Capítulo 37

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Simón: Por dónde empezar, ¿No? -Vale lo miraba a los ojos, emocionada.- Cuando te conocí, no pensé en lo importante que ibas a ser para mí. Pasamos un montón de cosas. Algunas buenas, algunas malas pero siempre estuviste conmigo, nunca te fuiste. Siempre me amaste, y eso es lo que me ayuda a resistir día a día: Tu amor. Sin vos, estaría perdido, no sabría que hacer... Mí lucha solamente tiene sentido si estamos juntos. -Al terminar, todos esperaron las palabras de la tumbera.
Vale: Ehh, bueno... La verdad, no sé que decir -Rió nerviosa, pero feliz.- No me esperaba todo esto. Y es justo por eso que te amo. Porque estoy enamorada de vos y de todos los momentos que vivimos día a día... Yo te empecé a amar el día que me salvaste la vida, porqué sé lo que significa para vos. A partir de ese momento supe que vos ibas a ser la persona que más me iba a cuidar, pasara lo que pasara. Hoy no dudaría en volver a poner mí vida en tus manos, porque confío en vos. -Ambos estaban a punto de llorar. Quisieron besarse, pero Thiago los interrumpió.
Thiago: Nooo, todavía noo... Faltan los anillos. -Simón y Vale se rieron, y él les alcanzó una cajita con unos anillos hechos por el mismo Simón. El payasito agarró uno y se lo puso Vale mientras decía:
Simón: Para que sepas que siempre voy a estar a tu lado -Vale agarró el otro anillo.
Vale: Para que sepas que te voy a amar para siempre.

Mientras tanto, Nina y Gonzalo, en su nueva guarida, charlaban. Ella había cambiado de opinión y tenía ganas de ir al casamiento.
Gonzalo: Nina, si vos querés ir, andá. Yo no tengo muchas ganas, pero no te quedes por mí. -Nina le hizo un gesto dando a entender “¿Seguro?”- Sí, no te preocupes. -Ante esa respuesta, Nina se preparó rápidamente y salió.

Apenas se quedó solo, Gonzalo buscó entre sus cosas un handy e hizo un llamado.
Gonzalo: Hola... Sí, soy yo. Te voy a dar la ubicación de los chicos, pero quiero lo acordado... Ahora te mando las coordenadas.

En el bosque:
Simón y Valeria, otra vez, estaban a punto de besarse, pero...
Thiago: Nooo, todavía noo. Faltan las palabras del cura, che.
Jaz: Dale, Thiago, no sé las hagas larga. ¿No ves las ganas que tienen de chapar? -dijo riendo.
Thiago: Bueno, está bien... Vale, Simón, creo que no necesitan más pruebas para saber que se aman: Él armó todo esto. Y ella habló más que nunca. -Todos volvieron a reir.- Así que, si nadie se opone... Los declaro marido y mujer.
Todos: ¡Chape, chape, chape, chape! -Vale y Simón, finalmente, se besaron.

En el NE:
Teo y Luca, al igual que los otros guardias, estaban preparándose para ir al bosque a buscar salvajes. De pronto, el teléfono de Teo sonó, y él atendió.

Conversación telefónica:
Teo: ¿Qué pasa, René?
René: Buenos días, Gorki. Sí, todo bien, gracias por preguntar, que educado que sos. -Respondió irónica.- Te voy a enviar unas coordenadas. En ese lugar están los rebeldes más importantes. Tráelos a todos y no tardes. -Luego de esas palabras, la conversación se cortó. Teo, inmediatamente, recibió las coordenadas. El consideraba que el operativo iba a ser exitoso, por lo que sonrió triunfante mientras daba la orden de salir.
Luca: ¿Por qué esa sonrisa?
Teo: Tengo la ubicación exacta de los salvaje clase A.
Luca: Al fin vamos a atrapar a esos enfermos... -También se alegró- ¿Habrá sido un infiltrado? -Se preguntó
Teo: Seguro. Vos sabes cómo son, traicioneros... ¡Dale, arriba! -Los soldados subieron a las camionetas y salieron al bosque, con dirección al lugar indicado.

Minutos después:
Mientras los guardias avanzaban, en otro sector del bosque se estaba llevando a cabo el casamiento de Simón y Vale. La ceremonia ya había terminado, de modo que comenzaron a festejar poniendo música y bailando.

Vale: Gitana, ¿Qué te pasa? -Le preguntó acercándose, al notar que se había alejado un poco del grupo.
Jaz: Nada... Pensaba en lo que extraño a las chicas... A todos, en realidad.
Vale: Te entiendo. Es como que falta algo.
Tefy: La morci falta -Exclamó metiéndose junto a Mel.
Mel: Y Cari y Kika.
Tefy: Pero nos tenemos a nosotras, mientras tanto.
Mel: Ya vamos a volver a estar todas juntas otra vez.
Vale: Eso espero, gatas... -Después de ese comentario, las 4 se callaron durante unos segundos. No podían disimular lo mucho que extrañaban a sus amigas.
Jaz: ¡Ey! Esto es un casamiento, no un velorio. -Dijo para volver a levantar el ánimo.- Obvio que vamos a volver a estar todos juntos. Tengamos esperanza.
Mel: Jaz tiene razón, chicas... Volvamos a la fiesta, dale. -Ellas aceptaron, y estaban a punto de volver al festejo, hasta que Vale dijo:
Vale: Las quiero mucho... -Todas se sorprendieron ante la confesión de su amiga, quien era la más cerrada.
Tefy: Aww, más tierna, gordi. -Fue la primera en hablar- Nosotras a vos.
Vale: Creo que ya me arrepentí... -Pero era tarde. Ya sus tres amigas se habían tirado a abrazarla.

Casi Ángeles 4: Resistiendo diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora