Capitulo 31: Sagrada , sublime y salvadora

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Capitulo 31: Sagrada, sublime y salvadora

(AVISO: Capitulo Hot... no me hago cargo de traumas)

-Zayn
Ella se aferró con fuerza a mi camisa, y desabrochó los botones desesperadamente. Me despojó de ella y la pegué más a mí mientras caminábamos ciegamente hacia la habitación. Nuestras bocas estaban unidas, y se movían con demanda. Su boca dulce, caliente, suave me estaba enloqueciendo. Pero lo que más me estaba perturbando era lo que yo estaba dejando que pase.
Si, yo la estaba llevando hacia mi habitación. Si, yo le iba a hacer el amor. Mis manos se movían por su cuerpo, buscando reacción, buscando respuestas. Y las encontraba. Con cada caricia que le daba encontraba una respuesta. Tenía que alejarla de mí, tenía que apartarla.
Pero ¿Cómo? ¿Cómo hacerlo si cada centímetro de mi ser me pide a gritos que la tenga cerca?
Después de haber escuchado esas suaves palabras, susurradas con casi desesperación, todo mi autocontrol se fue a la mierda.
Le quité aquel pequeño saco de hilo y lo arrojé por allí. Sin soltar sus labios comencé a desabrochar los botones de su blusa. Un poco de piel quedó expuesta para mis manos. Ella tembló y se alejó apenas de mis labios.
-Yo sé que esto está mal, está muy mal, Zayn. Pero te necesito mucho más de lo que...
La acallé volviendo a tomar su boca con exigencia. Que me corten las piernas si no le doy a estar mujer un poco de lo que me está pidiendo.
<<Tienes que dejarla, imbécil>> pensé.
No, no voy a dejarla ir. No esta noche, no ahora... Quizás pueda dejarla ir mañana. Quizás pueda reprocharme la debilidad luego. Pero ahora, ahora solo quiero sus caricias. Y también que llene un poco mis soledades.
Cuando llegué al último botón de su blusa llevé mis manos hacia sus hombros y corrí las mangas hacia un costado. La prenda cayó al suelo con un suave susurro. Me alejé un poco para mirarla. Su cuerpo era igual al de ella... solo que se veía más maduro. Maternal. Fijé mi mirada en sus pechos, cubiertos por un sostén negro... Ese par había sido el primer alimento de Chris. Y podrían ser el alimento de unos cuantos críos más.
Mi corazón bombeó sangre frenéticamente... yo podría tener hijos con ella.
<<Canalla, infeliz. Si lo haces será solamente porque la condenada te recuerda a TN_________>>
Y si, me recuerda a mi gitana. Hoy voy a ser egoísta. No voy a pensar en sus sentimientos. Solo voy a pensar en los míos. Hoy me voy a convertir en el Zayn que alguna vez fui. Solo voy a pensar en el momento. Solo voy a vivir este momento para sentirme feliz aunque sea por un par de horas. Tal vez luego podré odiarme por ello.
Me acerqué de nuevo a ella y la abracé. Su pecho se aplastó un poco más abajo del mío. Escondí mi rostro entre aquellos mechones ondulados y respiré su aroma.
-Eres hermosa -le murmuré.
-No me importa que pienses en TN_________ -me dijo y su mano acarició mi piel. Mi cuerpo se tensó -No me importa que estés pensando que vas a hacerle el amor a ella.
La tomé de la nuca y tiré su cabeza hacia atrás hasta que su vista encontró la mía.
-A mí si me importa -le dije. Cerró los ojos y alzó un poco más la cabeza, entregándome sus labios para un nuevo beso.
-Yo voy a curar tus heridas, y tú vas a curar las mías. Si pensar que soy ella te va a aliviar por lo menos un rato... esta bien.
-Eso no...
-Shhh -musitó sin abrir los ojos -Bésame.
La miré un poco más pero luego obedecí. Bajé la cabeza y me topé con su boca entreabierta. Sus brazos rodearon mi cuello y me acercó más a ella. Mi estomagó cosquilleó y tuve que poner de todo mi autocontrol para no perderme en la pasión.
Tengo que ir más despacio, tengo que se delicado... cuidarla.
<<Ella no es TN_________>> me recordé.
Ella no necesita delicadeza. Es una mujer con experiencia. Una mujer luchadora, que ha criado a un hijo sola.
Bajé una de mis manos hacia sus muslos y le levanté una pierna para que rodeara mi cuerpo. Obedeció al instante y me rodeó con ambas piernas. Sin soltar su boca, nos conduje hacia la enorme cama que estaba cerca de la ventana de mi habitación.
La cuidad estaba ruidosa... la gente escapaba del trabajo, de la rutina. Familias huían hacia las playas en busca de tranquilidad.
La apoyé gentilmente sobre el colchón y me recosté sobre ella. Gimió levemente cuando me situé entre sus piernas. Y el deseo se volvió casi insoportable.
No podía haber preparativos, ni palabras de calma. Esto tenía que ser rápido. Tenia que sacarme estas ganas, ya. Soy un maldito infeliz.
-Por dios -dije agitado -No puedo esperar... necesito hacerlo ya.
Ella bajó las manos entre nuestros cuerpos y comenzó a desabrochar mis pantalones. Cada vez que soltaba un botón mi miembro recibía una atrevida caricia. Iba a volverme loco.
-Hazlo ya... ya... -pidió agitada.
Me deshice de sus vaqueros y zapatos. Le quité el sostén. Ella bajó mis pantalones de un tirón y mi miembro salió libre. Hizo contacto con su piel. Me hinché más.
Abrió más sus piernas y ancló sus rodillas a los costados de mis caderas. Mi cabeza dio vueltas, su aroma me inundó. Entonces tomé sus caderas con mis manos y de un solo tirón entré en su pequeña estrechez. Su cuerpo se arqueó hacia el mío, y sus labios dejaron escapar mi nombre en forma lujuriosa. Me quedé quieto sintiendo como su cuerpo me recibía, me apretaba y me conocía. Que dios me perdone... pero a la mierda con lo que pase después.

