XIII. Anger

141 12 1
                                    

— Tenemos que hacer algo con el cuerpo. —murmuró Anya mientras miraba frente a ella el cuerpo de Mitch. A su lado estaban Louis, Clementine y Willy. Para el pequeño, lo había perdido todo— No lo podemos dejar aquí.

— Podemos enterrarlo, mañana. —dijo Ruby uniéndose al pequeño grupo. La pelirroja sabía lo importante que era Mitch para Anya y Willy— Todo necesitamos descansar, hoy a sido terrible.

— Esto no se suponía que pasase. —lloro Anya llevando sus manos a su rostro, intentando ser fuerte pero ya no podía más— Nada de esto está bien. El no tenia que morir, así no.

— Estoy segura que esto es muy difícil para ti. —dijo Clementine intentando consolar a Anya, pero en ese momento no iba a haber mucho que lograse calmarla— Lo siento mucho, Anya.

— No, no te disculpes. Porque no es tu culpa, no es culpa de ninguno de nosotros. —contesto para luego caminar hacia su prisionero, Abel. Quien seguía amarrado a un tubo, casi a punto de dormirse— La culpa es de esta gente, asquerosa. —exclamó, para luego pisar con fuerza las piernas fracturadas del hombre— ¡Por estos animales mi mejor amigo está muerto! Pero tranquilo, porque tú muerte será igual o peor.

— ¡Niña mugrosa! —gritó Abel lleno de dolor, al igual de rabia— Cuando me mejore, a ti será la primera que te volare la cabeza.

— Lastima, tú de aquí no vas a salir con vida. —amenazo mientras comenzaba a patear al hombre— ¡Animal! ¡Asesino!

— ¡Basta, Anya! —exclamó Louis tomando por los brazos a la rubia, el chico odiaba verla de esa forma. No habían sido muchas las veces que la había visto así, pero odiaba cuando pasaba— No vale la pena, aún no nos podemos deshacer de él. Déjalo ahí, lo que necesitas es calmarte.

Entre Louis y Clementine forcejearon con Anya para alejarla del hombre. Pero una vez la separaron de este, Anya se detuvo. Empezó a llorar nuevamente, era un llanto desgarrador. Venía acumulándose desde la muerte de su hermano, tuvo que ser fuerte para poder fortificar la escuela y no tuvo el momento adecuado para llorar su muerte debidamente. Toda la rabia se había juntado con su duelo pasado.

En ese momento que se detuvo pensó en una clase que había tenido. Donde le enseñaron sobre las cinco etapas del duelo. Negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. El enojo, era lo único que sentía en esos momentos. Sabía que si sus amigos no la hubiesen detenido, hubiese destrozado lo poco que le quedaba de piernas al hombre. Estaba segura que hubiese sacado fuerzas para hacerlo.

Con todo lo que pensó se fue, su mente se había ido. Le dio oportunidad a Louis a llevarla a su cuarto. Donde allí pudo limpiar las cenizas, la sangre, el sucio de su rostro. Revisar la herida de la flecha, aunque tampoco había sido algo grave. La chica podía caminar bastante bien a pesar de eso. Volvió en si al sentir algo frío que recorría por su rostro. Lo primero que vio fue a Louis, quien aún limpiaba a la chica. Está al verlo no pudo evitar llorar, lo abrazo con fuerza y lo atrajo hacia el. Con todas estas muertes comenzó a preguntarse quién sería el siguiente, y se llenaba de terror cuando Louis aparecía luego de ella preguntarse eso.

— Tienes que prometerme algo, Louis. —pidió Anya tomando al chico por sus mejillas, el chico estaba tratando no romperse frente a ella— Si sientes que te vas a morir, o si sientes que te pueden tomar en cualquier momento, necesito que corras lejos de ahí.

— ¿Anya? ¿A que viene todo esto? —pregunto Louis llevando sus manos al cuello de la chica.

— He perdido a muchas personas en menos de un mes, y no puedo me puedo permitir perderte a ti también. —lloro cerrando sus ojos, su mente le creaba escenarios donde Louis estaba en peligro— Me rehuso a perderte después de haberte dicho lo mucho que te quiero.

ALWAYS YOU | THE WALKING DEAD GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora