Capítulo 3: Familia interesante.

1.5K 140 30
                                    

Abriste los ojos para encontrarte el reloj sobre tu mesita diciéndote que eran las diez y media de la noche. Entonces te acordaste. Ayudaste a Law a dormirse, y tú también te habías quedado dormida. Hablando de Law, te diste cuenta de que sus brazos seguían rodeando tu torso y sonreíste. Con cuidado y delicadeza apartaste las manos de tu cuerpo y caminaste hacia la puerta, todavía vistiendo la sudadera de Law. Miraste una última vez antes de cerrar la puerta.  

"Bien, empecemos con la cena" Dijiste, motivación clara en la voz. Era verdad que poseías pocos -vale, ínfimos- conocimientos culinarios, pero ibas a preparar una cena solo para Law. Te pusiste manos a la obra, decidiendo que cocinarías un menú de sopa, pescado asado y arroz. Sabías cocinar los tres platos, así que tenías la esperanza de no envenenar a Law.


Mientras estabas vigilando el pescado para que no se quemase, llamaron a la puerta. Con un suspiro pusiste fuego lento y fuiste a abrir, sin importarte mucho el hecho de que tu falta de ropa. Detrás de la puerta estaba un chico joven de pelo ondulado y rubio. Le miraste curiosamente, esperando una explicación.

"Buenas noches, señorita. ¿La he despertado?" Negaste con una sonrisa. Es educado... Él también sonrió y se rascó la nuca, como nervioso. "Bueno, ¿es usted (tu nombre)?" Asentiste esta vez y él pareció más aliviado. "Por fin, es la sexta vez que llamo a una puerta. ¡Vaya! Qué modales tengo, mis disculpas. Me llamo Sabo, y soy el hermano mayor de Luffy" Te sorprendiste bastante. Ya conocías a Ace, pero Luffy nunca te había mencionado a otro hermano. "Me gustaría saber si usted sabe dónde vive el cabeza hueca de mi hermano"

"Oh, claro. Pero llámame (tu nombre), por favor. Luffy vive a unas manzanas de aquí, pasando por un parque que hay aquí al lado, frente a una panadería. La verdad es que no tiene pérdida" A menos que seas como Zoro... No ibas a decir eso en voz alta. "Pero, ¿por qué has venido a preguntármelo a mí? Tu hermano debería haberte dado su dirección" Sabo suspiró pesadamente.

"Luffy es... Luffy. En su postal me puso esta dirección, y no la suya. Me preguntó por qué no le supervisará Ace..." Parecía molesto, y sonreíste. Son una familia interesante... Entonces llegó a tus fosas nasales un leve olor a quemado y, de un salto, saliste corriendo a la cocina. "Eh, ¿(tu nombre)?"

"¡No!" Exclamaste tristemente, mirando el pescado casi chamuscado delante de ti. A pesar de haberlo dejado a fuego lento, habías estado demasiado atendiendo la visita. Sabo, reluctante, pasó dentro de la cocina, murmurando un "Con permiso" y te observó tirada en el suelo.

"Lo siento mucho, ha sido mi culpa. Yo... no sé cómo compensarla" Suspiraste y te levantaste del suelo, dirigiéndole una sonrisa al rubio.

"No te preocupes, no ha sido tu culpa, Sabo. Y te he dicho que no me llames de usted, suena raro" Sabo sonrió y se inclinó un poco.

"Muchas gracias por la ayuda, (tu nombre), pero tengo que irme. Nos vemos" Te despediste con el brazo y esperaste a que saliese por la puerta para suspirar profundamente y tirar el pescado a la basura, ya no era comestible. Pero bueno, aún quedaban la sopa y el arroz, con eso no fallarías.

Entonces se abrió la puerta de la habitación de Law y dicho moreno salió únicamente con los pantalones. Diste un respingo al verle aparecer tan de repente, pero continuaste cocinando.

"¿Qué ha pasado? Te he oído gritar" Te mordiste el labio mientras servías la sopa en dos cuencos y hacías lo mismo con el arroz. Lo pusiste sobre la mesa del salón, añadiendo después un par de vasos y cubiertos. Law miró la mesa, una sonrisa apareciendo en su cara.

"Lo siento" Susurraste con los ojos oscurecidos de repente. La sonrisa que había aparecido en la cara de Law desapareció y te miró con preocupación y confusión.

"¿A qué te refieres?"

"Iba a prepararte una cena que te gustase, pero el pescado se me ha quemado..." Law sonrió de nuevo, sintiéndose aliviado por que no fuese nada grave. Se acercó a ti y te abrazó firmemente.

"¿Y te disculpas por eso? (Tu nombre), debes saber que cualquier cosa que tú cocines me gustará" No pudiste evitar que una malvada sonrisa apareciese en tu rostro.

"¿Incluso umeboshi untado en pan?" Tu sonrisa creció cuando te pareció ver que se le pusieron los pelos de punta con la -en su opinión- horrible comida, pero pronto volvió a esbozar una sonrisa. 

"No te pases" Te robó un beso justo cuando habías soltado una de tus pequeñas risas. Suspiraste y abriste la boca para dejarle acceso, el cual tomó inmediatamente a la par que vuestras lenguas se encontraban para participar en un sincronizado baile. Os separasteis por fin, jadeando por necesidad de aire y además con un pequeño hilo de saliva conectando vuestras bocas.

"Y dime, ¿cómo has dormido?" Law apoyó su frente sobre la tuya y plantó un beso en la punta de tu nariz.

"Perfectamente, gracias a ti, gatita" Sonreíste y te sentaste por fin a la mesa. Esperaste a que Law se sentase también para empezar a comer, ni siquiera encendisteis la tele, no os parecía necesario.

"Hey, Law" Él te miró, sorbiendo algo de sopa. "Todavía no sé qué regalarte por tu cumpleaños..." Law dejó el tazón, ahora vacío, sobre la mesa.

"No me importa. Ni siquiera hace falta que me regales nada. Mi cumpleaños del año pasado estuvo bien" Sí, recordabas que lo único que hicisteis fue ver una película antes de cenar en un buen restaurante. "Además, mientras sea contigo, cualquier cosa me vale" Esa última parte te hizo sonrojarte.

"Ya, pero quiero hacer algo nuevo. Y estoy segura de que tú también" Law sonrió y se levantó de la silla. Levantó los brazos para estirarse y empezó a recoger la mesa. Te quedaste pensativa, aún sentada ya que ibas a acabar fregando tú los platos, mientras que Law recogería los platos. Pensar que no tenías ideas para su cumpleaños era simplemente frustrante, pero bueno... Le pediré ayuda a (mejor amiga)... "Ah, por cierto, hoy he conocido a otro hermano de Luffy. Se llama Sabo, es muy simpático" Dijiste con una sonrisa. Law te miró un momento, y te pareció ver un brillo de celos en su ojos grises, pero lo descartaste. La única persona que habitaba tu mente era Law, y nada iba a cambiar eso. Esperabas que él lo supiera...

La felicidad existe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora