Capítulo 19

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Dedicado a @BlancaEstradaAlonso

Yixing se encontró parado frente a lo que se podía llamar "la entrada a otro mundo".

Como un gigante dormido con la boca abierta, la gruta respiraba un aliento pesado que daba un lento movimiento a la poca vegetación que luchaba por sobrevivir en la semisombra. En ese momento tuvo miedo. Ya había llegado hasta allí guiado por la necesidad de su pareja y ahora tiraba de él el instinto de conservación.

¿Estaría realmente Junmyeon dentro? No lo descubriría afuera. ¿Estaba preparado para adentrarse? No.
Dio los primeros pasos.

El suelo era terroso. A escasos diez metros comenzaba a reinar la más absoluta oscuridad. Eso sí era un problema, su lobo tenía visión nocturna, él no. Y bajo ningún concepto dejaría libre a su animal sin saber qué le esperaba dentro. ¿Entonces? Avanzar de a poco. Se pegó a la pared y fue guiándose por la roca.

La fuerza que dominaba el ambiente se sentía como un viento  persistente. Azotaba todo su cuerpo y, si bien no era doloroso, resultaba incómodo. Cuando dejó de ver la luz como un punto débil a la lejanía, se preguntó si era mejor solo volver atrás. Pero sus ojos se quedaron fijos en la tenue penumbra azulada que parpadeó en la distancia delante de él.

Mierda, nunca había sido cobarde, sin embargo... Tragó fuerte y se quedó quietecito, casi sin respirar, tratando de mimetizarse con la roca.

La suave claridad se fue acercando, despacio, y el omega creyó oír pasos. La piel se le erizó, efecto de la inquietud de su lobo, pero le dio ánimos y le prometió que si se ponía difícil la situación cambiarían y correrían por sus vidas. Eso pareció calmarlo un poco.

A unos cincuenta metros, se comenzó a dibujar una silueta, eso o un fantasma, bien podía ser cualquiera de los dos. En cámara lenta, Yixing se fue agachando en su deseo de pasar desapercibido. Pasaron unos minutos y pudo ver mejor el cuerpo de una persona, o lo que fuera en otros tiempos...

Pies, piernas, torso, brazos... pero no cabeza. La cabeza había sido cercenada de lo que parecía un tajo preciso y solo quedaba sobre los hombros el muñón negro ya consumido por el tiempo del que había corrido la sangre ahora petrificada como un encaje sobre la piel.

Una visión perturbadora en todos los sentidos.

La figura iba vestida con ropas de estilo muy antiguo pero no estaban rotas o descuidadas, por la forma en que ondulaba al caminar parecía seda. Su mente le trajo las palabras de Jong-hyun, aquí se estableció una ciudad rica por el comercio y de ciudadanos prósperos.

El cuerpo sin cabeza sostenía en una mano una lámpara de papel rectangular como la de las fiestas tradicionales. Dentro, un núcleo de luz azul titilaba y revoloteaba por todas partes en su cárcel. Fuego de fantasma. Yixing había leído leyendas al respecto y siempre pensó que eran puras bobadas.

A una distancia prudencial el cadáver-lámpara se detuvo y esperó. Ok, esto era muy incómodo. El omega no sabía qué hacer. Y si era una especie de guardián de "algo" que, sintiendo su presencia, había salido a comprobar. ¿Por qué no? Ya a estas alturas no tenía muy claro los límites entre leyenda y realidad.

No tuvo que debatirse, él otro vino en auxilio de su mente cuando, con el brazo que no sostenía la lámpara, le hizo un gesto de invitación para que siguiera adelante. Tuvo el impulso de mirar hacia atrás: quizás no era con él. Claro que no había más nadie en la cueva. Yixing quería palmearse la frente.

Esperó por unos minutos en los que su acompañante no se movió de posición, como si se hubiera congelado allí. Lentamente se puso de pie. Bueno, de los cobardes no se ha escrito nada. No pudo evitar dar un respingo cuando el cadáver se puso en movimiento. ¡Por la Madre Luna, eso lo espantó!

Omega BrujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora