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Habían pasado solo unos pocos días desde que regresaron a casa, pero la comida empezaba a acabarse, así que Hanji decidió salir a comprar más, después de algunos fallos las clases particulares de cocina a su esposo estaban acabando con su alacena, por lo que al terminar de desayunar hizo una lista para traer solo lo necesario, pues tras la perdida de memoria no podía obligar a su marido a acompañarla, si el decidía quedarse en casa, ella respetaría su decisión, termino su pequeña lista.

Sin embargo, Levi ya había notado que su pareja estaba escribiendo algo, tenia curiosidad por lo que haría ella, después de todo en tan solo pocos días logro sorprenderlo con bastantes acciones por su parte, intento ignorar su comportamiento y centrarse en la limpieza, hasta que escucho su voz.

—¡Levi! —lo llamo.

—¿Qué sucede? —atendió rápido a su llamado.

—Iré de compras, ¿Necesito traer algo en especifico para lavar la ropa o los platos?

—¿Iras tu sola?

—Sí.

Levi la miro de pies a cabeza, ese día su esposa se había colocado un vestido de corte simple, en color azul cielo, que dejaba ver perfectamente su cuerpo, lo que hizo que esa sensación volviera al chico, estaba celoso, no quería que nadie viera a su pareja, sin embargo se calmo para no incomodar la, no quería que su sonrisa se convirtiera en una mueca de enojo.

—¿Puedo ir contigo? 

Hanji se sorprendió al escuchar a su esposo —Claro, pero ¿no estas limpiando?

—Ya terminé, ahora te puedo acompañar —comenzó a colocar nuevamente en su lugar los objetos de limpieza.

—Esta bien, vamos juntos —Hanji sonrió, en su interior ella quería salir con su esposo.

—¿Quieres que yo conduzca?

—No, no tienes auto desde el accidente, por lo que iremos en mi auto, así que yo conduzco —tomo sus cosas.

—Entendido, espero seas una buena conductora.

—De las mejores. Sabes, tuve un buen maestro —toco su nariz de su marido con la punta de su dedo.

Levi se quedó pensando por un momento, en verdad él le había enseñado a conducir, bueno después de todo el haría lo que fuera para hacerla feliz en un matrimonio arreglado —bueno, parece que aprendiste bien —abrió la puerta para ella.

—Gracias por notarlo.

Bajaron al estacionamiento, para después marcharse. Por el camino Hanji notaba el estado de su esposo, parecía que no había dormido bien, en los días anteriores notó sus ojos cansados, sin embargo está vez su personalidad también se vio afectada, lo sentía indiferente como la primera vez que se conocieron, así que comenzó una conversación para conocer su estado.

—¿Qué tal la noche? ¿Todo bien? —pregunto amablemente.

—Todo bien, las noches son cuando me llegan los recuerdos, pero no dejan de ser más que imágenes estáticas —él respondió de manera cansada.

—No se pueden apresurar las cosas, tus recuerdos regresarán cuando lo necesites, por cierto ¿Has dormido bien?

—No.

—¡¿Qué?! ¿Por qué no?

—Mi esposa duerme en un lugar sucio, cualquier persona se preocuparía hasta el punto de no dormir.

—¡¿Sucio?! ¿No habías dicho que confiabas en mi?

—Lo dije, solo que yo debería dormir en el cuarto de invitados, es tú casa después de todo.

VuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora