XVIII. Paroxysm

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— Te vas a arrepentir. —repitió Anya golpeando con fuerza los barrotes de la celda, sentía una rabia gigante por todo el cuerpo— Hija de puta.

— Esa es una mala palabra. —dijo AJ luego de escuchar a Anya, el chico estaba recostado de una de las paredes— Clem me dijo que esa es una mala palabra.

— Si, bueno, creo que tengo permitido hablar malo en este momento. —contesto Anya intentando calmarse, pero le estaba resultando imposible— Lo tuve que haber visto venir, no iba a ser tan fácil.

— No seas dura contigo, cariño. —dijo Louis acercándose a la chica, llevando sus manos a la cintura de la misma para así abrazarla— Todos caímos en la trampa.

— Si encienden la caldera, la bomba explotará. —recordó restregando su rostro con sus manos— Solo será cuestión de tiempo que salgamos volando de aquí.

— Encontraremos una manera de salir de aquí. —contesto intentando mantener el optimismo, el chico no se daría por vencido— Ya llegamos hasta aquí, no podemos rendirnos ahora.

— No estoy diciendo que nos rindamos. —dijo analizando las puertas de las celdas, eran de metal. Aunque un poco oxidadas, los barrotes eran gruesos y estaban algo sucios— Será imposible traspasar una de estas.

— Estoy de acuerdo. —contesto AJ metiéndose en la conversación— No quepo por los barrotes.

— Clementine. —llamó Aasim al ver que Clementine se asombraba por la celda de enfrente— ¿Estas bien?

— Yo estoy bien. —contesto Clementine buscando con la mirada a AJ— ¿Donde está AJ?

— ¡Aquí estoy! —contesto AJ asomándose por uno de los barrotes.

— ¿Donde está Violet? —pregunto Anya al ver que la rubia no estaba junto a Clementine, temiendo que sus sospechas fuesen ciertas— No la veo desde aquí.

— Ella... —murmuró Clementine, en su mirar se sentía un poco de culpa y tristeza— Dice que no nos va a ayudar, y que se quiere quedar aquí.

— ¿Pero que mierda le pasa por la cabeza? —pregunto Anya llevando sus manos a su rostro, estaba pasando lo que más temía— Hicimos todo esto por sacarla a ella y a los demás de aquí.

— Aún no nos movemos. —dijo Louis cruzando sus brazos, también triste viendo que los miedos de Anya se hicieron realidad— Así que al menos tenemos un poco de tiempo.

— Las puertas no se ven bien hechas, se ven débiles. —observó Anya intentando no perder su cordura— A lo mejor podemos trabajar con eso.

— Podría romper el pestillo si tuviera una herramienta. —sugirió Clementine notando los pestillos que tenían cada puerta— ¿AJ? ¿Tienes tu cuchillo?

El pequeño busco por sus bolsillos, y encontró su cuchillo escondido en uno de ellos. Tomó este y lo tiró por debajo de la puerta, estás estaban un poco elevadas. El cuchillo pasó por debajo de esta y una vez entró a la celda de Clementine, la pelinegra se agachó e intentó romper un poco el pestillo con el cuchillo. Requeriría de mucha paciencia, aunque las puertas no fuesen las mejores, los pestillos seguían siendo de metal. No contaron con que harían mucho ruido, se escuchaba perfectamente lo que hacía Clementine desde afuera, sabían que traería problemas y así hizo.

— ¡Oye! —gritó una mujer, esta era trigueña. Había pateado la puerta para llamar la atención de Clementine— Sea lo que sea que estes haciendo, detente. Te lo digo yo, no valdrá la pena.

— ¿Ya despertó?

— Si, señora.

— Perfecto, —dijo una voz que reconocían muy bien, más de lo que quisiesen. Lilly se acercó a las celdas y miró a los nuevos prisioneros, pero su objetivo era Clementine— Yo me encargaré de ahora en adelante.

ALWAYS YOU | THE WALKING DEAD GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora