7. Realidad

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Hongjoong abrió los ojos y ahí estaba Seonghwa, lo abrazo de inmediato, el gato pareció poco sorprendido, pues ya lo tenía sujetado con fuerza mientras tarareaba una dulce canción

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Hongjoong abrió los ojos y ahí estaba Seonghwa, lo abrazo de inmediato, el gato pareció poco sorprendido, pues ya lo tenía sujetado con fuerza mientras tarareaba una dulce canción. Se volvió rutina despertar de esa forma.

—Todo estará bien —le prometió y Hongjoong se aferró a esas palabras como si fueran una oración— fue solo una pesadilla —acaricio sus cabellos— algo que devoraré —murmuro con una sonrisa y Hongjoong solo pudo sentirse feliz.

Hongjoong pensó que Seonghwa era una clase de ser divino.

Había rezado tanto, rogándole a Dios por ayuda y nunca obtuvo respuesta mientras que Seonghwa solo aparecía y le prometía estar a su lado para protegerlo, estaba seguro de que Seonghwa era una figura más divina que el mismísimo Dios que jamás logró sentir.

Hongjoong quedó embelesado y seguro en esos brazos.

Se permitió llorar de nuevo, dejó que sus lágrimas salieran como dos goteras que ya no tenían arreglo, un sollozo escapó de su garganta y se aferró al pecho de Seonghwa con miedo a que este fuera a desaparecer, como todas las cosas que alguna vez le hicieron ilusionarse.

Estaba quedándose dormido, escuchar el golpeteo del corazón de Seonghwa le relajaba, sabía que este estaba vivo.

Seonghwa lo recostó de nuevo y mordió con suavidad su brazo para robarle un poco de sangre. Hongjoong se sintió mareado y perdió la conciencia, el gato sonrió antes de lamer la herida para curarla.

Abrió la ventana y salió de la casa, no sin antes dejar un pequeño beso en la frente del humano. En su forma gatuna fue fácil llegar a la cabaña escondida del bosque. Maulló y fue que una bola de fuego acudió a su llamado, se transformó y quedó frente a un chico con una sonrisa encantadora, aunque oculto por su capucha de la capa.

—Entonces —escucho con atención lo que Seonghwa tenía que decirle— me estás diciendo que ese humano es un buen candidato —miro como la criatura asentía.

—Estoy seguro de que querrá unirse —sonrió mientras seguía al brujo— ¿Jongho? —miro hacía los arbustos que se movían de un lado a otro.

—Pff, planeaba asustarte —se quejó el mencionado mientras salía de unos arbustos, dejando ver que al igual que Seonghwa tenía una cola, dos orejas y unos grandes colmillos.

—Asusta a Mingi —le sonrió y el brujo bufo.

—Como sea, más te vale que el humano que intentas engatusar sea seguro —dijo Mingi quitándose su capa, dejando ver su rostro con más claridad.

—Sí y si quieres más, sus amigos también son seguros —se alzó de hombros— puedo verlo, así que puede que obtengas más de lo que inicialmente planeamos —mostro sus colmillos color blanco nacarado.

—¿Tendremos más amigos? —pregunto Jongho con una sonrisa brillante— Yunho podrá dejar de alimentarme como un bebé —estaba emocionado, la sola idea de saber que conocería a alguien más después de siglos.

Devoción MelancolicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora