12

136 22 0
                                    

Yoongi

Una semana fría había pasado desde que Bonnie había ido a llevar el dinero al hospital. Atentos esperábamos el sonar del teléfono con la gran noticia de que se había hallado un donante.

Nos encontrábamos en la cocina de su casa, tomando chocolate caliente. La temperatura no llegaba a los cero grados celsius y coincidíamos en pensar que era el día más frío del año.

Él estaba en frente mío, leyendo con tranquilidad, por eso podía verlo a la perfección. Pasaba delicadamente la yema de sus dedos por los pequeños bultos en el papel.

Su hermana estaba a mi lado y nos entreteníamos jugando al ajedrez.

Cuando el reloj marcó las cuatro, borré la sonrisa de la chica con un espléndido "Jaque Mate" y, para no explotar de la rabia, se dirigió a la cocina a preparar galletas.

—¿Yoongi? —pronunció con suavidad la persona que en poco tiempo había robado mi corazón. Me buscaba a tientas sobre la mesa, sus ojos se esforzaban al intentar encontrarse con los míos.

-Aquí estoy -dije en susurro, tomando su mano.

—¿Me cuentas otra historia? Más agradable que la del cerdo, por favor.

Reí.

—Érase una vez, un pequeño niño llamado Frank. Él había nacido en unpueblo y vivía junto a sus padres y sus abuelos. Un día lluvioso le sucedió una tragedia. Su madre lo llamó y le informó que iba a tener una hermanita, cosa que tuvo lugar cuatro meses después.

>>Al principio, el niño odiaba a la niña. Pero, con el paso del tiempo, ella se convirtió en una gran compañía. Sobre todo cuando de juegos se trataba, ya que el pueblo era muy pequeño y casi no había infantes con los que divertirse. Nuestro protagonista amaba los piratas. De hecho, podía pasar tardes enteras fingiendo conquistar los siete mares junto a su hermana la marinerita y una hermosa espada de madera que su padre había tallado.

>>También amaba inventar cuentos para que su pequeña camarada se durmiera o con el fin de consolarla cuando estaba triste. Por ejemplo, el día en el que sus padres se divorciaron. Él pensaba que todo estaría bien, hasta que su madre se lo llevó a la ciudad, alejándolo de su compañía más placentera: su pequeña hermanita.

>>Vagando por las calles, como solía hacer a menudo, encontró un maravilloso mural, cuyos colores lo encandilaron. Además, gracias a esa obra, pudo conformar una bonita amistad. Así fue como Frank se enamoró de la complejidad de losasiáticos, y encontró su pasión mayor: el arte.

Las dulces carcajadas de mi compañero me desconcertaron.

—Lamento informarle que su pasión no es el arte, mi querido Capitán. Es el amor. Tus obras de arte no han de ser más que un poco de color sobre un lienzo insignificante. Sin embargo, el poema de tus labios me revuelve el corazón, me da y me devuelve el motivo para sonreír.

En ese momento entendí que, por más ciego que estuviera, él era la persona más observadora del Universo.

La pintura fue el medio que utilicé para amar a Namjoon, el trabajo fue mi herramienta para amar la pintura y ganar dinero me ayudó a amar mi trabajo. Sin embargo, ese chico sentado frente a mí, fue la clave para amarme a mí mismo. Como así también el pilar básico para amar el hecho de amarlo tanto como lo amé.

Continué con mi historia:

—Varios años más tarde, justo antes de terminar la preparatoria, le rompieron el corazón. Nunca más volvió a ser el mismo. 

El notó que no pude continuar y yo me percaté de que esa herida aún estaba abierta.

Se levantó y bordeando la mesa llegó hasta mí. Se sentó en mi regazo, con las piernas hacia la derecha. Tomó mi rostro entre sus manos, buscó mis lágrimas, las secó e imperturbablemente unió nuestros labios.

Yo veía sus ojitos cerrados y sólo quería llorar hasta el cansancio.

—Continúa —pidió, acomodando su cuerpo en el mío. Apoyó su cabeza en mi hombro y, luego de encontrarla, entrelazó mi mano con la suya.

—Los años pasaron y a Yoongi se le escaparon como arena entre los dedos. Aún así, siguió pintando. Su pequeña hermanita se casó. No fue a la boda porque hervía en celos, pero luego se arrepintió de haber sido tan estúpido. Después de todo, nunca más había vuelto a verla. Se hundió en su tristeza, hasta que un día nublado, recibió la noticia de que la dulce y pequeña marinerita esperaba un bebé.

>>Minutos más tarde, salió a caminar para despejarse. De pronto, un ángel delicado cayó del cielo. Sus codos impactaron con el cuerpo de Yoongi y, desesperado, pidió disculpas. Había perdido su bastón y sin él no podía andar.

—Eres la persona más encantadora del mundo —dijo levantando el rostro.

Yo sólo lo besé.

Acto seguido, el teléfono sonó.

Hacía unos días que habían encontrado un donante. Le hicieron los estudios necesarios y ya estaba todo listo.

—Tengo miedo —nos confesó mientras comíamos galletas.

Y para no decir que nosotros también, lo abrazamos.

𝐂𝐄𝐆𝐔𝐄𝐑𝐀 | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora