QUEDATE A MI LADO

23-ALERTA

Yue Yang despertó como todas las mañanas: estiró su cuerpo entre las sábanas y observó el techo de su habitación decorado con estrellas, pero en cuanto sintió una punzada de dolor en su cadera, reaccionó sabiendo que la noche anterior, no había sido un sueño.

Ayanga permanecía a su lado dormido, con el torso descubierto y la marca en su cuello que simbolizaba su vínculo. Se llevó las manos al cabello y entro en pánico al darse cuenta de las consecuencias de sus actos.

Liu Yin podría descubrir la marca de su Alfa, además de su aroma. Xiao Li se sentiría traicionado, y Zhan se enfadaría por hechar el plan a perder.

El Omega pataleó como si de un niño se tratara y frunció el ceño enojado consigo mismo.

"Cálmate, no esperamos cachorros aún"

<<No es por eso...¿No piensas en las consecuencias de ésto?

"Tengo a mi Alfa, no le temo a nada. Liu Yin no te haría daño, y en cuanto a Li...no siempre los Destinados deben ser pareja. Él mismo lo dijo en su carta, quería sentir algo más por ti"

<<Lo sé, pero...>>

—Yue...—musitó Ayanga apoyándose en sus manos para alzarse un poco.

—Buenos días...

—¿Por qué no me despertaste?—cuestionó acariciando al contrario en el rostro—. Quiero un beso de buenos días de mi Omega.

Yue Yang trago en seco, y sujetó su mano.

—Tenemos que hablar.

—¿Estás bien? ¿Te lastime ayer?

—No, no es eso.

—¿Te arrepientes?—insistió el Alfa—. Yue, yo lo siento, trate de controlarme pero no pude. Sé que no debí marcarte, yo...

—Oye, tranquilo—lo interrumpió rápidamente—. No me arrepiento de esto, es solo que ahora debemos hablar sobre algunas cosas. Para empezar, mi padre. No sé cómo reaccionara al saber que estuvimos juntos en su propia casa.

—Ahora que lo mencionas, tal vez sería buena idea que nos arreglemos para verlo—sonrió Ayanga subiéndose encima del menor y acorralandolo en el colchón.

—¿Qué haces?

—Solo dejame disfrutar un poco más...—pidió lamiendo su cuello.

—Ugh...ahhh...espera...

El Alfa mordió la marca nuevamente y se frotó en el contrario antes de penetrarlo en un rápido movimiento, haciendo que Yue Yang soltara grito ahogado aferrandose a las sábanas.

—Ahhhhh...oye...acabo de... Ahhhh

Ayanga lo beso en los labios para contener sus gemidos y embistió dentro de él con fuerza, entrando por completo y apretándolo de las caderas mientras el Omega se retorcía por la intensa intromisión.

—Ahhh...Ayanga, ya es suficiente.... Ahhhhh—suplicó arqueando su espalda.

—Estas tan apretado...—gruñó el mayor aumentando las estocadas—. Ahhhh... Yue necesito más... más...

—Ahhhhh...nos va a escuchar mi padre y te sacará a patadas—bufo lamiendo sus labios— Maldición, Ayanga eres tan grande que te siento palpitando... Ahhhhhh...

El Alfa se pegó como si se tratara de una bestia en celo y finalmente se corrió en su interior satisfecho.

—¿Contento? Si continúas así, me dejarás con cachorros.