Capítulo 7

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POV Lyssandra

Sumergida en la oscuridad, intentaba acostumbrar mis ojos a la poca luz, pero me era imposible. Un sonido de goteo resaltaba en aquella habitación vacía y fría donde mis pies se helaron al tantear el suelo con ellos.

-Solo debes despertar-me recordé en voz alta- Es otro sueño ridículo, solo cálmate y camina recto.

Tomé rumbo al frente, palpando con las manos fui guiando mis pasos nerviosos a través de unas escaleras hasta llegar abajo y encontrarme en un salón amplio, polvoriento y descuidado.

Suciedad por doquier, me encontré frente un espejo con manos marcadas en él.

Escruté mi reflejo y todo alrededor, las cortinas detrás de mí, blancas, aunque casi grises por la suciedad, se movían suavemente con la brisa que atravesaba la ventana y causaba escalofríos en mi nuca.

Muebles cubiertos por sábanas abandonados a su suerte. Entre ellos una gran cama que llamó mi atención, a la cual mi cerebro sabía que no debía acercarse, pero mis pies desobedientes se encaminaban solos.

Cada paso en lúgubre silencio aceleraba mi corazón y agudizaba mi olfato que sufría por el nauseabundo hedor emanado de aquella cama; sábanas empapadas de sangre. De repente, el vívido recuerdo de aquel suceso tan atroz se revivió en mi cabeza.

Apreté entre mis dedos angustiada la sábana, manchando mis manos del líquido carmesí y tiré de ella con fuerza, abriendo paso a un brillante destello que fue haciéndose aún más cegador hasta alumbrar toda la habitación en donde me encontraba ahora.

Mis ojos se abrieron con temor, barriendo la sala con gotas de sudor resbalando por mi frente.

Suspiré en un intento por controlar mi respiración agitada con pesar; otra pesadilla. Nunca me dejaría en paz, ¿O todo se trataba de mí, no queriendo soltar? Sin importar lo que fuese, debo concentrarme en lo importante.

Una punzada en la cabeza revela los efectos de la noche pasada: la imagen de Layla semidesnuda sobre mi cruza fugazmente mi mente como un recuerdo borroso que me hace dudar si se trató de un sueño o no.

Realmente habría sido maravilloso soñar algo como aquello en vez de estos tormentos que acostumbraba a sufrir.

Mi cabeza se cuestionaba muchas cosas mientras me levantaba despacio, sintiendo un leve mareo, camine rodeando el sofá rumbo a la cocina, la garganta me ardía de la sed manifestando una evidente resaca.

Abriendo la nevera pude observar la botella de vino afuera ¿Qué hace esto aquí? ¿seguí bebiendo? Mierda, ¿Por qué no recuerdo nada? tome la botella de agua bebiendo un sorbo largo, cerrando los ojos disfrutando del frescor tan placentero.

Eleve una ceja al notar que Poker no está pidiendo su desayuno como habitualmente lo hace, deposito la botella en el refrigerador, buscando al gato.

-¿Poker? -Pronuncie con preocupación al no verlo en la sala-¿Dónde te metiste, cariño?

Dirigiéndome a las puertas de las habitaciones, mire apenada donde debía estar descansando Layla, Odiaba no recordar con claridad lo sucedido.

Poker salió de mi habitación soltando un bostezo mostrando sus dientitos y lengua.

- ¿Dormiste en mi habitación y yo en el sofá? Muy listo de tu parte -Acaricie su peluda cabecita y sus maullidos para pedir comida no demoraron en aparecer.

Ya había alimentado a Poker, desayunado y estaba lista para irme cuando una llamada capto mi atención, miré la pantalla de mi celular-Mark-leí. Conteste algo confundida-¿Hola?

-¡Dios santo! -Grito Mark desde el otro lado de la línea, provocando un quejido de mi parte-¿Olvidaste lo de anoche?

-¿Qué parte debería recordar? -Inquirí, posando el teléfono entre mi hombro y mejilla para poder cerrar la puerta de entrada.

Pecado del Deber [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora