El fantasma de una dialover [Diabolik Lovers]

Capítulo 28

-¿Donde está mi ángel guardián?- pregunté mirando a Kanato fijamente a los ojos.

-¿Que mierda te pasa? Alejate de mi.- en cambio Kanato me miró con cara de asco, que bonito mi metro y medio de pura maldad.

-Aparece de una vez, no tengo todo el día.

-Grosera.- su voz cambió.- Al menos invócame en buena forma ¿no?

-Quiero hablar contigo sobre lo que me dijiste.- fui al grano.- Necesito saber los términos del contrato que me ofreciste hace una semana.

Él rió y por un momento reconocí su voz, juraría que la conocía de algún lado pero no lograba recordar.

-No estás hablando con un demonio, relájate.

-No sé yo, eso de poseer un cuerpo...

-Los ángeles también podemos hacerlo pero es un tanto diferente.- explicó.- Bien, dejame aclararte algo, el cuerpo que te daré será el de Mieru.

-¿Como que el cuerpo de Mieru? ¿Mi gemela malvada?

-Exactamente. Mieru en realidad es una extensión de tu alma, ella no debería de existir pero yo la cree para ti.- yo estaba que no cabía en mi asombro, no entendía del todo lo que me quería decir pero tenía que escuchar la explicación completa.- Moriste con arrepentimientos, por ello, como tu ángel guardián, decidí darte una oportunidad. Cree a Mieru tomando una parte de tu alma, le di nombre, personalidad y una familia amorosa tal como la tuviste tú. Todo ello para que tomaras su cuerpo algún día si así lo deseabas.

-Es por eso que...

-Es por eso que te sentiste apegada a ella cuando la viste en el hospital.

Ahora realmente entendía muchas cosas.

-Por otro lado... ¿que piensas hacer? ¿Tomarás su cuerpo?

-No.- respondí luego de unos minutos de pensar.- Por más que desee volver a la vida no puedo arrebatarle la felicidad a Mieru. Será una extensión de mi alma pero lo único que comparte conmigo es eso, ella tiene su propia vida y yo la mia.

-Entiendo.

-Además, aún tengo cosas que hacer siendo fantasma. Gracias por la oportunidad...

-Llámame Dan.- fue lo último que dijo antes de desaparecer.

Abrí los ojos como platos al escuchar ese nombre y ahora mi cabeza comenzó a dar vueltas. ¿Acaso mi primer amor fue... mi ángel guardian?

-Dios, que locura.

Fui a buscar a Yui, la encontré en su habitación recogiendo ropa del armario y echándola en una gran maleta. Últimamente me la pasaba mucho con ella ya que estaba deprimida a más no poder.

-¡Yui adivina lo que- !- me detuve en seco.- ¿A donde vas?

-Voy a pasarme una temporada en casa de los Mukami, quiero estar un tiempo alejada de Ayato.- susurró.

-¡No puedes hacer eso! ¿Como voy a juntarlos sino?

-Deja de insistir Yurei, no creo que puedas hacerlo.- cerró la maleta.

Crucé los brazos molesta al ser olímpicamente ignorada, Yui salió de la habitación llevando la maleta en mano yendo directamente hacia la salida. Como no podía impedir que se marchara lo único que pude hacer fue sentarme en el sofá de la sala a refunfuñar.

-Ah, aquí estás Yurei.- saludó Laito.

-Hola.- saludé de mala gana.

-¿Sigues molesta porque no te quiero contar lo que está pasando?

-Obviamente, aunque ahora no es solo por eso.

Escuché a Laito suspirar sonoramente.

-Dice que lo hace por ti.

-¿Que es lo que hace por mi?

-Lo de dejar a Yui, dice Ayato que lo hace por ti y por Shu. En un principio Shu se lo pidió de favor y él aceptó pero...

-Sigo sin entender.

-Bueno, como siempre estás diciendo que cuando termines tu misión irás finalmente al cielo...

Jadeé al escuchar esta última frase.

-No quiere que desaparezca.- casi se me saltan las lágrimas.- Shu, idiota.

Laito me miró triste y yo igual, no me había dado cuenta de que era yo justamente la que impedía que Yui y Ayato estuvieran juntos. Lo peor es que todos sabían de la situación menos yo.

-No, ellos no pueden hacerme esto.- salí corriendo en dirección a la entrada, ya la rubia estaba a punto de salir.- ¡Yui detente!

-¿Yurei?

-Regresa, dile a Ayato que lo amas. Esto no puede quedarse así. ¡Ya sé porque lo hacen! ¡Pero yo ya estoy muerta! No me importa desaparecer, solo quiero verlos felices.

-No lo entiendes, también lo hago por Shu, él no dejará que te vayas.

-¡Ya sé lo que voy a hacer!- grité al ver que ella no iba a poner de su parte.

Corrí todo lo que mis piernas fantasmales me lo permitieron hasta meterme a la habitación de Shu, este estaba como siempre medio muerto medio vivo pero no es nada que un grito no pueda arreglar.

-¡Shu!- grité a todo pulmón.- ¡Yui está a punto de irse a la mansión Mukami para casarse con el Christian Grey!

-Ah.- respondió indeferente.

-¿Como que "ah"?- me emputé.

-Mejor ven a dormir un rato conmigo.- se echó a un lado dándome espacio en la cama mientras sonreia.- Ven aquí.

-¡No me uses como excusa Shu Sakamaki!- le grité.- ¿Como vas a dejar que uno de tus hermanos sufra de esa manera por tu egoísmo? ¡Ya sé que tienes miedo de que me vaya pero ya estoy muerta! ¡No puedo volver a la vida por más que lo desee!

Noté, por el rabillo del ojo, que todos sus hermanos estaba allí, mirando la discusión.

-Lo primero que me dijiste cuando nos conocimos fue que dejara de molestar a tus hermanos así que ahora tienes que dejarme ir. ¡Aceptalo!

-No puedo.- susurró mientras aguantaba las lágrimas al escuchar mis palabras.- Realmente no quiero dejarte ir. Te has convertido en mi mejor amiga. ¿Con quién voy a discutir a partir de ahora si no estás? No quiero perder a nadie importante para mi otra vez.

-No voy a desaparecer del todo Shu.- me acerqué al verlo ocultar sus lágrimas.- Lo que vivimos todo este tiempo siempre lo vas a poder recordar. No tengo miedo de desaparecer porque los pude conocer y eso está bien para mi, era todo lo que necesitaba.

Finalmente Shu se puso a llorar, no solo él sino que Laito y Ayato también se pusieron sentimentales.

-Vamos, tenemos que impedir que Yui se vaya.

Mentiría si dijera que en ese momento no estaba nerviosa, en realidad si tenía un poco de miedo pero estaba haciendo lo correcto.

Estaba lista para partir.

Cap más largo de lo normal porque el prox es el último juas juas.

Las amo.

Pd: ¿Quieren pañuelos? :D

Pd2: Ayuda, me entraron ganas de subir el final.