Me vi atravesada por un rayo. Él era tal cual me lo había imaginado. Grande, fuerte, duro en todos lados. Era como mi extraño de playa.
Levanté las caderas en busca de sus embistes. Pero él estaba quieto. Abrí los ojos y lo miré. Me estaba mirando fijo. Sus ojos mieles oscurecidos, apenas iluminados por las luces de la gran cuidad.
-Lo haré despacio -me dijo. Relamí mis labios -Estás muy apretada.
-No lo necesito despacio -le aseguré. Me moví y el gruñó. Música para mis oídos.
Sus dedos se hundieron con fuerza en la piel de mis caderas, manteniéndome inmóvil. Lo miré con reproche.
-Te quedaras quieta, aquí mando yo.
-Ah, ¿si? -inquirí. Logré moverme un poco. Maldijo entre dientes -¿Y quién lo dice? ¿Tú?
-Si, porque yo manejo lo que es mío -murmuró -Además de que nos hemos salteado un montón de cosas por apurados.
-No tienes que ser tierno conmigo -dije. Él me miró fijo -No soy una niña... no soy inexperta. Y te quiero salvaje, enloquecido.
Se movió solo un poco... robándome el aliento. Y de repente mi mente se nubló. Musité su nombre. No quería perderme de nada de lo que estaba sucediendo. No quería ver algo que no sé lo que es. Pude sentir sus labios sobre mi mentón. Traté de mantener mi mente allí, pero el dolor en mi cabeza se hizo más fuerte. Respiré profundamente y sentí sus besos en mi cuello. Su lengua encontró un punto sensible cerca de mi oreja. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. La presión en mi cabeza se hizo mayor. Me aferré con fuerza a él y jadeé levemente, no quería salir de aquel sueño para entrar en otro...
<Giré despacio y encontré a Zayn frente a mí. Mi corazón comenzó a latir fuerte de nuevo. La luna brilló en sus ojos. Su mano se apoyó en mi rostro, acunando mi mejilla. Mis ojos se cerraron ante el suave contacto.>
<-Eres mi gitana, ¿verdad? -preguntó. Asentí sin abrir los ojos. Su mano seguía quieta en mi mejilla -Eres una gitana... eres mi gitana porque te has robado mis voluntades... te has robado mi todo.>
<Suspiré cuando sus labios se apoyaron con cuidado sobre los míos. El beso era suave, armonioso, llenó mis sentidos de calor. Su mano se colocó en mi espalda y con cuidado me acercó un poco más a él. Apoyé ambas manos sobre su pecho. Su boca se adueñó de mi labio inferior. Sentí la punta de su lengua acariciando mi labio. Abrí más la boca y recibí el dulce sabor de su lengua.>
<Sus besos se despegaron de mi boca y comenzaron a recorrer mi mentón. Cerré las manos sobre su remera, sujetándola con algo de fuerza. Se alejó un poco de mí, perdí su contacto. Abrí los ojos para mirarlo. Sin decir nada se quitó la remera. Aspiré profundamente. Cada parte de mi ser quiso tocarlo, acariciarlo, sentirlo...>
Volví a aquella habitación. Los besos de Zayn seguían en mi cuello. Estaba tan concentrado que sus dedos ya no detenían el movimiento de mis caderas. Me moví para sentirlo. Él estaba enterrado dentro de mí, podía sentir su miembro palpitar.
Jadeó contra mi cuello, su aliento caliente y húmedo me hizo cosquillas.
-Dije que aun no -su voz ronca me excitó más allá de lo pensado.
-Por favor, Zayn -le supliqué -Voy a volverme loca si no te mueves... necesito sentirte.
Y entonces escuchó mis plegarías. Se hundió en mí y comenzó a moverse. Mis caderas se acoplaron a sus movimientos. Gemí, sollocé, jadeé... su nombre salía de mis labios sin cesar. Era como una oración: sagrada, sublime y salvadora.

Estoy muy molesta por saber que hay gente que dice que YO me robo los créditos de esta novela. Porque no es así, que quede bien claro.

N.E.M.C. 2° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora