XIV. Making Plans

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Luego de prepararse un poco, tomar suficiente flechas y recuperar sus cuchillos, el grupo se adentró al bosque. Anya mantenía su arco listo para disparar, Clementine el mapa asegurándose que fuese en la dirección correcta. Louis lideraba la caminata y AJ... se encargaba de seguir al grupo. Todos estaban un poco nerviosos, sería la primera vez después del asesinato de Marlon en la que saldrían de la zona segura. Pero para suerte de Clementine y AJ, Anya y Louis conocían esa parte del bosque un poco mejor que el resto.

— Me encantaba esta parte del bosque, —admitió Anya admirando un poco la belleza del bosque— En esta zona siempre hace frío, por tener el río cerca. Siempre tiene las mejores flores.

— ¿Te gustaba por las flores o es porque te recuerda cuando esa ves vinimos tú y yo...?

— Eh, Louis, basta. —interrumpió Anya sonrojándose un poco, el chico solo río un poco luego de la reacción de la rubia— Idiota.

— ¿Que hacían ustedes dos en esta parte del bosque? —pregunto AJ inocentemente, la pelinegra miro a Anya y esta le hizo señas que cambiase el tema.

— Cuando encontremos el barco, —interrumpió Clementine intentando no reír— Buscaremos una manera para entrar.

— Aún no puedo dejar de pensar en cómo Willy trato a Tennessee. —dijo Anya bajando su mirada— El pobre Tennessee no tuvo la culpa.

— Exacto. —dijo AJ volteándose hacia Anya, con una sonrisa— Por eso me caes bien, Anya.

— ¡Chicos! —Exclamó Louis, viendo a distancia el tan deseado barco— ¡Ahí esta!

Todos se agacharon y se acercaron a un pasto alto frente a ellos. Desde donde estaban no podían ver bien el barco, pero para suerte de todos, AJ había encontrado unos binoculares. Gracias a ellos pudieron ver un poco más de cerca el barco. Entre todos decidieron que Clementine debería ser la que analizase cada parte del barco y sus alrededores. Ella había estado su vida afuera, tenía una mejor manera de analizar las cosas. Los tres se dispersaron un poco, Anya notó la cantidad de suministros y materiales que tenía este grupo. La pelinegra se junto con ella, y dialogaron un poco sobre algún plan. Entre ambas llegaron a una conclusión, muchas de las cosas que tenían parecían venir de la estación de tren. Lo más seguro estos hombres la saquearon luego de que ellos se fueron. Notaron que tenían unas balsas llenas de suministros, agua, comida militar, entre otras cosas.

— Alguien lo suficientemente pequeño pudiese ir y cortar las sogas para llevarnos los suministros. —sugirió Anya analizando las balsas con detenimiento— Se ve que las sogas son fáciles de cortar, no son tan grandes.

— O quemarlos para tener una buena distracción. —sugirió también Clementine, señalando el fuego que venía de unas antorchas— Todos los asaltantes irían a salvar los suministros.

— Creo que robarlos es la mejor opción. Es decir, podemos usarlos nosotros. —insistió— Se nos acaban las medicinas, y ni hablar del agua.

Eventualmente Clementine se alejó y siguió observando de diferentes lugares. La rubia miró sus alrededores y notó algo en el suelo. Se trataba de una pata de conejo, supo de quién era. Omar siempre la llevaba colgando en su pantalón. Se le habrá caído mientras lo traían hasta aquí. La chica no era tan cercana con Omar, no porque no quisiese o no le agradece. No compartían cosas en común, siendo ambos con personalidades un poco parecidas, no compartían actividades. Anya odiaba cocinar, y este amaba cocinar. Así que en ese sentido se pudiese decir complementaban bien . Fuera de eso, no tenía mucho que hablar o hacer con este. Pero si sabía lo mucho que significaba esa pata de conejo para el, era de su familia. Se la habían regalado antes de entrar al Internado, por lo que Anya juro que la guardaría para cuando lo volviesen a ver.

ALWAYS YOU | THE WALKING DEAD GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora