𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕 ɪɪ

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Líquido caliente en mi boca y un Hisoka disfrutando de las últimas contracciones del orgasmo, apoyado en la pared detrás mío. Un escenario tan magnífico que parece irreal, siento como se recupera del orgasmo. Trago el líquido en mi boca antes de levantarme, el dorado de sus ojos me observaba.
-Te lo has tragado?- Una risa burlona, como la de un arlequín. Su mano viviendo ha acariciarme el pecho.
-No puedo más, quítame los pantalones- Otra risa, sumamente atractiva. Y siento mi cuerpo siendo presionado contra la pared, besos repartidos por toda mi nuca y espalada, lengua y saliva por todo mi cuerpo, detrás de las orejas soltando frases que provocan suspiros en mis labios.

Palabras incomprensibles y murmullos sin sentido, nos decimos hola en todos los idiomas, susurros de te he echado de menos.

La ropa deja de ser útil y desaparece, olvidándome del frío de la noche centrándome en la calidez del cuerpo que me envuelve. Sus largos dedos dentro mío, dios, demasiado dentro, dedos demasiado hermosos. Abriéndose paso como tijeras, arriba y a bajó, tocando zonas no exploradas.
Puntos extraños en mi interior que me obligan ha soltar gemidos estridentes. Gemidos incontrolables, y dios, el mundo es un lugar mejor cuando lo noto entrar, lentamente, penetrando mi cuerpo con sutileza.
Me obliga a cambiar de posición, vuelvo ha ver sus ojos dorados, su mandíbula fuerte ligeramente apretada, haciendo una hermosa expresión que solo puedo definir como placer.

Mientras me aguanta las caderas con fuerza sus penetración aumentan, siento mi piel enrojecer y calentarse allí donde el toca. Sus manos me masturban mientras besa mis labios, lengua fuera y dentro, me lame la boca, descubriendo lugares inexplorados, cae saliva por nuestras barbillas.
Estoy cerca de la locura, siento mi interior en carne viva, se agarra de mis hombros en un intento de sostenerse, le noto deshacerse dentro de mi, orgasmo violentó y viscoso, dentro mío, tan, tan adentro, siento sus contracciones de placer, puedo ver su abdomen temblar, sus gemidos provocan mi orgasmo. El orgasmo violentó y lleno de sensaciones me inunda, es intenso, blanco, nose donde empieza ni dónde termina.

Mi mente se pone en blanco, y mi mundo se llena de felicidad cuando el olor de Hisoka me llena, es masculino y perfecto. Ha estado dentro de mi y joder, tantas veces había imaginado este momento que la realidad me parece imposible.
-Que quieres hacer ahora...?-
-Deberíamos ir a darnos una ducha-
Me deja en el suelo y empiezo ha vestirme, el semen resbala por mis piernas, cosa que para mí es irrelevante y a el parece gustarle.

Apoya su brazo en mis hombros y me atrae hacia el mientras termina de colocarse la ropa. Y entonces me besa, no es un beso intenso o sexual típico del hombre, es un beso que promete, el hoy, el mañana y el pasado.
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Feliz navidad!!

El Amor Nos Hacé Débiles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora