Capítulo 26

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Escucho el timbre de la puerta, voy corriendo a abrirla. Es Luke, seguro que es él. ¿Quién va a ser sino? me pregunto a mi misma.
Al abrir la puerta mis ojos otean el horizonte pero aquí no hay nadie. Escucho un ruido, viene de la planta de abajo y decido ir para ver que es. Al llegar al portal de mi apartamento veo una luz azul fuera. La luz no está fija y va girando. Me da miedo abrir la puerta, me temo lo peor.
Mi mano se apoya sobre el pomo de la puerta, está frío, como mi corazón ahora mismo del miedo que siento.
Muevo la puerta hacia dentro y al salir observó el coche de policía. Detrás hay un vehículo dado la vuelta pero mis ojos no llegan a ver que coche es. Cada paso que doy me hace presagiar mis peores temores. Me tiemblan las piernas y me cuesta respirar. Es un murciélago. Un lamborghini Murciélago. Observó que justo al lado están los bomberos, los médicos y en el suelo hay una manta tapando a un cuerpo. La angustia invade mi cuerpo. No se que hacer, donde ir, todo me da vueltas y me niego a aceptar la realidad que estoy viendo.
De repente un sudor frío me recorre la espalda. Algo no me deja avanzar. Me está agarrando cada vez más fuerte. Hasta que llega un punto en el que no puedo ver nada. Me intento desatar, salir de ese nudo lo más rápido posible hasta que lo consiga. Me levanto en mi cama. Completamente sudada. Casi sin aliento para poder respirar. Cojo aire todo el que puedo y miro a mi alrededor. Es de día, observo la hora y son las ocho de la mañana. Me doy cuenta de que ha sido una pesadilla y trato de creer que eso no ha sucedido. Pero me cuesta creerlo.
—Tengo que llamar a todos los hospitales —digo en voz alta. Pero si hago eso parece una loca psicopata. Así que dejé el móvil apoyado de nuevo en la cama. Se ve que he dormido toda la noche con el móvil al lado. Entonces enseguida me doy cuenta y voy a mirar rápidamente el móvil pero solo es una falsa expectativa mía.
No tengo ninguna señal de Luke, desde que se marchó anoche ni me ha llamado ni tan poco se ha molestado en enviarme un mensaje.
Seguro que está tan ocupado que está con alguna amiguita suya, seguro que es Sophia o la otra que ya ni me acuerdo de cómo se llama. ¿Y si le ha ocurrido algo? la imagen de mi pesadilla me viene a la mente.
No, no puede ser, tiene que haber algo detrás. Como siga con estos pensamientos me voy a volver loca, es Domingo, necesito salir, olvidarme de todo esto. Cojo el bolso y me marcho pero antes de hacerlo de nuevo le llamó y le envió un mensaje. Sé que estoy siendo muy pesada pero él se lo ha buscado.
Cojo el autobús y al llevar un rato observó la empresa de Luke una de ellas y decido bajarme. Quizás aquí encuentre algo.
Pero no es así, lo único que consigo es quedarme allí tirada porque el autobús se ha ido y darme cuenta de que las limpiadoras no limpian los cristales porque están sucios y llenos de dedos.
Me voy de nuevo a la parada. Mientras espero llamó otra vez a Luke. Ya no sé cuántas llamadas le he dejado. Creo que va siendo hora de darse cuenta de que a una servidora la han dejado plantada.
Y que el príncipe azul se ha marchado con los animalitos del bosque a perderse por alguna isla.
El resto del dia trato de no pensar e ir de un lado a otro hasta que fundo todos los viajes de la tarjeta.
Al llegar a mi casa mi cansancio es más mental que físico, aunque no quería me he tirado todo el día pensando en Luke y en todas las posibilidades que han podido ocurrirle. Y en ninguna sale vivo. Porque si al final se ha ido con otra soy yo la que me encargare de matarlo y de enterrarlo.
Me tumbo en el sofá a ver la televisión. No tengo ganas de cenar. Mi estómago está completamente cerrado. Lentamente noto como mis párpados cada vez pesan más y se van cerrando. Hasta que inconscientemente me quedo dormida.
En ese momento oigo un ruido procedente de mi habitación. Son golpes cada vez más rápidos. Abro la puerta con cuidado, con el miedo de encontrarme al otro lado. Al entrar me encuentro a Luke, tiene a Sophia encima o eso creo porque a ella no la reconozco, no la puedo conseguir poner cara pero se que es rubia con extensiones. Avanzó despacio pero el suelo empieza a caerse a un precipicio que no tiene fin. Intento no mirar pero solo de imaginarme el gran abismo que hay me marea.
