Despertó asustado y en medio de la bruma del sueño, había tenido la misma pesadilla otra vez, sudado y respirando agitado con el estómago revuelto formandose un nudo, que le quitaría el apetito al mantenerse ahí. Si bien tenía los ojos abiertos no podía ve nada atreves de la oscura y pequeña habitación, se revolvió en la cama, con ganas de seguir durmiendo, pero tenía que arreglarse antes para ir a su trabajo en la boutique. Si es que quería tener su casa de vuelta.
—Joder....—.Maldiciendo a lo bajo, recargando el peso de su cuerpo en los brazos, para lograr levantarse, mirando a todos lados, acostumbrándose a la oscuridad de la habitación. Quitó la delgada manta de encima suyo, girando sobre su lugar levantándose.
Tallo un poco sus ojos y se estiro, le dio una ligera punzada en la espalda y claro culpo al cansancio, había dormido mal otra vez y todo por qué el colchón era bastante duro, y algo más, apoyo sus pies en el suelo frío. Al levantarse lo primero que hizo fue meterse al baño, el agua estaba fría y si las cosas seguían como hasta el momento moriría de alguna enfermedad gracias a eso, por qué la medicina no era nada barata. Extrañaba sus comodidades y lujos, su cama tibia y suave, comer cuanta cosa quisiera y sobre todo el agua caliente.
Cosas que ya no tiene desde que sus padres murieron, él quedó completamente solo y al no tener un Alfa unido a él. El banco le había quitado toda su fortuna hasta que no tuviera quien la manejara, así era la ley y no podía hacer nada, ya que él como omega solo tenía que casarse y criar a sus cachorros, ser hogareño y todas esas mierdas. Era una desgracia para su casta, era altanero, egocéntrico, narcisista, sarcástico y manipulador. no era para nada un omega sumiso, nunca se quedaba callado y escupía su "veneno" cuál serpiente cada vez que discutía con alguien, ninguna de esas cualidades atraía a los alfas de buena posición. Y poco le importaba, si tenía que trabajar a deshoras para recuperar las posesiones de su familia. Lo haría.
Se arregló y ajusto bien el pañuelo en su cuello, más que una moda o un adorno. Era por cuestiones de "decencia", un omega no podía andar por la calle con sus feromonas en el aire libremente, se consideraba provocador y vulgar. Una invitación a ser atacado por un alfa, aunque más que eso. Era porque solo los omegas de vida livertina en burdeles dejaban salir su aroma, por eso. Es que un omega fuera de esa vida procuraba siempre el pañuelo en el cuello. Salió del pequeño departamento en el que se hospedaba, casi corriendo y sin saludar a la señora Potts. Que dicho sea de paso, ya lo esperaba en la caseta portera para entregarle su almuerzo. Volviendo en sus pasos para saludarla y tomar la bolsa que ella le entregaba, con un beso en la frente y un rápido arreglo de su pañuelo, la dulce pelirroja se despidió de él. Deseándole suerte y viendolo correr en dirección a la calle para alcanzar el metro.
—¡Esperé! ¡Alto!...—.Grito como pudo, corriendo detrás del metro. Ganándose malas miradas de las viejas señoras de los puestos ahí instalados, el metro se paró a dos cuadras en la parada. Esperando a que esté llegará para seguir, cuando subió al metro. Se sentó en uno de los asientos de en medio, si no hubiera alcanzado a subir, tendría que esperar media hora para que el siguiente metro que se dirigía al centro de la ciudad, llegará. Y él, lo que menos tenía era tiempo.
• • • •
—Dios mío, casi llegas tarde. ¿Que pasó?—.Pregunto su rubia compañera de trabajo, viendo al ojiazul entrar a la boutique, rodeando el escritorio de la caja registradora. Llendo hacia él.—¿Entraste en calor? Será mejor que vuelvas a casa.
—¿Qué- ¡No! Estoy bien, me tomé un té. Antes de venir...—.Hablo esquivando los brazos de la rubia, sonriendo ante su preocupación. Era normal, ayer había tenido una crisis. Disparandose en su cuerpo como si fuera una especie de celo, fue una falsa alarma. Ahora estaba tranquilo, su celo era dentro de una semana. Todo estaría bien mientras no ocurriera otra crisis. Dejo su almuerzo en el escritorio, viendo a su amiga seguirlo con una mirada preocupada. Este simplemente decidió continuar su día como normalmente lo hacía, abrió la puerta delantera del local y coloca en reversa el letrero para indicar que ahora estaban abiertos. No sé tocó el tema de nuevo, más por el echo de que ambos se mantenían ocupados. Uno cargando cajas y acomodando ropa, y otra atendiendo a ls clientes que llegaban. La mayoría de estos, siendo gente con buena posición económica para despilfarrar dinero en ropa y otros lujos.
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•Injured•
Hayran Kurgu"Mataría y moriría por ti..." Un recuerdo de un amor que no pudo ser. (AU Hazbin Hotel) (Alastor x Lucifer)