Capítulo 2

24 0 0
                                    

—Voy tarde —dije, apenas descifré las intenciones de su mirada.

Mi paso apresurado lo obligó a detenerse y retomar mi ritmo cuando lo alcancé. Él venía en dirección opuesta a mí.

—Buenos días Srita. Mancini —sonrió, y empezó a caminar a mi lado.

—Ahora que lo veo Sr. Soter, puede que no sea tan bueno.

—¿Sr. Soter? Guau, tanta formalidad.

—¿No es lo que querías?

Porque después de todo sí es mi maldito jefe y debía respetarlo un poco más.

—No se siente cómo pensé.

—¿Qué?

—¿Nunca oíste el dicho "si tengo que pedirlo, ya no lo quiero"?

Suspiré pesado, sin intenciones de soportar sus idioteces.

—¿Qué es lo que quieres?

—¿Alguien amaneció con el pie izquierdo?

—Amanecí excelente, salvo la parte en la que arruinas mi día con tu presencia.

—Definitivamente te levantaste con el pie izquierdo.

—¿Qué es lo que necesitas Link?

—Era demasiado bueno para durar ¿no?

—No tengo tiempo para esto. Voy tarde —recalqué otra vez.

—Espera—. Bajó su mirada a unos papeles que sostenía, y hojeó algunas páginas hasta llegar a lo que en verdad le interesaba. —¿No deberías estar de viaje? —preguntó confuso.

—Es lo que intento hacer.

—¡Maldita sea! ¡Hoy es Mckenzie!

—Premio a tu genialidad —dije sarcásticamente.

—¿Puedes explicarme que demonios haces aquí? ¡Quedaste con Mckenzie!

—Podré retirarme una vez que termine con mi reunión.

—¿Qué reunión?

—El Sr. Thompson está esperando—. Me detuve y llamé al ascensor. Impaciente esperé, mientras sus palabras siguieron alterándome poco a poco.

—¿Cómo puedes poner una reunión el mismo día de un viaje tan importante?

—Sólo serán quince minutos Link—. Revoleé los ojos y las puertas del ascensor se abrieron

Entró detrás de mí.

—¿Entiendes la importancia de este caso para la firma?

—¿Es una broma? Claro que lo hago —fruncí el ceño, ofendida por su descaro. ¿Cómo demonios no podía ser consciente de la importancia que este caso implicaba, después de estar meses haciendo hasta lo imposible para lograr presentar un maldito caso?

—¿Cómo demonios puedes ser así de descuidada?

—¿Así es cómo tratas a tus socios Sr. Link? —voltee enfurecida, con mis ojos hirviendo de la ira.

Demasiado tenía con haber retrasado toda mi rutina por dormir diez minutos extras cómo para soportar a un idiota.

—Es mi trabajo, mantener todo en orden.

—Y aquí todo está en orden—. Fue lo último que dije antes de salir del ascensor en el piso correspondiente.

—No lo parece —correteó hasta mí.

Antes de Medianoche || Especial de Navidad ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora