Amigo, tal vez se siente raro porque es de las pocas veces que alguien se dirigía hacia mí, en especial un chico, no he tenido muchos amigos hombres en mi vida.
—Eres uno de muchos —le dije, no es verdad, bueno si estaba haciendo unos cuantos, pero de ahí en fuera, nada.
—Ya veo ¿Tienes muchos amigos entonces? —James me dijo y metió sus manos a sus bolsillos.
—No tienes idea.
—¿Podemos cruzar la calle ya? —dijo riéndose.
—Ah, sí.
—Fíjate a los lados primero —me advirtió.
—Se cómo cruzar —tampoco es cierto, no se cruzar nada, lo único que caminaba en el palacio era de mi cuarto al baño y de regreso.
—¿Te han dicho que no sabes mentir? —James empezó a caminar, se fijó si no venía ningún auto y cruzó con seguridad, yo solo lo seguí, llegamos a la acera de la escuela sanos y salvos.
—No hay cursos para cruzar calles en el palacio —lo que dije hizo reír a James, se sentía bien hacer reír a alguien.
—De eso pude percatarme —cruzamos las puertas de la escuela —crees que puedas darme mi ¿Cómo lo llamaste? cuarero.
—Mira —le advertí, me humillo yo solo y el me lo recalca —no te voy a dar nada —dije y fui caminando hacia mi habitación y el me seguía a un lado de mí.
—Te obligaré —me dijo, ayuda.
—Ya quiero ver eso —advertí, habla sin ponerte nervioso, no te trabes, no te trabes.
—¿Es un reto? Porque si lo es te ganaría.
—Soy más alto —le presumí, no tenía nada que ver, pero pues, gano yo.
—Soy más fuerte —se veía.
Abrí la puerta, le indiqué con la cabeza a James que pasara y Jason estaba dormido, James pasó silencioso y después de él entre yo, vi el cuaderno de James en la mesa de noche.
—Ten — susurré, tomé el cuaderno y me acerqué a él, solo para que me escuchara mejor, si solo eso —gracias por el cuaderno —se lo di y lo tomó —la salida y salvarme la vida, te debo algo.
—No me debes nada, para mi es un placer —susurró —me divertí.
—Yo igual, no eres tan aburrido como creí —nunca creí que fuera aburrido, pero necesitaba sacar plática, solo para observarlo un poco más de cerca, pero es normal ¿No? De cerca pude notar como su quijada se remarcaba, tenía ojos verdes, pero no el verde que acostumbro a ver en las personas, era un verde casi gris y una mirada rápida hizo que notara el rosa fuerte en sus labios gruesos.
Después de decirle aburrido negó con su cabeza y una media sonrisa se asomó en sus labios, miró a la pared y regresó a mí, vi como miró mis labios y luego su mirada subió a mis ojos.
Hubo un silencio y antes de que alguien pudiera decir algo se escuchó el ronquido más horrible que he escuchado haciendo que diéramos un salto del susto que Jason nos sacó.
—¡Mierda! —James susurró y se empezó a reír —yo... —miró mis labios rápido y se alejó —tengo que irme.
—Si yo... —inventa algo —tengo... —piensa, el celular comenzó a vibrar y me fije quien era, Liv —una llamada.
—Bien, adiós príncipe.
—Adiós James —James se giró en sus talones y salió del cuarto, después de salir, me quedé pensando ¿Qué había pasado?
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Protegiendo La Corona
Ficção AdolescentePeter es un príncipe que piensa convencer a sus padres, los reyes, de que lo dejen ir a una preparatoria para poder al menos tener un poco de una adolescencia normal y no tomar clases privadas en el palacio. Logra convencerlos, pero con una condició...