Pecado del Deber [EN PROCESO]

Capítulo 5

POV Phill

TRES DÍAS ANTES

Mi corazón latía con gran velocidad, la policía debajo de mi pie se movía, pero podía ver en sus ojos que estaba perdiendo las fuerzas. Presioné el pie aún más fuerte sobre su pecho y dos lágrimas escaparon de sus ojos, quería ver como soltaba su último aliento.

La puerta se abrió de un portazo, golpeando en la cabeza a mi víctima. Ahora sí que perdió el conocimiento, levanto la vista y Ann estaba ahí parada con miedo en el rostro-debemos irnos ¡ahora! -grito ella, mis oídos pudieron divisar el porqué; las sirenas policiales y las luces se hicieron presentes.

Mire a mi alrededor, me acerque rápido a Layla para desatarla, pero Ann interpuso lo que hacía con su brazo, ahora puedo descifrar ira en su mirada-Ella viene conmigo-afirme, pero ella negó con la cabeza frunciendo su ceño con desaprobación ¿Qué le pasa? Pero no tenía tiempo realmente, mis hombres comenzaban a despertar, inspeccione el lugar pensando en la mejor ruta de escape, tendremos que ir por el bosque.

Ya listos para escapar y la patrulla afuera, uno de mis hombres salto por la ventana abriendo paso, por la música y los gritos de las chicas, no nos oyeron, antes de salir, mire sobre mi hombro con mis ojos clavados en el rostro de la policía, recordando bien su cara, visualizando mi venganza salte por la ventana corriendo a toda velocidad adentrándonos al bosque.

Corrimos como animales que buscan sobrevivir, al fin y al cabo, eso somos ¿no? Animales, todos fingen ser buenos, pero al final, todos se quiebran. Yo estaba roto desde hace mucho tiempo.

ACTUALIDAD

Mis puños chocaban contra el saco improvisado de boxeo, mis músculos se tensaban en cada golpe. Mi respiración era acelerada, la nuca me picaba del sudor, pegue mi frente contra el cuero sintético. Ladeo la cabeza, visualizando a Ann con una toalla en sus manos y una sonrisa traviesa.

- ¿Por te ves tan caliente entrenando?-pregunto en un ronroneo suave en mi oído, rodeando sus brazos en mi cintura-¿quieres darte un baño?

Aunque la propuesta suena ardiente, mi mente no ha parado de imaginar planes para destruir la vida de todos, solo pensaba en venganza y el sexo no me dará venganza. Pero también quiero deshacerme de toda la ira que tengo, un cerebro frío piensa mejor.

En un rápido movimiento me giro sobre mis talones, quedando de frente con ella, su respiración se acelera, y salta sobre mi enrollando sus piernas en mi cintura, yo sosteniendo su trasero en mis manos.

-No seré suave, y lo sabes-le advertí.

Ella sonríe con fuego en sus ojos, con ferocidad tomo sus labios entre mis dientes, ella soltando un gemido ahogado.

Joder, sí. mordisqueando su boca sin ningún tipo de tacto o suavidad, trasteando logro ir al cuarto acostándola a la cama, me mira mientras me deshago de mi pantalón, esperando con atención cada movimiento, ella imita quedando desnuda, me tomo un minuto para apreciar su cuerpo; su piel canela, muslos grandes, cintura pequeña, labios gruesos y deseosos de mí, amo sentir que me deseas.

Me trepo en la cama, rozando piel con piel, ella se movía debajo de mi con desesperación, la sensación de poder que me generas me hace sentir bien nena. Amo tener el control sobre ti, mi boca viaja a su pecho, sus pezones estaban duros, lamo y mordisqueo con fuerza, quería sentirla, su cara hace un gesto de dolor, pero arquea su espalda.

Con una mano tomo las suyas, inmovilizando sus movimientos, sigo jugando con mi lengua en su pecho, sus gemidos se hacen oír en la habitación, lo siento creciendo entre mis piernas y sin aviso la penetro con fuerzas, ella lloriquea, pero se abre para mí, quería soltar sus manos, pero aprieto con más firmeza.