¿Qué pasa si te digo que tu tiempo de vida está contado?
¿Qué pasa si te digo que después de conocer al amor de tu vida, tiene los días contados?
Y tendrás que disfrutar y llevar tu vida al limite solo por ella, solo por colorear su sonrisa cada min...
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Tener a Alesia frente a mí era como un sueño. Sus ojos brillaban bajo la tenue luz de la luna, y su piel se veía suave y cremosa. Se veía tan perfecta.
He estado en silencios así antes, pero siempre eran incómodos, pero este no, se que no, pero ahí está el problema. Me da miedo.
Me asusta saber que ella siente cosas por mi, no quiero hacerle daño ni mucho menos. Se ha vuelto una gran amiga y compañera en estas semanas y llegar a sentir cosas por ella me hace comportarme diferente.
Lo que quiero decir con todo esto es que yo también me siento atraído hacia ella, pero no pienso demostrarlo, y se que suena tonto, pero no quiero romper la amistad ni sus sentimientos. O al menos no pienso hacerlo por ahora, necesito pensar.
— ¿Te gusta alguien? — cuando soltó esa pregunta tuve que apartar la mirada para no demostrar nada.
Si le digo que no, se va a llevar una gran decepción y la alegre Alesia no estará las próximas semanas. Pero si le digo que si le voy a crear falsas esperanzas..
Maldigo mentalmente pensando en elegir muy bien y cuidadosamente mis palabras para quedar en un punto medio.
— Si, Megan Fox — musité mientras añado otra cosa — ¿para qué quieres saberlo?.
— Anda no seas tonto, es solo curiosidad — murmura mirándome, la miro de reojo y me termino volteando para sonreír por lo que se paso por mi cabeza.
— Yo se quien te gusta a ti — después que dije eso volteé hacia delante para no reír.
— ¿Quien? — murmura con cierto nerviosismo en su voz — no mientas, no lo sabes.
— El profesor de anatomía.
Siento su cuerpo soltarse en alivio y comienza a reírse sonrojándose mientras me da un pequeño golpe en el brazo, pero seguido de eso sus dedos se quedaron alrededor de mis tríceps y puso su cabeza en mi hombro.
— No mientas, solo le pedí ayuda con algo que no entendía — murmuró riendo.
— Yo vi claramente un sonrojo cuando te lo explicaba — apreté los labios para no reírme y ella se separó de mi.
Pensé que me iba a dar un golpecito o a decir algo para tratar de ofenderme, pero lo que hizo me dejó en shock. Alzó la mano y la movió como si fuera a arrojarme algo, y continuo a eso un montón de arena cayó sobre mi haciendo que me levanté de golpe mirándola.
— Ups, se me escapó.
— Oh no, esto no se queda así.
Y cuando ella menos se lo esperó, la cargué en mi hombro mientras se retorcía como un gusano. La sujeté con fuerza y dejé su bolso de lado al igual que mi teléfono, llaves y billetera. Y sin esperar más comencé a caminar hacia el mar.
— ¿¡Estas puto loco!? — me chilla golpeando mi espalda y yo solo me limito a reír.
— Un poco sí, así que agarra aire — le pido riendo y corro dentro del mar y sin más nos metí bajo un ola que arrasó conmigo y ella.
