—Eres un cobarde —negué con la cabeza.
—¿Cobarde?
—¿Obligar a Sally para que te deje su lugar? ¿En serio?
—Ser jefe tiene ciertos beneficios.
—Eres un idiota.
Y el silencio incómodo tomó lugar entre nosotros.
—Para ser tu secretaría la tratas muy bien, ¿no? —preguntó idiotamente. Cómo si quisiera sacar desesperadamente un tema de conversación.
—¿Acaso por ser secretaría no merece respeto?
—No es lo que dije.
—Entonces...
—Me refería a que noté que tiene ciertos beneficios, cómo viajar contigo por ejemplo...
—¿Evan no lo hace?
—Por supuesto que no.
—Bueno, llevarla conmigo es lo mínimo que Sally merece.
Y él se rió de una forma burlona que casi me explotó la vena de mi frente.
—No creo que haya dicho algo con gracia —advertí.
—No... simplemente... Nada.
—¿Crees que no se lo merece?
—Es una secretaría —recalcó con sus cejas levantadas, pretendiendo enviar un mensaje que entendí claramente.
—Creo que ya lo habías mencionado antes.
—¿Cómo puedes creer que se lo merece?
—¿Cómo tú puedes creer que no se lo merece?
—Les hacemos un favor —ironizó.
—¿Por qué lo dices?
—Sin nosotros no tendrían un trabajo.
Considerando claramente el hecho de que para ser secretario no se requiere de ningún título en especial. Pero, la verdad era que, para ser secretario de una firma de abogados con el nivel como el nuestro, debías reunir ciertas capacidades que tal vez otros secretarios no tenían. No se trataba de un trabajo para menospreciar, se necesitaba ser muy sacrificado y dedicado para ello.
—Tú no estarías aquí si no fuera por Evan.
—Estoy aquí gracias a mí.
Me reservé solo a reír.
¿En qué momento pretendí que entendiera algo de lo que dijera? Era demasiado pedir. Es más, estoy segura que demoraría menos esperando a Santa Claus que a Link valorando a los de su alrededor.
—¿De que te ríes? —pareció enfadado.
—Nada, sólo me dió gracia que creas que todos hacíamos lo mismo que tú, despreciar a tu secretario por el simple hecho de sentirte superior a él.
—No es lo que hago.
—Cómo tú digas... —negué con la cabeza, sorprendida de lo idiota que una persona puede llegar a ser.
Aunque no me sorprende. Ya lo sabía.
—¿No me crees?
—Lo que creo es que no podrías sobrevivir un día sin Evan.
—Que tú no puedas sobrevivir sin Sally no significa que yo no pueda sobrevivir sin Evan.
—Cómo tú digas —repetí, y mi sarcasmo lo enfadó. Volteó hacia la ventanilla y se dedicó a observarla en silencio.
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Antes de Medianoche || Especial de Navidad ||
Nouvelles¿Podrás soportar encerrada veinticuatro horas al lado de tu insoportable jefe? Que genial idea para pasar las vísperas de Navidad... Disfruta de estas fiestas con Link y Ali, en esta corta tira de capítulos, dónde el amor, que de forma cliché está...