Miro enfrente y veo como Luke y aquella chica se caen por el precipicio y noto como mis pies se quedan en el aire. Al mirar abajo me doy cuenta de que estoy cayendo también. No sé lo que está pasando pero ya no veo a Luke. Entonces la sensación de caída me invade mi cuerpo.
En ese momento me levanto rápidamente. Abro los ojos e intento tomar aire lo más veloz posible. Asimilo que de nuevo ha sido un pesadillo y que no ha sido real. Miro la pantalla del móvil, en el pone que son las cinco de la mañana. Me quedan dos horas solo para levantarme e irme a trabajar. Aún no sé nada de Luke. Hace más de treinta y cinco horas que se fue y aún no se ha molestado en mandar ni un misero mensaje. No soy una paranoica pero me preocupa que le haya pasado algo. Decido llamarlo, sé perfectamente que no me lo va a coger.
«Que le jodan» dice mi subconsciente.
Decido llamarlo pero obtengo rápidamente la respuesta. Una serie de pitidos uno detrás de otro y yo con una cara de preocupación que es para hacérselo mirar.
Sale el contestador.
—Mira, de todas las personas que he conocido yo creo que tu eres la peor, me tienes aquí preocupada, hace casi dos días que no se nada de ti, ¿sabes que? lo dejamos, no quiero saber nada mas de ti Luke Johnson —voy aumentando el volumen con cada palabra que sale de mi boca.
Me voy directa a la cama, me quedan apenas dos horas y quiero aprovecharlas al máximo.
—Pipipiiií, pii, piiii… pipipiii, pii, piiiii —suena el despertador del móvil. Trato de desconectarlo o de retrasarlo cinco minutos, lo que antes logre.
Los párpados me pesan muchísimo, los tengo bajados como mi persiana en mi cuarto. Me siento en el borde de la cama planteándome seriamente la existencia. ¿Por qué me tengo que levantar?, ¿porque tengo que ir a trabajar? así miles y miles de preguntas toda la mañanas. Esto no es lo que me merezco. Yo tendría que tener un chalet donde tuviese todo hecho, sin tener la necesidad de madrugar para ir a trabajar y levantarme ya con la mesa puesta. Sin embargo aquí me hallo, metiendo como puedo y al décimo intento los pies en las zapatillas de estar por casa.
Nada más levantarme me doy con el pico de la cama en el pie. Concretamente en el dedo pequeño, donde más duele.
—¿Por qué me odias tanto universo? —digo en alto con los ojos bien abiertos como consecuencia del golpetazo que me acabo de meter.
Me voy rápidamente a la cocina para desayunar, quiero comenzar algo mejor el día pero he olvidado comprar pan y ya no me queda. Me tengo que conformar con un triste café que esto no espabila ni a un ratón. Y unas galletitas que me guardé en el bolso cuando fui hace tiempo a desayunar al London. Lo se mi vida no es la mejor.
Ya lo dije al principio de la novela.
Cuando estoy terminando el último sorbo de café escucho que alguien golpea la puerta.
—Lo que faltaba ahora, alguien quejándose o trayendo alguna carta —digo en voz alta mientras maldigo por el pasillo.
—Ahhhhh —dice gritando, yo me quedo perpleja cuando abro la puerta, no me puedo creer que ella esté aquí.
—Mama —le digo mientras la vuelvo a abrazar de nuevo, parece mentira pero este abrazo se lo di hace menos de dos días.
—¿Pero que haces aquí? —digo mirando a los lados y viendo que ha traído dos maletas. Una grande y otra pequeña de mano.
—Pues que he tirado de algunos ahorros que tenía y como te fuistes muy rápido el sábado pues que me he venido —está feliz, se tira a mi como si no me hubiese visto en dos años, pero casi que es verdad porque mi visita duró tan solo unas horas.
—Me alegro mucho pero vas a tener que estar unas horas sola porque yo me tengo que marchar a trabajar —la informo.
—No te preocupes hija, así me doy una vuelta —dice con una felicidad en el rostro que no le cabe encima.
—Bueno, pues me voy, en salir te aviso y nos vamos —le digo dándole un beso y un abrazo —. Ah, instalate en el cuarto de invitados —grito mientras estoy bajando los escalones y ella asiente con la cabeza y cierra la puerta.
Como cambia la vida en un momento, hace unas horas estaba levantándome enfadada y ahora estoy muy feliz, solo espero que no aparezca un cretino y no estropee todo. O que aparezca Luke solamente. Me digo a mi misma poniendo los ojos en blanco.

Luces y sombras[©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora