocinar —dijo preocupado el chico al observar que su esposa hablaba enserio.

—Yo te enseñaré, hace mucho aprendiste apuesto que está vez será más fácil.

—No, no va a ser fácil, lo único que se cocinar es té.

—Bueno, eso es un inicio, conoces lo básico, soy buena maestra y aprenderás rápido.

—Un día lo intente y solo termine arruinando la cocina.

VuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora