Veintiocho.

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-¿Qué hay rumores sobre que estás embarazada?- preguntó Tom en cuanto le conté lo sucedido.
-Sí, lo he leído en una revista.
-¿Y todo porque te han fotografiado con ropa ancha?. Esto se está poniendo bastante mal.- oí que su voz sonaba extrañada.
-Te puedo asegurar que la que está haciendo esto es Samantha. Tom, es la única que quiere estropear lo nuestro- dije en tono angustiado.
-Menos mal que todo es mentira, que si no...
-¿Estás dudando de mí?, ¿Crees que si estuviese embarazada, no te lo diría?
-No, no es eso, Mary. Lo único que digo es, que de esta manera, es más fácil negarlo. Ahora llamaré a Alex para que hable con el agente de Samantha...- dijo y de repente, se calló.
-¿Tom?- pregunté dudosa.
-Espera un segundo, en la tele están diciendo algo sobre nosotros.
-Vale- contesté y esperé hasta que Tom volvió hablar al cabo de varios minutos.
-Acaban de decir lo mismo que tú me has dicho. Pero aquí es peor, dan por hecho de que estás embarazada.
-¡Ay, Dios!. Esto se está complicando...
-Mary, tranquilizate. Voy a llamar ahora mismo a Alex para que haga todo lo posible para acallar todo esto lo antes posible. Esto me está empezando a cabrear a mí.
-No vayas hacer ninguna tontería.- le advertí.
-¡Claro que no!- exclamó.
-De acuerdo. Mantenme informada, ¿vale?
-Por supuesto. Ahora te tengo que dejar, voy a informar a Alex de esto. Aunque, a estas alturas, ya creo que se sabrá hasta en la casa real.
-Como quieras. Muchos besos.
-Besos.- dijo y colgó.
Solté el teléfono y me puse a estudiar junto a Silvia.
No habían pasado ni veinte minutos de haber soltado el teléfono, cuando éste empezó a sonar. Imaginé que era Tom pero vi que no era él al coger la llamada. Era mamá.
-Hola, ¿qué pasa?.
-Hola, hija. ¿Te has enterado de lo que dicen de ti en la tele?
-Si, ya lo he visto en una revista y Tom me ha dicho que los rumores en Inglaterra son peores.
-Dime que todo es mentira.
-Por supuesto que todo es mentira. Yo no estoy embarazada.
-¡Menos mal! No sabes lo mal que lo he pasado cuando he escuchado eso.
-Puedes estar tranquila. Todo esto es un invento de Samantha Rose.
-¿Samantha Rose?- preguntó mamá algo extrañada.
-Es una actriz que rechazó el papel que yo hice en la película, porque quería más dinero. Y ahora está celosa porque estoy con Tom- le expliqué.
-Llevas razón. Tu tía me lo contó.
-Mamá, tú tranquila que en tu estado no te puedes alterar. Bueno, ahora te dejo que tengo que seguir estudiando.
-Me alegro de que todo sea mentira. Vale, hija, ten cuidado. Muchos besos.
-Lo mismo digo. Dale recuerdos a papá. Muchos besos, mamá- me despedí y colgué.
Dejé el teléfono en su sitio y volví a la mesa a estudiar. Silvia me miraba con una sonrisa. No entendía a que venía aquello.
-No me puedo creer que hayas cambiado en tan poco tiempo. Hace nada que te afectaba todo lo que decían de ti y ahora te da igual todo. Yo creo que te han hecho algo la última vez que has ido a Londres.
-Sólo me he dado cuenta que no se puede ser tan tonta. Esa quiere guerra y la va ha tener.
-¡Esa es mi amiga!- exclamó Silvia pegando brincos en su silla.
Sonreí.
Mi amiga llevaba razón. Antes todo me afectaba, ahora no.
Tenía un novio famoso, del cual había muchas jovenes enamoradas de él, y como enemiga, a una joven actriz, que quería destruir mi pequeña carrera.
Pero lo que le había dicho a Silvia era verdad, si quería guerra, la iba a tener. No voy a quedarme de brazos cruzados.
Seguía siendo la chica de siempre, pero algo dentro de mí había cambiado.
Aunque no pensaba en lo mucho que cambiarían las cosas en un futuro no muy lejano.

Un Amor Para Siempre (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora