"¡Ahh! ¡Voy a llegar tarde!" Gritaste horrorizada al ver el reloj sobre la mesa de noche a tu lado, el cual marcaba que eran las seis y media. Te levantaste sin perder tiempo de la cama, dejando a Law enredado solo entre las sábanas. La verdad es que se había despertado con tu grito, pero se negaba a abrir los ojos. Eso sí, hasta que escuchó un fuerte golpe y abrió un ojo perezoso para ver que habías cerrado la puerta del baño de golpe. Suspiró y se incorporó en la cama. ¿Cuando se va a acostumbrar a su horario?
Y es que Law no se podía creer que, pese a que habías pasado ya tu primer año de universidad, seguías sin acostumbrarte a despertarte tan pronto. La Facultad de Medicina se encontraba lejos, bastante lejos, así que tenías que salir a pie antes para poder llegar a tiempo. Sin embargo, había días en los que la cama era tan invitadora que parecía pegarte a ella como la miel. Law incluso se había ofrecido a llevarte, pero tu orgullo -a saber de dónde salió- no podía aceptarlo, por mucho que lo agradecieras.
También había pasado un año y algo más desde que viniste a vivir con Law, la verdad es que convencer a tus padres no fue fácil, tal y como habías pensado.
Flashback:
"Mamá, papá... tengo que... deciros algo" Os encontrabais tus padres, Law y tú sentados tranquilamente en el salón de tu, ahora antigua, casa. Estabas muy nerviosa, y de no haber sido por la consoladora mano de Law, que estaba trazando figuras aleatorias en tu espalda, no habrías conseguido ni mirar a tus padres a la cara.
"Cariño, dínoslo, no nos dejes con la intriga" Dijo tu madre casi desesperadamente. Tragaste saliva audiblemente y miraste a Law. Él tenía una sonrisa en el rostro, la cual -de alguna manera- te quitaba el estrés del cuerpo. Soltando un profundo y pesado suspiro, te decidiste a hablar.
"Quiero mudarme a vivir con Law" La expresión de tus padres iba más allá de la sorpresa. Estabam boquiabiertos, y esto no ayudaba en absoluto tu situación. Miraste a Law de nuevo, este parecía tan preocupado como tú, pero no lo hacía tan evidente.
"¿Cómo?" Tu madre estaba incrédula, y te mordiste el labio esperando lo peor. "¿Quieres irte? ¿No eres feliz aquí?" Reaccionaste enseguida.
"Por supuesto que sí, mamá. Me encanta vivir aquí contigo... y con (tu hermana)... pero amo a Law" Miraste a tu padre para ver una mirada severa en su rostro, reemplazando la típica sonrisa que solía llevar, pasase lo que pasase.
"¿Y cuánto tiempo llevais saliendo? No es apropiado que vayas a vivir con quien llevas una relación demasiado corta" Dijo tu padre.
"Si mal no recuerdo, empezamos a salir en secreto desde octubre" Estabas segura de que Law recordaría su 25 cumpleaños muy bien. Le miraste y te pareció ver una pequeña mueca aparecer en su rostro, haciéndote sonrojar. "6 de octubre, para ser exactos" Tu padre parecía estar más relajado. Habían pasado casi diez meses desde entonces,
"No estoy seguro..." Cuanto más mirabas a tu padre, más nerviosa te ponías. Es verdad que habían aceptado a Law, es verdad que vuestra relación era extremadamente similar a la suya, pero también es verdad que estabas pidiendo algo muy repentino.
"Señor (tu apellido), si me lo permite..." Escuchar la voz de Law siempre lograba relajarte, pero no sabías por qué era capaz de conseguirlo más en ese momento. "Ninguna persona más que ella me había comprendido tan bien desde mi infancia. De hecho, he probado lo que es estar sin ella, y es horrible. No quiero arrebatarles a su hija en absoluto, pero la quiero demasiado para, ahora que ha terminado sus clases conmigo, dejarla ir tan fácilmente" Tu madre miraba a Law con expresión triste, y se hizo el silencio en la habitación. Este se rompió, sin embargo, cuando tu padre suspiró audiblemente.
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La felicidad existe.
FanfictionSecuela de "¿Me guardas un secreto?" Ha pasado un tiempo desde que te mudaste a casa de Law y terminaste el instituto. Sin embargo, ¿cómo será tu vida ahora? Law y tú.