1. Quiero Ir A La Preparatoria

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Ya había practicado el discurso, no sé cuántas veces, incluso lo anoté, si no escribía lo que tenía que decir se me iba a trabar la lengua, o se me iba a olvidar.

Ya me cansé de las clases privadas, quiero amigos, amigas, una novia que no fuera elegida por mis padres, que pueda verla sin tener que armar un escándalo por todo el palacio, la única amiga que he tenido que sigue a mi lado era la hija de Dorothea, Dorothea me da clases y ayuda en diversas tareas del palacio, no sé cómo le da tiempo, Olivia es su única hija, ella si puede ir a una escuela normal, insertar Jealousy de Olivia Rodrigo, hasta se llaman igual, ojalá pasara algo como en las películas que los protagonistas cambian de cuerpo, pero en esta película no soy el protagonista, soy el personaje secundario, deprimido pero irrelevante, solo está de relleno.

Olivia es amiga mía desde que somos niños, Dorothea ayuda mucho a mis padres, así que tiene su cuarto en el palacio al igual que Olivia, Liv nunca ha sido un interés amoroso para mí, es como mi hermana, pero toda la gente que trabaja aquí y mis padres se la pasan creando historia de amor entre nosotros, menos Dorothea, ella sabe que Liv y yo solo somos buenos amigos.

Pero como decía, para los demás es amor que se dará, incluso si ambos tenemos pareja al mismo tiempo, ellos creen al final nos casaremos, toda eso para mí es una mierda, siempre se escuchaba el:

"Aww, amigos desde pequeños, se ven tan lindos, se verán incluso más ya casados"

Metete tu lindos por...

—¡Hermano! —entró Will sin preocupaciones, con su camisa y pantalón sin ninguna arruga, parecía que ahora si se bañó. El cabello rubio lo tenía aún húmedo cayendo en su frente, apestó toda la habitación con su colonia, que se bañen los que andan de novios, uno que.

—Si, entra, no pasa nada —le dije, sarcasmo.

—Gracias —entró sin cerrar la puerta y se sentó —hola.

—Te apesta la cola.

—A chile y cebolla.

—Si, a eso te apesta, gracias por terminar la oración.

—Idiota —exclamó y se acostó por completo en la cama.

—¡Traes cola o que, cierra la puerta!

—Está muy lejos, ya estás de pie, ciérrala tu.

Fui a cerrarla y me senté en el piso delante de la puerta.

—Entonces, ya tienes listo tu discursito del porque te quieres ir a preparatoria porque quieres vivir la vida de un adolescente normal. —dijo recargándose en sus codos.

—Si, ¿Es una mierda verdad? Mejor me quedaré aquí por siempre con mis relaciones amorosas de máximo un mes con cualquier mujer con la que intentan casarme, como si fuera perro en celo.

—De mi caso no vas a estar hablando, al menos tienes posibilidad de que te digan que sí, esa idea no se me pasó por la cabeza, incluso si lo hubiera hecho, me hubieran ignorado completamente, ahora que senté cabeza solo me dicen lo que haré cuando sea rey y cuantos hijos tendré. —llevo su cabeza atrás y vi como gotas cayeron a mi cama, idiota.

—Dicen que a veces los hijos se parecen a los hermanos, tendrás un mini yo de heredero. —al escuchar eso se enderezó.

—Ay no me digas eso que me castro yo mismo, ojalá a mi hijo no le falte un tornillo, aunque seré un buen padre, no dejaré que mi hijo se pegue tantas veces como tú de pequeño.

—Te recuerdo que una de esas fue porque me soltaste al caminar, si alguien es el culpable de que no piense bien, eres tú .

—Debí empujarte después de soltarte.

Protegiendo La CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora