Capítulo 23

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Me encuentro apoyada en la ventana del avión privado de Luke. Había olvidado o trataba de olvidar mi enfado con Luke porque al final se ha resuelto el malentendido y sobre todo ha cumplido su promesa de llevarme a mi ciudad natal.

Observo a Luke como se coloca el traje y el asiento para ir más cómodo mientras cruza las piernas y me guiña un ojo cuando este se percata de que está siendo observado.

—¿Contenta? —pregunta mientras sujeta una copa de vino en la mano y me saca de la visión sobre las nubes.

—La verdad es que no sé cómo te voy a agradecer todo esto que has hecho por mí —decía enmarcando una sonrisa.

—Ya se te ocurrirá algo —dice poniendo cara de pillo.

El avión sobrevuela todas las nubes que separaban Nueva York de Seattle. Por medio cuatro mil quinientos kilómetros de viaje y cinco horas de vuelo. Intento mirar mi móvil para hacer que el viaje sea lo más ameno posible pero los nervios de ver de nuevo a mi madre hacen mella y no me dejan descansar.

Para Luke parece ser algo normal y está como si nada, tranquilo y relajado. En un abrir y cerrar de ojos ya estabamos allí. El chofer de Luke transporta las maletas hasta un coche que nos está esperando en la misma puerta del terminal. Es un coche lujoso que no pasa para nada de desapercibido.

—El señor Johnson y la señorita Miller por favor pasen —dice él chofer que ya le ha dado tiempo a meter las maletas y el vestido con cuidado en el amplio maletero.

—Esta vez ya no eres la señora Johnson —dice recordando la escena del Spa.

—Tampoco me importaba —le respondo quitándole importancia.

—¿A que dirección nos dirigimos? —pregunta el conductor una vez ya sentados en su asiento.

—La señorita Miller manda, yo no he estado aquí nunca —dice marcando una media sonrisa.

Le explico cómo se llama la dirección donde vive mi madre utilizando un tono enérgico de la felicidad que tengo por dentro. Soy como una niña con un juguete nuevo.

Mientras el coche se mueve Luke observa todas las casas y monumentos por los que vamos pasando. No puedo evitar explicarle por cada sitio todo lo que hay y recordando alguna anécdota que tenía de cuando era pequeña.

Mis ojos irradian felicidad y es algo que nadie ni nada podría evitar.

Al llegar a casa mi madre nos está esperando en la cochera, sabe que no voy sola y que voy a ir acompañada. Ella se queda boquiabierta al ver el coche tan lujoso con el que llego.

—HIJA —grita mi madre mientras se abalanza sobre el coche incluso antes de detenerse como si fuera una fan de un famoso.

—¿Eso de quedarse pegado en los cristales observando lo de dentro viene de familia verdad? —dice Luke recordando mi escena con Elizabeth en el London mientras observa como mi madre se queda pegada como estrella de mar en el cristal tintado del coche.

—Mamá —grito también pero con un tono no tan energético mientras me bajo del coche. Las cinco horas de avión me han matado.

—Mira te presento a… —digo mientras sale del coche Luke.

—Johnson… Luke Johnson... —dice adelantándose a mí y echándose hacia delante para darle dos besos.

—Oye pues es mucho más guapo en persona —mi madre es una persona que dice todo lo que se le venía a la cabeza.

—Mamá —añado tapándome la cara y ruborizándome.

—No pasa nada Mía, es un honor al fin conocerla. Mía me ha hablado maravillas de usted en las cinco horas de avión —responde galantemente.

Luces y sombras[©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora