Capítulo 36

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Thiago se encontraba en medio del bosque. Estaba muy emocionado, esperando a alguien.
Cuando esa persona llegó, él escuchó sus pasos a sus espaldas, por lo que se dió vuelta.
Thiago: ¡Mar! ¡Mí amor! -gritó al verla llegar, y ella corrió a su encuentro. Al estar uno frente al otro, se miraron a los ojos unos cuantos segundos, para luego abrazarse y besarse.
Mar: ¿Qué es todo esto? -preguntó, notando que el lugar estaba decorado.
Thiago: Lo preparé para vos. ¿Te gusta?
Mar: Me encanta -respondió sonriente.

Caminaron unos pasos hasta llegar a dos sillas que se encontraban al lado de una mesa. Se sentaron y Thiago, feliz, no podía dejar de mirarla.
Mar: ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras tanto, perno? ¿Tengo algo?
Thiago: No, no tenes nada... Pasa que te extrañé mucho
Mar: ¿Por qué? No me fui a ningún lado...
Thiago: Cosas mías, no me hagas caso...
Mar: Bueno... ¿Qué hacemos ahora?
Thiago: ¿Querés que te cante una canción?
Mar: Me encantaría, pela, pero es peligroso estar acá, en el bosque. Pueden venir los guardias, y...
Thiago: No te preocupes, no nos va a pasar nada. Yo te voy a proteger, te lo prometo, ¿Confías en mí?
Mar: Obvio -Ante esa respuesta, él sacó de detrás de su asiento una guitarra. Se acomodó y comenzó a cantarle “Dónde estás”.

Cuando terminó, se pararon y empezaron a caminar agarrados de las manos.
Thiago: ¿Te gustó la canción? La escribí para vos
Mar: Me re gustó, mí amor... Lo que sí, es un poco triste. -Pararon de caminar y se miraron a los ojos- Yo nunca me voy a ir.
Thiago: Sé que no, pero...
Mar: No pienses en eso, ¿Sí? Y, en todo caso, si eso llegara a pasar, siempre voy a estar con vos, y vos conmigo -le dijo, tocando su llave
Thiago: Te amo con el alma -respondió emocionado. Sin embargo, cuando la quiso besar, un fuerte ruido los detuvo.

Mar y Thiago se dieron vuelta, y se encontraron con dos guardias. Ambos cazadores se acercaron a Mar, y la agarraron de los brazos para llevarla. Ella gritaba desesperada, pidiendo ayuda, y Thiago, a pesar de que quería ir a defenderla, no podía despegar sus pies del piso.
Thiago: ¡Mar! -lloraba, impotente por no poder hacer nada.

De pronto, todo el bosque oscureció. Ahora era de noche, y Thiago se encontraba disfrazado de guardia civil frente al gran portón.
Se acercó a él y, con un arma, desmayó a todos los soldados que querían impedir su paso.
Apenas cruzó la puerta, miró para todos lados para reconocer el lugar: era una cárcel. A lo largo de un extenso pasillo habían decenas de celdas, por lo que fue abriendo una por una para encontrarse con su novia.
A medida que iba avanzando, la angustia crecía. Finalmente, llegó a la última.

Thiago: Mí amor... -exclamó sonriente al encontrarla, pero esa sonrisa se borró al notar que estaba herida.
Mar: ¡No te me acerques! -le gritó llorando y mirándolo a los ojos- Me dijiste que no nos iba a pasar nada, me lo prometiste
Thiago: Todo este tiempo te estuve buscando, te lo juro
Mar: ¡Mentira!... Me fallaste. No hiciste nada para salvarnos ni a mí ni a ninguno de los chicos
Thiago: No, Mar, no es como vos pensás... Yo sí te busqué, te quise salvar, para eso estoy acá. Creeme, por favor... -le explicó entre medio de lágrimas
Mar: Me decepcionaste -él, desesperado, se quiso acercar, pero ella lo volvió a alejar.- No te quiero volver a ver en mí vida...
Thiago: Por favor...
Mar: Basta, Thiago. Callate. Sos un traidor, un cobarde... Te odio -Una vez que esas palabras salieron de su boca, ella cayó desmayada.

Thiago, inmediatamente, se acercó gritando.
Thiago: ¡NO! ¡MAR! ¡POR FAVOR! -Se tiró al piso junto a ella y le agarró la cabeza- No me hagas esto, mí amor, por favor... -suplicaba mientras trataba de hacerla reaccionar. Sin embargo, ya no podía hacer nada. Estaba muerta.- ¡NOOOO!

Thiago: ¡NOO! -Gritó al despertar en la vida real. Todo había sido una pesadilla, aunque su cara estaba mojada por las lágrimas y su grito había sido escuchado por todos
Rama: ¡Thiago! ¿Estás bien? -preguntó preocupado, entrando a la habitación
Thiago: Sí... -se secó la cara con las manos- ¿Qué hora es?
Rama: Son las 11:30
Thiago: ¡¿Qué?! ¿Por qué no me despertaron? -se quejó mientras se levantaba
Simón: Porque el líder tiene que descansar -metiéndose en la conversación- Mañana tenemos mí casamiento, no sé si te acordás
Thiago: Obvio que me acuerdo. -olvidando un poco su sueño- Bueno, dale, vamos -De esta forma, los tres salieron de la habitación.

Casi Ángeles 4: Resistiendo diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora