Capitulo 2: Transmigración

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Liang Feng gimió al despertarse con una agonía abrasadora. La cabeza le pesaba como el plomo, los huesos le dolían como si los hubiera atropellado una apisonadora y el estómago le palpitaba como si alguien lo hubiera apuñalado con un cuchillo de carnicero. Demasiado doloroso. Ya había sufrido heridas antes, pero nunca había experimentado algo así. Liang Feng apretó los dientes, pensando que podría soportarlo hasta que se le pasara, pero el dolor le sobrevino implacablemente sin ninguna señal de alivio.

¿Se habían olvidado de ponerle anestesia o algo así? Incapaz de soportarlo por más tiempo, se esforzó por separar sus labios agrietados y murmuró: "enfermera......"

Quizá su voz era demasiado débil, pero nadie respondió a su llamada. Había un fuego que ardía en su garganta, bajando por su esófago, abrasando sus pulmones, amplificando su dolor. Por un momento, el miedo se apoderó de él. ¿No estaba en el hospital? ¿Podría ser que la operación hubiera fracasado y estuviera tirado en el suelo esperando a morir? Ignorando la enloquecedora agonía, Liang Feng abrió los ojos.

Lo primero que vio fue un tono nebuloso de color verde claro. Una suave brisa rozaba las cortinas de gasa, trayendo consigo el aroma de la medicina y el incienso.

Después de un momento de estupor, el cerebro de Liang Feng finalmente se puso al día. Era un dosel(1)de cama intrincadamente bordado, hecho de un material que no podía nombrar, que se balanceaba con aire hacia el suelo. Estaba tumbado en una gran cama de madera, cerrada por tres lados con paneles de madera y una cortina por el otro.

¿Qué era este lugar?

La cabeza de Liang Feng zumbaba ruidosamente mientras levantaba el brazo e intentaba apartar la cortina. Sonó el claro tintineo de una campana, activada por algún mecanismo involuntario.

"¡Maestro! (2)¡Maestro, estás despierto!"

Una pequeña figura se apresuró a apartar la cortina. Era una chica joven, tal vez de trece años como máximo. Llevaba lo que parecía un traje de época, con el pelo recogido en dos moños. En su cara de niña se reflejaba la emoción y la sorpresa, y en sus ojos había un brillo acuoso.

La alegría en su expresión era sin duda sincera, pero Liang Feng nunca la había visto antes y no podía entender lo que le pasaba. Alargó la mano para intentar agarrarla y sacarle alguna respuesta.

Sin embargo, se congeló antes de poder decir una palabra. Había una mano delicada, mortalmente pálida e indescriptiblemente elegante suspendida en el aire, temblando sin cesar. ¡Esa no era su mano! ¿Qué demonios era esto? ¿Qué ha pasado exactamente?

Liang Feng se oyó a sí mismo hacer un sonido de sorpresa, pero no tuvo tiempo de reflexionar。La ira y la agonía se apoderaron de él una vez más。Su visión se ennegreció mientras se desplomaba hacia la cama, perdiendo la conciencia de nuevo。

*

"¡¿Qué?!" Una taza de té se hizo añicos contra la mesa. El sonido crujiente envió una ola de temblores a través de las sirvientas arrodilladas en el suelo. En la mesa estaba sentada una hermosa dama cuyo rostro era de color gris ceniza. Se quejó amargamente,"¿No dijo el Doctor Sun que no se podía salvar?Cuándo se despertó?"

La sirvienta se apresuró a responder: "Hace como una hora. La sirvienta de la familia Liang dijo que su amo ya podía tomar la medicina. Parece que ya se ha recuperado...."

La señora apretó el puño, con el resentimiento hirviendo en su corazón. No podía imaginarse que aquel débil inválido se escaparía de las fauces de la muerte, despertando en un momento tan crítico y echando a perder sus meticulosos planes. La tarea más importante era contener la situación y asegurarse de que el gran día de su hijo no se arruinara.

Camino Real(Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora