1. Cuidado

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Acomodo su mochila en el asiento de al lado y recostó su cabeza en la ventana, iría a la casa de su abuela para quedarse durante tres semanas, si todo iba bien

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Acomodo su mochila en el asiento de al lado y recostó su cabeza en la ventana, iría a la casa de su abuela para quedarse durante tres semanas, si todo iba bien.

Esa casa era tan fría y vieja, le causaba escalofríos pensar en quedarse más de una semana entera, pero iría a quedarse para que ella no se sintiera sola. Después de todo era su nieto, cerró los ojos disfrutando del viento chocar contra su rostro, despeinado su cabello en el proceso.

Su padre manejaba concentrado, ni siquiera se escuchaba la música, el volumen era demasiado bajo pues no le gustaba mucho la música. Al aparcar el carro se bajó y miró a su padre.

-Regresaré por ti después -le dijo después de bajar su ventana- si necesitas algo no dudes en llamarnos -musito mientras veía a su hijo rebuscar en su bolsa para sacar las llaves.

-Sip -dijo encontrando sus llaves, sonrió antes de meterla en la cerradura- nos vemos -al abrir la puerta volteo y agitó su mano, su papá respondió con una sonrisa antes de arrancar el carro.

Suspiro antes de cerrar la puerta que retumbó con un fuerte sonido, fue escalofriante la manera en la que toda la casa se sumió en silencio, avanzó por el patio hasta llegar a la puerta y de nuevo tuvo que usar sus llaves para abrirla.

-Abue, hola -grito en cuanto piso el mosaico viejo de la casa, miró sillón y descubrió las cobijas dobladas por lo que se asomó al oscuro pasillo.

-¿Hongjoong? -escucho y se dejó guiar, llegó a la cocina y descubrió a su abuela sentada.

-Llegué -formó una pequeña sonrisa, se sentó en la silla y miró a su abuela comer.

-¿Cómo estás? -pregunto su abuela mientras tomaba el tenedor con sus manos temblorosas.

-Estoy bien -contestó, la cocina se sentía fría como siempre.

-Mi niño, ¿podrías cerrar la ventana? -pidió su abuela.

-Si claro -se levantó y se acercó al lavatrastes, cerró la ventana y se fijó en el patio trasero para ver si había algo interesante.

-¿La escuela te dejó tarea? -pregunto y Hongjoong negó con la cabeza- Cierto, me lo dijiste la semana pasada -siguió comiendo y Hongjoong solo volvió a sentarse.

La cocina era espaciosa, tenía la estufa, el lavadero, una pequeña mesa con tres sillas, el refrigerador y un mueble en el fondo donde se guardaban los trastes. Aparte de todas las repisas que estaban alrededor de toda la cocina, y en el fondo había un pequeño cuarto que quedaba debajo de las escaleras, la entrada era solo un arco sin puerta, dentro de este estaba una vieja lavadora con un mueble que guardaba antiguos juegos de mesa y hojas casi amarillentas por su vejez, frente a este cuarto, al lado del refrigerador había un pequeño escalón que llevaba a un pequeño espacio donde había escobas y una puerta dorada que llevaba al patio trasero.

Hongjoong se dedicó a contestar las preguntas que le hacía su abuela, era cansado, pero siempre trataba de mantenerse sereno.

Cuando su abuela terminó de comer fue a la sala, Hongjoong se quedó en la cocina limpiando los trastes usados, después de hacerlo fue a la sala a recoger su mochila.

Devoción MelancolicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora