Me considero una persona extrovertida, me gusta conocer nuevas personas y lugares. Por ello, acudir a eventos sociales fue una actividad común y recurrente en mi vida. Por otro lado, Sun Oh nunca fue un fan de ese tipo de acontecimientos, nunca supe la razón en concreto, pero supongo que se debe a es una persona bastante reservada y le cuesta mucho confiar en otros.
A pesar de la notoria diferencia, Sun Oh y yo teníamos pequeñas citas bastante seguido cuando aun estábamos juntos. Muchas veces me acompañaba a eventos, en otras salíamos a comer o simplemente nos quedábamos en casa viendo televisión; nunca planeamos nada muy complicado.
No solíamos celebrar aniversarios porque no hubo un momento en específico en el que definimos como tal nuestra relación. A pesar de eso, usar las palabras "novio" y "novia" se volvió algo normal. Ninguno tenía problema con ello y en lo personal, me gustaba pensar que cada día juntos era especial, por ello no ameritábamos celebrar un día en específico.
Tal vez ese haya sido uno de nuestros errores, no sentarnos a tener una charla acerca de lo que en verdad buscábamos uno del otro.
Arreglo la bota de mi pantalón intentando despejar mi mente y calmar el repentino nerviosismo que me ha invadido, lo cual es bastante curioso pues no es la primera vez que Sun Oh y yo saldremos juntos. Miro el pequeño parque a mi alrededor, buscando a Sun Oh con la mirada. Después de unos minutos, en los que logro disipar la sensación de nervios, logro verlo acercarse con la mano derecha tras su espalda mientras algunas personas voltean a verlo. Sonrío levantándome de la banca y volteo completamente hacia él.
– Lamento llegar tarde– dice bajando la cabeza.
Río mirando el reloj de mi mano derecha.
– Solo fueron tres minutos, Sun Oh.
Sonríe apenado y saca su mano derecha de detrás de su espalda, revelando una bonita flor blanca con varios pétalos delgados que la hacen parecerse a un pequeño y suave pompón.
– ¿Es para mí?– pregunto viéndolo a los ojos.
– Sé que no es la flor más llamativa o tradicionalmente hermosa, pero pensé que era la más apropiada para transmitir el mensaje.
– ¿Y cuál es ese mensaje?
– Sinceridad.
De repente, me siento enternecida por el tierno detalle de Sun Oh.
– Es un Crisantemo blanco y, por lo que pude entender, se lo asocia a relaciones inocentes y honestas. Sé que puede sonar pretencioso, pero quería que supieras que en verdad deseo que las cosas entre nosotros vayan bien, sea como amigos o como pareja, quiero ser completamente sincero sobre mis sentimientos a partir de ahora.
– No es pretencioso, para nada– digo tomando la flor– Es una de las cosas más tiernas que alguien ha querido decirme. Gracias– sonrío sintiendo mi corazón saltar de alegría– Y yo también quiero que lo que sea que vaya a pasar entre ambos, sea sincero.
Sun Oh sonríe y puedo notar que el brillo en sus ojos se hace un poco más grande y podría apostar a que mis ojos tienen un brillo similar, pues ambos sabemos que esta nueva oportunidad será completamente real. Ambos estamos dispuestos a desnudar nuestros corazones para descubrirnos nuevamente y no caer en los mismos tipos de errores de la vez pasada.
Ambos comenzamos a caminar por el parque en dirección al auto de Sun Oh.
– ¿Puedo preguntarte algo un poco personal?– dice mientras seguimos caminando.
– Por supuesto.
– ¿Desinstalaste Love Alarm?
Asiento con la cabeza mientras hago un sonido de afirmación con la boca.