Capítulo 11

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—Chizuru... Chizuru.

Mientras la mente nublada de la chica se aclaraba y sus ojos se adaptaban a la luz, Chizuru vio a una mujer muy familiar frente a ella antes de preguntar con la mente aún confusa—. ¿Mamá?

Una sonrisa fue suficiente, no podía olvidar nunca, esa sonrisa cálida, la sonrisa que le hacia saber que todo estaría bien, ella era su mamá... su linda mamá, la había extrañado, se sentía tan sola, y ahora podía verla una vez más. Antes de darse cuenta la estaba abrazando, sorprendiendo a la mujer que solo pudo quedarse paralizada, antes de sonreír y corresponder el abrazo.

—¿Qué pasa, pequeña? ¿Esta todo bien?

Escuchar a voz preocupada de su madre y ser correspondida al abrazo provocó que la lagrimas que había estado conteniendo durante tanto tiempo fluyeran libremente fuera de sus ojos. La estaba abrazando de nuevo su mamá, su única familia, la mujer que la vio crecer, que la cuido en sus peores momentos.

Sin embargo, todo sueño tenia que terminar.

—Chizuru es hora de despertar. 

—¿Qué? —Chizuru se separó del abrazo para ver a la cara de su madre una vez más, pero no fue posible. El rostro de su madre era borroso como si se estuviera desvaneciendo, como si solo fuera una simple alucinación—. ¿Mamá? —preguntó con miedo.

Obteniendo lo que ella creyó que era una sonrisa, la mujer habló con tono cálido—. Es hora de despertar, mi pequeña. Aún tienes mucho por hacer —su voz era más distante con cada frase que pronunciaba.

—NO —gritó Chizuru con miedo creciente en su voz—, Quiero quedarme, déjame quedarme... no quiero despertar —notando la carencia de una respuesta, el miedo fue sustituido por la ira—. Siempre odiaste a papá por abandonarnos y ahora harás lo mismo. Me abandonaras. NO ERES MEJOR QUE ÉL —pero tan pronto como su diatriba termino, una tristeza y soledad incomparables la invadieron, mientras intentaba abrazar más fuerte a la mujer frente a ella intentando inútilmente que esta no despareciera mientras murmuraba—. No te vayas. Por favor. No me dejes de nuevo, mamá.

—Lo siento. Te amo, mi pequeña princesa —ella desapareció y los recuerdos de esa noche volvieron.

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        [Hospital General de Musutafu]

[7:22 PM]

Las horas más dolorosas de su vida, la cara de placer de aquel hombre y su sonrisa burlona, el miedo, la desesperación. No quería despertar, no podía mantener abiertos los ojos sin ver su cara en algún lugar, incluso cuando intentaba dormir sin ayuda de los analgésicos, siempre fue imposible, sus amigos que habían venido a visitarla ni siquiera pudieron acercarse a ella, debido a sus ataques de pánico. 

Dijo que testificaría y sin embargo, ni siquiera podía mantenerse cuerda, de que serviría una testigo loco en un tribunal, sus argumentos caerían en oídos sordos. Su voz no seria escuchada, sus amigos la verían diferente y eso la asustaba. ¿Cómo podría permitirse vivir después de eso?

Con un respiro profundo, Chizuru intento dejar el miedo de lado, antes de abrir los ojos, viendo de nuevo aquella habitación de hospital vacía, confirmando una vez más que todo los recuerdos en su cabeza eran reales. Dejando su mirada vagar hasta la mesita a un lado de su camilla, un ramo de flores, globos y varias notas que tenia el mismo mensaje de 'mejórate' escrito en ellas, con algunas excepciones. Sin embargo, nada de eso la alegro, aunque estaba agradecida con sus amigos, ninguna de esas cosas la ayudaría a olvidar todo lo que paso mágicamente.

—Una lastima que todas esas notas se desperdicien en alguien que ya esta muerto, ¿no es así, linda? 

Una voz burlona llego a los oídos de Chizuru, enviando una descarga a través de su cuerpo paralizándola en su lugar mientras su tez se volvía incluso más blanca que una hoja, esa voz era algo que nunca podría olvidar. Girando su cabeza mecánicamente hacia la fuente de aquella voz, ella lo vio. El autor de sus pesadillas, el monstruo que la perseguía donde quiera que estuviera. Sin embargo, esta vez era real, su mente lo sabia, su psicóloga y los doctores la estaban enseñado a superar su miedo hacia las otras personas y algún tipo de avance había hecho, lo sabia, él estaba ahí. parado a unos metros de su camilla con esa sonrisa burlona en su rostro. Pero, sin que ninguno de ellos lo notara una de las pequeñas notas en la mesita se desvaneció dejando una ligera nube de humo que desapareció tan rápido como la nota se había desvanecido.

El Chico Sin Quirk (Naruto x BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora