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Pronto sería Navidad, la época más esperada por los alumnos, ya que por órdenes del director iban a tener ese día libre para estar en casa por la tormenta de nieve que amenazaba por caer.
Jungkook esperaba con ansias la hora de salida, había evitado a toda costa a Tae y sus amigos desde la mañana. Hoseok seguramente estaba muy molesto y no era para menos. Si estaba actuando por impulso y no pensaba con calma, pero realmente el miedo volvía a invadirlo.
Quizá simplemente no estaba listo para enfrentar la realidad, en poco tiempo se acostumbro a Taehyung que todo pareció irse encima de él. No podía ni quería hablar con él ahora, porque sólo diría palabras hirientes.
Pero la mala suerte estaba de su lado.
— ¿Podemos hablar, Jungkook? — se sintió encerrado.
— No tengo nada que hablar contigo. — corrió un poco pero el mayor lo alcanzó.
— Mínimo dime que sucede. De un día a otro ya no me odias, luego simplemente me pides que me aleje, no te entiendo. — reclamo mientras suspiraba y trataba de relajarse.
— No pasamos mucho tiempo como para que te creas con el derecho de venir y preguntarme eso. Tae, cada uno irá por su lado y ya. Tu y yo no somos amigos... No veo porque te preocupas por mi si de todos modos te iras.
Y terminando eso, se fue. Dejó a Taehyung con la respuesta que quería y bueno, un poco molesto por lo infantil que estaba siendo. Sin embargo lo entendió, porque el también tendría miedo de perder a una persona que nunca tuvo. Aún si el sentimiento dijera lo contrario.
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— Yoongi, ¿podrías dejar de abrazarme tanto?
— No quiero, porque me gusta sentir tu calor. — contestó volviendo a besar los labios del contrario. Jimin no se quejaba, pero necesitaba aire.
— Claro, soy el mal tercio como siempre. — rebusno Hoseok detrás de ellos, Yoongi le había pedido que le acompañará a buscar a su lindo nuevo novio, Pero no creyó nunca ver lo empalagoso que era.