CAPÍTULO 42

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El gran día había llegado, después de un día agitado entre emergencias y operaciones que ya estaban programadas, todos los amigos de Itachi y Naruto estaban en sus casa arreglándose y listos para dirigirse al pequeño jardín donde se llevaría a cabo la recepción. Tsunade y Jiraya estaban más que felices de ver, al fin, a su hermoso nieto ser feliz, les entristecía el saber que no podría tener un nieto de sangre, pero eso no sería problema, amaban a Izumi, era una niña hermosa, súper inteligente y educada.

- Mi amor estamos muy felices ¿estás seguro de que Itachi es tu verdadero amor? – la duda estaba ahí, después de lo sucedido con Shisui, sus abuelos estaban un poquito resentidos con el azabache.

- Abuela, estoy seguro él me hace muy feliz, hemos platicado mucho y ya no hay más secretos entre nosotros, en verdad – abrazó con mucho amor a la rubia – Hoy es el segundo día más feliz de mi vida, después de tener en brazos a mi hija –

- Renacuajo estoy muy contento, de todos modos ya tuve una charla con Itachi, le deje muy claro cómo debe comportarse contigo, te aseguro que te hará muy feliz –

- ¡Abuelo! – se quejó el rubio, ya imaginaba la clase de amenazas que tuvo que aguantar su futuro esposo, pero también era bueno que supiera que no estaba solo, que no podía jugar con él, ni mentirle – los amo a los dos –

- Bueno basta de sentimentalismo, te ves muy hermosos mi niño – la rubia arreglaba la corbata que vestía en ese momento, junto a su hermoso traje negro, él e Itachi acordaron vestir de color negro, era la combinación perfecta con sus hermosos rubios cabellos.

- Gracias, también los amo –




- ¿A caso eres tú el novio? –

- No seas idiota, solo me arreglé para la ocasión, nada más – el pelirrojo levantó los hombros restándole importancia al comentario de Hidan, en realidad estaba muy emocionado de ver a Konohamaru, así que se puso más guapo de lo normal, si es que eso era posible, y con un impecable traje azul marino, ahí estaba esperando el momento en que su pequeño castaño llegara a la recepción.

- ¿Cómo sabes que vendrá? ¿Quién te dijo? – todos sabían que Sarutobi iría a la boda, de hecho era uno de los padrinos del rubio, pero habían acordado no decir nada, si el pelirrojo estaba enterado que estaría presente, entonces ya sabía todo ¿cierto?

- Eso no importa, no pasa na... – pero la poca esperanza que tenía de arreglar las cosas con el castaño se esfumaron cuando lo vio llegar junto a un apuesto chico de ojos color esmeralda, cabello castaño, más claro que el de Sarutobi, ambos iban tomados de la mano, Konohamaru sonreía, sonreía como lo hacía con él el poco tiempo que estuvieron juntos. Hidan lo abrazó, sabía que el pelirrojo estaba esperando con ansia ese día.

- Vamos Sasori, sabías que algo así pasaría, mira no voy a decir lo que quieres escuchar, te quiero y seré honesto contigo – miró lo ojos tristes de su amigo, pero no le mentiría – él solo siguió con su vida, ¿sabes cuan mal estaba? ¿Sabes cuánto lo lastimaste? No puedes hacerte el sufrido o el ofendido, él merece ser feliz, no iba a esperarte siempre, se la hiciste dos veces –

- Lo sé, pero me duele mucho, en verdad lo amo demasiado, no he podido imaginarme mi vida sin él – Sasori limpió las pequeñas lágrimas que comenzaban a salir, lo mejor era irse de ahí, no tendría la suficiente fuerza para verlo con otro.

- No puedes irte – como si sus pensamientos estuvieran sincronizados, Hidan lo regañó – eres padrino de Itachi, no puedes solo irte y dejarlo –

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