Después de toda una noche pensando, tomé una decisión: volver a Londres. Por lo menos, tenía que intentar reparar el error más grande de mi vida. Tenía que intentar que Tom me perdonase, aunque Silvia dijese que si lo haría.
El lunes por la mañana, llamé a mi tía Carolina, que no se creía mi repentina decisión de volver a la ciudad inglesa. Se puso muy contenta y dijo que estaba feliz de tenerme allí de nuevo. Incluso mis padres se sorprendieron cuando les dije que quería pasar unos días en Londres con mis tíos.
Mi vuelo salía el día doce de julio a las once de la mañana. Estaba muy nerviosa cuando me monté en el avión junto a Silvia. No tenía ni idea de lo que me podía esperar en mi regreso a Londres.Mi tía nos recibió en el aeropuerto con una gran sonrisa. Me tuvo un buen rato abrazada a ella y llenándome de besos. Yo no pude reprimir las lágrimas. Silvia me dio unas palmaditas en el hombro, como queriendome decir qe estuviese tranquila. Tía Carolina me dijo, mientras nos dirigiamos a su casa, que tío Richard no había venido porque estaba en casa cuidando al pequeño Troy. Mis tíos hacia menos de un año que habían tenido un hijo. Yo aún no lo conocía en persona, sólo lo había visto en fotos y estaba deseando verlo desde hace tiempo.
Llegamos a casa y, todo estaba como lo recordaba. Nada había cambiado. Mi tía abrió la puerta y entró, seguida de Silvia y de mí. En el interior, también estaba todo tal y como lo recordaba. Vi a mi tío con el pequeño en brazos y a Sue, leyendo en el sofá. Mi prima estaba preciosa, se estaba convirtiendo en toda una mujercita con tan sólo nueve años. Soltó el libro en el sofá y vino a saludarme. Me dio un gran beso y dijo:
-Ya era hora que vinieses. Te hechaba de menos.
-Yo también, Sue. Ya tenía ganas de volver.
-No lo hubieses vuelto si yo no te convezco, Mary- dijo riendo mi amiga.
Yo también me reí y luego saludé a tío Richard, quien también me dio un gran abrazo. Cogí a mi nuevo primo en brazos. Me miraba fijamente, pero luego sonrió. Le di un beso en la frente y se lo entregué a mi tío. Llevé mi maleta a mi habitación. No había cambiado nada en ella tampoco. Mis tíos la habían dejado tal y como yo la dejé. Empecé a poner la ropa en el armario y tía Carolina entró en mi cuarto.
-¿Cómo encuentras tu dormitorio?
-Bien, todo está tal y como lo recuerdo.
-Lo hemos dejado como tú lo dejaste. Teníamos la esperanza que volvieses. Volver has vuelto, aunque sea cinco años más tarde- dijo en una sonrisa.
-Lo siento, pero aquella situación me superó- dije algo triste.
-Venga, no te preocupes. Todo el mundo se equivoca alguna vez. Nadie es perfecto. Por lo menos, te has dado cuenta que cometiste un error. Verás que bien te recibe Tom en cuanto sepas que estas aquí.
-Eso espero- dije en una leve sonrisa.
-¡Claro que si!. Se pasa todos los días preguntando por ti. Tiene ganas de verte.
-Aún no sé por qué no se ha olvidado de mí.
-Porque te quiere.- dijo mi tía en una sonrisa.
Sonreí.
Ojalá mi tía tuviese razón y Tom estuviese contento de verme. No sé como iba a reaccionar cuando lo viese, después de tantos años.El domingo catorce, Silvia me llamó para que fuese a su piso. Llevaba seis meses viviendo con su novio. No tenía nada mejor que hacer, así que le dije que si iría. Me iba a llevar mi tía, quien sabía dónde vivía mi amiga. Después de almorzar y de ducharme, fui para casa de Silvia.
Era un piso amplio, decorado con muebles bastante modernos. Era precioso.
Me abrió la puerta Michael, que se sorprendió y se alegró de verme. Mi amiga estaba sentada en un sofá de color blanco.
-Amiga, tienes un piso precioso.
-Gracias. Michael me ha ayudado mucho.
-Teneís muy buen gusto.
-Tu amiga es muy buena decoradora, más que yo.
Nos reímos los tres. Silvia me preguntó que si quería tomar un café y yo asentí. Michael fue a la cocina mientras mi amiga y yo hablábamos. Por lo visto, había unos productores que habían contactado con ella para hacer una película para cine, aunque no sabía si aceptar o no. Decía que hacer una película era algo que le daba demasiado miedo, ya que nunca había hecho una. Lo único que le dije, fue que siguiese sus instintos, que no tuviera miedo de nada.
Michael llegó con los cafés y con unas pastas. Me preguntó por qué aquel cambio repentino y por mi vuelta a Londres. Lo único que le pude decir fue que la culpable de todo era Silvia, quien empezó a decir que era su deber hacerlo. Luego hablamos de muchas cosas. Michael me dijo que mi amiga era muy cabezota en algunos asuntos. Silvia se enfadó un poco, aunque pronto emepzó a reirse. Yo sabía de sobra como era mi amiga en cualquier asunto. Era normal, pues la conocía desde los cuatro años y siempre habíamos estado juntas. Sabía como era su caracter, lo que le gustaba y lo que no. Cuales eran sus sueños y todo lo que se le pasaba por la cabeza. A ella le pasaba lo mismo conmigo.Sobre las seis de la tarde, llamaron a la puerta. Silvia fue a abrir. Yo, como tenía una pared detrás mía, no podía ver quien acababa de llegar.
-Pasa, te estaba esperando- escuché decir a Silvia.
Escuché unos pasos y miré a ver quien era. Sentí un hormigueo al verlo. Parpadeé varias veces para comprobar que era verdad lo que veían mis ojos.
Volvía a tener delante de mí a Tom Felton.
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Un Amor Para Siempre (completa)
FanfictionMari es una chica española que va a Londres de vacaciones con sus tíos. Casualidades del destino, le ofrecen hacer un papel en una película. Mari, tan humilde y sencilla, cautivará a los productores y la cogerán para la película. Allí conocerá a su...