VIII. Danger Nearby

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La rubia tomó su arco, y se dirigió a la salida de la escuela. Unos segundos después, recibió la compañía de Rosie, la mascota del grupo. Una vez fuera, la rubia se sentó junto a los árboles grandes de la zona de casa, Rosie se acostó junto a ella. Anya comenzó a acariciar a Rosie, y no pudo evitar volver a llorar. Cada vez que miraba a Rosie, veía a Marlon. El chico cuidaba muy bien de Rosie, y era imposible no pensar en el cuando la veía. Muchos de los recuerdos que Anya tenía con Marlon, eran sobre el enseñándole trucos a Rosie para hacerla reír. Cuando todo empezó, Rosie era una de las pocas cosas que podía subirle el ánimo a la rubia. Para todos había sido difícil, pero el apocalipsis hizo algo en Anya que casi la destruía. Pero siempre tuvo gente que la ayudo a volver a florecer.

Sentía coraje, y mucho miedo. El grupo había decidido que lo justo era que Anya tomase el puesto de Marlon. Era la segunda al mando, el chico era su hermano. Para todos era lo que debía ser. No tenía coraje por ser líder, pero si consigo misma. Tenía que tomar su primera decisión y no estaba segura que debería hacer. Marlon siempre parecía tener las respuestas a situaciones así. Sin embargo, Anya no. La rubia siempre pensaba todo, con diferentes puntos de vista. Con este no sería la excepción, pero como líder sentía que eso solo le haría difícil el trabajo. Tenía miedo de no poder ser una buena líder, de no poder tener respuestas cuando los demás pregunten. Solo podía esperar a que un rayo de luz la iluminase y le diese paz.

Estuvo mucho tiempo afuera, al parecer el grupo no se ponía de acuerdo. Ellos lo habían dicho, la mayoría ganaría. Pero si alguien defendía a Clementine al momento de la votación, las cosas se pondrían difíciles. Solo rogaba que no le tocase desempatar el grupo, que sea lo que sea, no tuviese que estar a manos de ella. El hecho de pensar que el destino de dos personas estaba en sus manos, le causaba mucha ansiedad. A lo mejor eso era lo que Marlon sentía, y nunca decía. A lo mejor eso era lo que pasaba todas esas noches por su cabeza, el destino de todos los demás. Alzo su mirada, y notó cómo Violet se dirigía hacia ella. Miro un poco más atrás y allí estaba Louis, con sus brazos cruzados. Este parecía molesto, aunque a la vez satisfecho. No podía decir lo mismo de Violet, esta si estaba muy molesta.

— Ya todos votamos. —anunció Violet cruzando sus brazos, con su mirada algo baja— Quieren que se vayan.

— Me lo imagine, todo en mundo está molesto. —contesto Anya mirando a sus alrededores.

— Tú no lo estás, y tú eres la líder. —dijo Violet agachándose al nivel de Anya— Tú puedes cambiar la decisión, puedes hacer que se queden.

— De que lo puedo hacer, puedo. —pensó Anya dirigiendo su mirada a Violet, para luego llevar una de sus manos a la rodilla de la chica— Pero no sería justo para el grupo.

— Pero no es justo para Clementine y AJ. —defendió algo molesta.

— No hagas las cosas más complicadas, Vi. —rogó Anya llevando sus manos a sus ojos, intentando no llorar más— Yo no quiero que se vayan, me gustaría que se quedasen pero voto la mayoría. No voy a hacer que todo el mundo se vaya en mi contra desde ya, no necesito más tristeza y enojo en estos momentos. —explicó, Violet bajo su mirada y se sintió mal por Anya— Busca a Clementine, y tráiganla aquí. Yo la escoltaré hasta afuera de la zona segura.

— ¿Segura que quieres ir sola, ángel? ¿No quieres que te acompañe alguno de los dos? —pregunto Louis acercándose hacia las chicas, con su mirada plantada en Anya— No nos molesta acompañarte.

— Se que no les molesta. —contesto recibiendo ayuda de Louis para levantarse del suelo— Pero prefiero ir sola con ella, es lo menos que podría hacer.

— Iremos a buscarla. —informó Violet, no estaba completamente de acuerdo con Anya. Bueno, no estaba de acuerdo en lo absoluto pero no tendría otra opción.

ALWAYS YOU | THE WALKING DEAD GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora