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Es curioso como la mente humana funciona, de alguna manera crea escudos para protegernos de cualquier sufrimiento, como una burbuja dónde nos escondemos como cobardes solo por miedo a cualquier cosa que nos haga daño

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Es curioso como la mente humana funciona, de alguna manera crea escudos para protegernos de cualquier sufrimiento, como una burbuja dónde nos escondemos como cobardes solo por miedo a cualquier cosa que nos haga daño.

A veces y solo a veces podemos salir de ahí y tomar riesgos, tratar de superar el miedo y tener la frente en alto.

Jungkook había visto como Tae le era sincero, sus ojos reflejaban honestidad en ese hermoso brillo.
Así que esa burbuja se reventó y lo saco a patadas.

Era hora de enfrentar su mayor miedo; el abandono.

— ¡Uno!

— ¡Oh, vamos! ¿Bromeas? Es la cuarta vez que ganas.— reclamo Yoongi tirando sus cartas a la mesa.

— Tiene razón, apuesto que debajo de tu trasero hay cartas escondidas.— señaló Taehyung copiando el acto de Min. Simplemente no lo aceptaba.

— Estás celoso, aún siendo equipo de Jungkook no puedes ganarme.— le contesto con aires de grandeza.

Jungkook empezó a reír y hablo. — En su defensa, Tae no sabe jugar uno. — ahora rieron los tres dejando al mencionado un poco ofendido.

— Soy tu equipo, deberías apoyarme y no burlarte.

— Ya, dejemos eso de lado. ¿Otra ronda?

— En tus sueños.— Yoongi se levantó a buscar un vaso de agua mientras Hoseok acomodaba las cartas y las guardaba.

— Entonces...— Hablo el de linda sonrisa. — Ustedes dos, no sé cómo pasó pero, bueno....

— Solo dilo.

— Oh, Jungkook tan poco paciente como siempre. ¿Ya son amigos?— Indagó acomodándose en su lugar.

Amigos, buena pregunta.

— Estamos dándonos a na oportunidad.— Contesto Taehyung copiando su acto. — Tenemos unas horas más par hacerlo.

Jung asintió y también se puso de pie para ir seguramente al baño.

— Unas horas nada más, vaya que el tiempo pasa rápido...— susurro Jungkook un poco ido de si, como si se estuviera diciendo eso a sí mismo.
Y en teoría, así era.

— Podemos hacer más cosas aún, dime ¿Qué se te antoja, ah? Comer helado en la cama mientras vemos una película o... hacer una manualidad juntos.

Y aunque a Jungkook esas ideas le parecían geniales, había algo que quería hacer enserio con Tae.
Una fantasía de todas las noches en ese hermoso sueño.

Si lo pensaba bien no era tan descabellada la idea.

— Quizá podríamos... ¿ir al parque de diversiones?

Al mayor lo tomo por sorpresa, un parque a esa hora del día quizá esté lleno, o habría frío.

Pero si era con el, todo estaría bien.

— Me gusta la idea.—  sonrió. — Tomemos unos abrigos, tratemos de darnos calor y hagámoslo. — tomando la mano del menor y lo llevo consigo con Yoongi y Hoseok.

Estos dos estaban sonriendo mientras hablaban de algo, dejaron eso de lado al ver a los chicos frente a ellos.

— ¿Qué sucede? — Indagó Yoongi.

— Queremos hacer algo.

— Están locos, realmente están locos

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— Están locos, realmente están locos.

— No hace tanto frío de todos modos.— contesto Yoongi. — Solo hay que divertirse.— completo restándole importancia a las preocupaciones, hoy serían felices.

Tae y Kook miraban las luces adornando el hermoso lugar, ahora uno de los dos entendía lo bello de la navidad y el otro quería sentirse así siempre... Completo.

— ¿Qué esperamos, Jungkook?

El mencionado nego en respuesta y con una sonrisa ambos fueron a la gran rueda, Hoseok y Yoongi delante de ellos tomaron un lugar.
Sabía que ese lugar era bueno para empezar.

Entraron y pronto fueron elevándose mientras más personas subían. Poco a poco empezaron a quedar arriba viendo las estrellas.

— Quisiera quedarme aquí, es muy bonito. — comento el menor sintiendo las leves caricias por parte del azabache. — Y... puedo estar a solas contigo.

— Ahora si quieres estar conmigo.— sonrió y nego. — Creí que nunca te escucharía decir eso. Es... reconfortante.

La sonrisa de conejo apareció y asintió, tenía razón. El tampoco se había imaginado en esa posición.

— Dijimos que seríamos solo tu y yo, trato de poner de mi parte para que sea más ameno el momento.— explico rascando inconscientemente su oreja, elevó el rostro viendo el del mayor. Sus ojos desaparecían en esa sonrisa. — Eres muy.... Hermoso, Tae.

— Tu eres muy hermoso, lo más bello que mis ojos han visto. Quisiera empacarte en una bola de cristal y llevarte conmigo siempre. Cuidar de ti y hacerte reír...

Y lo supo, Jungkook supo todo.

— Tae... Y-yo...—

— No es necesario que digas nada.


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𝑬𝑺𝑷𝑶𝑺𝑨𝑫𝑶𝑺 -- 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤 ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora