Suspiraste al llegar a un semáforo por fin. Llevabas un par de días dando clases prácticas en la autoescuela, pero eso no quitaba los nervios que sentías. Observaste el semáforo y lanzaste una breve mirada al señor Smoker, sentado en el asiento de copiloto, examinando cada uno de tus movimientos. El semáforo se volvió a poner en verde y arrancaste de nuevo. Las primeras veces que habías cogido el coche se te había calado al arrancar, incluso ahora pasaba lo mismo pero lo ibas mejorando poco a poco.
"Aumenta la velocidad gradualmente, no te pases pero tampoco vayas muy lenta. Al llegar a aquel cruce pon el intermitente de la derecha y gira en esa dirección" Ordenó Smoker señalando el lugar que había dicho. Asentiste suavemente e hiciste lo que te dijeron, esta vez sin tener que frenar mucho tiempo para poder girar el volante. Lanzaste otra mirada a tu instructor antes de volver a posarla en la carretera. Dios, este tío intimida... "Los ojos siempre en la carretera" Te regañó. Pero si ni siquiera te había visto mirarle. Deseabas que se terminasen ya los cuarenta y cinco largos minutos de la clase.
¡Libertad, por fin! Exclamaste mentalmente saliendo del coche. Smoker ya había salido hace unos segundos. Fuiste a despedirte y poder irte a casa de una vez. Entonces localizaste a cierto moreno hiperactivo saliendo del edificio dando saltos de felicidad. Le ofreciste una cálida sonrisa.
"Hola, Luffy, ¿qué tal?" Él te dirigió una de sus amplias sonrisas.
"¡He aprobado el examen, (tu nombre)! ¡Gracias a ti!" Te sonrojaste un poco cuando te abrazó repentinamente, pero devolviste el gesto lo más cariñosamente posible.
"No ha sido nada Luffy, pero ha sido por que le has puesto empeño" Dijiste con un puño levemente elevado en el aire. Luffy rió esa extraña risa y se despidió de ti con una mano.
"Nos vemos, (tu nombre)" Ibas a avanzar por tu camino cuando escuchaste al chico, que había salido corriendo, frenar repentinamente y girarse hacia ti. "Casi se me olvida" Le miraste confusamente hasta que por fin se decidió a continuar. "Nami y (mejor amiga) me pidieron que os dijese a Torao y a ti que vinieseis al Baratie esta tarde"
"¿Para qué?" Él se rió de nuevo y salió corriendo mientras gritaba, atrayendo la atención de la gente de la calle.
"¡Sorpresa!" Ya empezamos con las sorpresas... Desde luego, tras la última sorpresa que tuviste en Noche Buena ya no te podías fiar de ellos en absoluto, por bien que acabase la cosa.
"Ya estoy en-" Y nada más entrar por la puerta te recibió una bola de pelo blanco más que crecida, tirándote al suelo. Ya estabas más que acostumbrada a esto, pero el susto te lo llevas aunque no quieras. "B-Bepo, bájate, por favor" El perro te miró con curiosidad antes de cumplir obedientemente con tus deseos. Suspiraste poniéndote en pie y dejando tus cosas sobre la mesa. Miraste a tu alrededor y entonces a Bepo. "Bepo, ¿dónde está Law?" Él dirigió su oscura mirada a la puerta principal y supusiste que estaría en el hospital. "Ya veo... Bueno, vamos a preparar la comida"
Mientras hacías el almuerzo, posibilidades de la dicha sorpresa de tus amigos rondaron tu mente. A diferencia de las sorpresas/sustos habituales, esta implicaba a Law, así que quizá no fuera nada... Piensa, (tu nombre), son tus amigos, seguro que debe de haber un plan maligno detrás. Sí, definitivamente habría un plan o no, con o sin Law.
Al rato escuchaste la puerta abrirse, además de los ladridos de Bepo. Sonreíste a la cebolla que estabas pelando -extraño-, y dejaste al vegetal, pronto sin capas, sobre la encimera para recibir al seguramente cansado doctor.
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La felicidad existe.
FanfictionSecuela de "¿Me guardas un secreto?" Ha pasado un tiempo desde que te mudaste a casa de Law y terminaste el instituto. Sin embargo, ¿cómo será tu vida ahora? Law y tú.