¿Qué pasa si te digo que tu tiempo de vida está contado?
¿Qué pasa si te digo que después de conocer al amor de tu vida, tiene los días contados?
Y tendrás que disfrutar y llevar tu vida al limite solo por ella, solo por colorear su sonrisa cada min...
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Por fin ya es viernes. La semana más larga de mi vida. Los entrenamientos son bastantes largos y pesados, y termino sumamente cansado, supongo que aun no me acostumbro del todo al horario que tengo, pero será cuestión de tiempo. Hoy las clases son más cortas que toda la semana, y lo agradezco, porque necesito dormir un poco por la tarde.
Camino hacia el gimnasio como todas las mañanas, dejo mi bolso en mi casillero y entro con todos los demás para esperar al entrenador. Cuando el entra todos se quedan en absoluto silencio y se colocan en posición de carrera por sí indica que tenemos que empezar a correr; pero hace todo lo contrario.
Nos mira y aplaude mientras sonríe y me deja un poco descolocado, no entiendo porque aplaude, quizás quiere burlarse de nosotros o algo así.
— Lo habéis hecho muy bien chicos, nos hemos clasificado para la competencia dentro de dos semanas, estoy orgulloso de vosotros.
Apenas dice eso todos comienzan a aplaudir y gritar cosas, mientras se felicitan y se dan palmadas en la espalda. Dylan y Aiden se acercan a mí sonriendo y diciéndome cosas que no logro entender por la emoción que me abarca.
— Eso es increíble, tu primer partido, ya veras que seguro te la pasas genial — dice Dylan sonriendome.
— Lo único es que tendrás que esforzarte un montón para poder entrar a jugar, tienes que demostrarle al entrenador que de verdad quieres y deseas entrar a la cancha y encestar.
Después de que solo nos haya dado una charla, me voy a cambiar y seguido de eso voy a la cafetería, me da tiempo de tomarme un café antes de empezar las clases, y eso está genial porque se nota que este día no será tan pesado como yo pensaba. Pido mi café favorito –Caramelo Macchiato con una nube de crema blanca arriba– me siento en una de las mesas y me quedo mirando por la ventana que da al mar. es muy tranquilizante quedarte mirando el mar y como las olas rompen y luego regresan para luego volver a romper.
Me encantaría aprender a surfear, pero ya tendré tiempo para eso, ahora necesito concentrarme en poder jugar el día del partido, quiero ser el mejor en esto y lo conseguiré, seré el mejor jugador de básquet, y también el que tendrá las mejores notas.
Termino mi café cuando veo que quedan unos cinco minutos y camino hacia la clase que me toca hoy, la 456. Entro a la clase y me siento dejando el asiento a mi lado vacío para cuando venga Alesia pueda sentarse. el profesor entra y comienza encendiendo la pizarra interactiva que es enorme, pero me gusta porque así se puede entender todo lo que escribe o hace. Saco mi ordenador y abro la pagina de word para comenzar anotando la fecha y todo lo demás que el ponga; química no es tan dificil, asi que esta no es tan complicada como para dedicarle muchas horas, y eso me alegra bastante.
El profesor estuvo a punto de cerrar la puerta cuando alguien gritó "¡Espere!", el profesor la dejó pasar y yo me aguanté la risa al ver a Alesia entrar despeinada, con pantalón de pijama y una sudadera por encima un poco torcida. Se sentó a mi lado poniendo el bolso en la mesa y la miro riendo bajito.
