Capítulo Ocho

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– ¿Qué opinas de este?– digo saliendo del probador. 

– Te ves hermosa– responde Sun Oh con una sonrisa.

– Dijiste lo mismo con los últimos tres trajes– lo regaño. 

– Porque te veías hermosa con los tres. 

Ruedo los ojos sin poder evitar que una sonrisa se forme en mi rostro. Es agradable recibir ese tipo de comentarios, especialmente si vienen de Sun Oh; eso si decido obviar la falta de objetividad.

– No eres muy buen ayudante eligiendo ropa, ¿Lo sabías?

– Lo lamento, nunca hice este tipo de trabajo. 

Ambos reímos mientras camino hacia el espejo de cuerpo entero para poder ver cómo me queda el traje que acabo de probarme y mi boca forma una mueca al ver que no es tan lindo como el anterior, por lo que decido que voy a llevar ese. Volteo a ver a Sun Oh para hacerle conocer mi decisión, pero veo que mira su teléfono con una mueca de incomodidad. 

– ¿Pasó algo?– digo acercándome. 

– Solo el director de la película recordándome que mantenga una buena imagen hasta el estreno de la película. 

– ¿Y te preocupa no poder hacerlo? 

– Siendo sincero, me asusta hacer algo mal y no darme cuenta a tiempo.

Me acerco sentándome en el pequeño sofá a su lado, Sun Oh guarda su teléfono en el bolsillo de su chaqueta y me mira fijamente.

– Eres un buen hombre, Sun Oh. Y todos lo saben, no creo que puedas hacer algo tan malo para hacer que eso cambie.

– Si tú piensas eso, es porque debe ser verdad– responde dibujando una sonrisa en su rostro. 

– Lo digo en serio. 

– Yo también. 

Suspiro ignorando el coqueto tono que su voz adquiere y me levanto del sofá.

– Llevaré el anterior. 

– ¿El de celeste con falda tableada?

– Sí. 

– Me parece bien. 

Regreso al probador para cambiarme y después de unos minutos ambos peleamos frente a la cajera de la pequeña tienda de ropa por elegir quién pagará. La cajera parece querer reír mientras acepta la tarjeta de crédito de Sun Oh. Por lo que suspiro rendida y espero paciente a que la Sun Oh termine la transacción para poder reclamarle por no dejarme pagar por mi ropa. 

Sun Oh y yo hemos estado saliendo bastante en las últimas dos semanas. Después de nuestra "cita" las cosas comenzaron a fluir de manera natural. El nerviosismo inicial se fue disipando y nuestra relación fue tomando más confianza. No me arriesgaría a ponerle la etiqueta de amistad, pues de vez en cuando alguno de los dos lanza comentarios coquetos o tiene detalles como el que Sun Oh pagara por mi ropa. Finalmente, ambos estamos cómodos por cómo se desarrolla nuestra relación. 

****

Suspiro nerviosa viendo a las personas llegar fuera del local. Afortunadamente, muchas personas parecen haber tenido interés en la apertura, probablemente por algunas de las publicaciones que el señor Choi ha estado haciendo en redes sociales. Miro a Hye Ji, la nueva gerente acercarse con una mirada nerviosa, después de intercambiar un amigable saludo, terminamos de desempacar los pequeños macarrones que ordenamos como bocadillos para la inauguración. 

– ¿Buscas a alguien? 

– Sí– digo sin dudar. 

– ¿Un novio?– sonríe pícara. 

¿Me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora