El Amor Nos Hacé Débiles

𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕

Hola, porque es navidad y porque hace mil años que no actualizo les regalare este One shot. Espero lo disfruten.
★ Aviso de contenido +18
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El sonido de una campana se oye a la distancia, el Ding Dong del metal siendo golpeado indicando la hora, dos cuartos de doce.
A 10 minutos de la hora acordada.
Lo único que se puede oír son sus ligeros pasos. Me dirijo a el lugar acordado.
Es curioso como un ser humano puede poseer tantas emociones al mismo tiempo, siente que voy ha vomitar y a la vez estoy tan feliz que me pondría ha bailar. Después de tantos años sin vernos, el momento de volver ha contemplar esos ojos de oro parece irreal.
La de veces que ha soñado con este momento, ha oscuras, en la noche.

Los miles de escenarios imaginaros creados para fantasear con el momento de nuestro encuentro dejan de ser un consuelo, cuando por fin me encuentro a apenas 3 minutos de ese momento tan soñado.
El temblor parce irreal, el corazón me saldrá del pecho en cualquier momento, los ojos me lloran de la emoción.

Todas esas emociones se suspenden en el aire cuando escucho pasos, un andar que reconocería inclusió sin ninguno de mis sentidos, lo sentiría, en los huesos. Sentiría el olor dulce, la sonrisa que se intuye en sus labios.
Y todo explota cuando lo veo, jodidamente hermoso, jodidamente perfecto, el Hisoka que recordaba solo es un boceto sucio comparado con lo que están viendo ahora mis ojos. Largas pestañas, más largas de lo que recordaba, una silueta demasiado femenina, recubierta de músculos esculpidos en el más perfecto mármol, corta el aliento y seca la garganta.
El espacio que hay entre nosotros me parece demasiado, después de tantos años. Sin pensármelo mucho me acerco. Ahora está mejor, apenas unos centímetros nos separan ahora, siento el aliento de Hisoka es mi cara, apenas respiró, más alto que yo, tan masculino.
-Pareces desesperado- la risa pícara que hace después de soltar esa frase, dejaría embelesada a la más fuerte de las personas. Acerca su mano ha mi rostro, retirá el cabello de mi cara, los movimientos que hace son seguros y precisos, sin miedo.

-Hace mucho no nos vemos, cuando vi tu mensaje, bueno, quedé sorprendido- Soltar es frase me ayuda a sobrellevar los nerviós.

-Vi tus ojos en una pàgina de asesinos a sueldo, pensé que sería divertido hablar-

¿Mis ojos?

-Tenia entendido que no te gustaba recordar el pasado-

-Hay pasados que vale la pena no olvidar- Su mano vuelve ha acercarse, cierro los ojos y simplemente me dejó hacer, es Hisoka después de todo, todo lo que haga estará bien para mi.
Siendo consciente de mi sumisión absoluta el ríe y acaba de acercarse.

Ahora lo siento, enganchado ha mi. Cuerpo junto cuerpo. Me acaricia los brazos, su tacto es áspero y seguro. Mi cuerpo tiembla y me derrito.

Sus manos me recorren, manos enormes con nudillos ligeramente salidos. Manos que he añorado con nostalgia, y por fin, por fin después de tantos años, vuelven ha posarse sobre mi.
Esas manos acarician mi espalda, lo noto, avanzando cada vertebra hasta la nuca, el contacto con esa área me provoca gélidos escalofríos.

-Tienes calor?- El susurró de esas palabras en mi oído, juntó con sus manos desabotonando uno por uno los botones de mi camisa. La excitación empieza ha ser demasiada cuando lo noto, su cálido aliento en mi cuello, piel virgen siendo profanada por un gran demonio. Lame y succiona la zona sin piedad alguna, siento como muerde mi piel sin compasión, sus manos me tocan y me manipulan como si fuera un simple muñeco.

Después de quitar mi camisa por completo, se separa de mi. Unos centímetros que parecen demasiado, sus ojos me recorren de arriba a abajo, ríe al ver la dureza y el sonrojo en mi. No parece satisfecho con como estoy ahora, se acerca otra vez, empujándome hacía la pared más cercana, estoy atrapado entre sus brazos, no tengo opción de huir.
Es ese sentimiento, el de ser como un pequeño ratón apunto de ser devorado, es por ese sentimiento que los gemidos empiezan a brotar de mis labios.
Atrapa mis manos por encima de mi cabeza y es demasiado perfecto, es demasiado en todos los sentidos. Es el.

Por la risa descarada que suelta deduzco que le gustan mis gemidos, le gusta sentir el deseó escurrir de mi piel.
-Pareces contentó, me echabas de menos?-
Mis palabras son dichas con suma dificultad -No te recordaba así- un suspiro de palabra, suena como una invitación, suena a deseo.
Su boca baja hasta mis pezones, otra zona virgen que profana lame, muerde y succiona sin piedad. Mi cuerpo está al rojo vivo, cada centímetro es una zona erógena, su tacto encima de mi provoca sensaciones demasiado intensas, mi voz crea sonidos que me avergüenza oir, tampoco me esfuerzo en retener.
Su mano sube ha mi cabello, y me empuja hacia abajo, mis rodillas ceden con facilidad,
quedándome delante de un bulto exageradamente grande.

Empiezo ha salivar cuando baja sus pantalones sin vergüenza y lo veo por primera vez. Ha escasos centímetros de mi nariz, un miembro semi erecto. La piel suave se esa zona parece deliciosa, piel nivea y perfecta, teñida de rojo por la excitación. Bello púbico de un curioso color.
-Yo tampoco te recordaba así- suelta una risa descarada mientras entra sus dedos en mi boca -Pareces hambriento- Lo estoy, mi boca está llena de saliva, de mis ojos lágrimas caen, sus dedos se mueven a dentro y a fuera, juega con mi lengua, acariciando mi paladar, me estoy volviendo loco, no deja de mirame mientras lo hace, gimo incontrolablemente cuando nuestros ojos se encuentran. Retira sus manos de mi boca acariciando mi cara en el proceso, sus manos recorren mi nunca, me acerca lentamente a el miembro ahora erecto.
Mis manos llegan antes que mi boca, masturbando de arriba a bajo,  lamo de la base a la punta, como una especie de gato voy lamiendo el miembro de arriba a bajo, mientras con mis manos masturbo la base y acarició los testículos, escuchar los gruñidos roncos que salen de su garganta solo me anima a continuar.

Abro mi boca y lentamente lo introduzco dentro, con cuidado de no tocarlo con los dientes y de seguir acariciándolo con la lengua.
Es demasiado, es masculino, es Hisoka.
Empujó cada vez más profundo en mi garganta, cada vez más profundo, ignorando las arcadas y el dolor. Dentro y fuera, simulando embestidas. Su manos posadas en mi cabeza empieza a marcar el ritmo y yo me dejó hacer, le permitió utilizarme como guste.

Noto cuándo está apuntó de explotar, no parece tener la intención de salir de mi garganta, noto las contracciones, cadenas de gemidos y gruñidos, se viene en mi boca llenándome de un espeso líquido blanco, salado.
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En unas horas subo la parte dos.